Durante 19 meses de cárcel, las personas presas políticas se han mantenido en un encierro total en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como El Chipote, sólo han recibido 13 visitas de parte de sus familiares.
Luego de una campaña de familiares, defensores de derechos humanos, y feministas familiares de la presa política Suyen Barahona y del periodista y cronista deportivo Miguel Mendoza, pudieron ver y hablar con sus hijos este 25 de diciembre.
“Queremos compartir que ayer 25 de diciembre se dio la visita a Suyen. Ella pudo ver fotos del niño y recibió una carta. Finalmente, después de un año y medio, pudo tener una llamada con su hijo. Fue un momento tan esperado por ambos”, señaló la familia de la presa política en un comunicado de prensa.
La llamada de Barahona con su hijo ocurrió este domingo 25 de diciembre durante la visita familiar número 13 a las personas presas políticas encerradas en la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como El Chipote. En ese encuentro, en ocasión de la Navidad, la presa de conciencia también pudo ver una fotografía del niño y leer una carta suya.
“Suyen se encontraba con su usual fortaleza de espíritu. Por supuesto, el mayor anhelo tanto de su pequeño como de la familia sigue siendo el abrazarla en libertad, porque Suyen y las más de 235 personas presas políticas son inocentes. Agradecemos a todas las personas que se han unido a nuestro clamor y oraciones”, finaliza el comunicado difundido a medios de comunicación este 26 de diciembre.
El periodista Miguel Mendoza, preso político de la dictadura Ortega-Murillo también recibió la visita de su hija este 25 de diciembre.
Familiares reconstruyeron la visita diciendo que la menor se “sintió la niña más feliz del mundo» y en varias ocasiones le manifestó a Mendoza: “Papi, estoy emocionada, no puedo creer que estamos juntos nuevamente. Mi corazón está feliz, está palpitando muy rápido. ¡Te amo papi! Quiero que te vayas conmigo. No quiero dejarte aquí’”.
La familia del periodista Mendoza indicó que la visita duró unas cuatro horas, las cuales se hicieron cortas para Miguel y la familia y que además de su hija también permitieron el ingreso de cuatro hermanos y un sobrino.
“Ya imaginarán cómo se sintió Miguel. Estaba sorprendido al verlos y contento a la vez. Los días en ese encierro, sin leer y escribir son desesperantes. Pero nuestra fe está puesta en el Dios del universo y sabemos que el milagro de su libertad llegará pronto”, expresó la familia en sus redes sociales.
Según el Mecanismo de Reconocimiento de Personas Presos Políticos en Nicaragua hay al menos 235 presos políticos que guardan prisión en las diferentes penitenciarías del país.