Estados Unidos volvió a poner a Nicaragua en la lista de países de tránsito y producción de drogas ilícitas, según la lista anual de países con tránsito y producción de drogas ilícitas del Departamento de Estado. Este documento identifica a naciones que presentan riesgos en el tráfico internacional de narcóticos y que requieren atención especial en cooperación antidrogas. Puedes leer el informe completo aquí.
Esta inclusión no significa que el país esté involucrado en narcotráfico; EE.UU. menciona factores como geografía estratégica, rutas de tránsito y comercio internacional como determinantes para la clasificación.
El informe estadounidense señala a más de 20 países, incluyendo a toda Centroamérica. También algunos países, como Venezuela y Bolivia, son considerados “incumplidores manifiestos”. Nicaragua, aunque no entra en ese grupo, se mantiene bajo vigilancia y percibida como país de tránsito de drogas, según los criterios del país norteamericano.
Expertos locales han destacado que la ubicación geográfica de Nicaragua, con costas en el Caribe y Pacífico, la convierte en un corredor natural para el paso de drogas hacia Estados Unidos.
Colombia, Venezuela y Bolivia: enfoques diferenciados
En Colombia, el cultivo de coca y la producción de cocaína han alcanzado niveles récord bajo la presidencia de Gustavo Petro. Según el informe estadounidense, los intentos fallidos del gobierno colombiano de negociar con grupos narco-terroristas han exacerbado la crisis, mientras que los objetivos mínimos de erradicación de coca no se han cumplido. Esto ha socavado años de cooperación con Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico, llevando a que Colombia sea designada como un país que ha fallado en cumplir con sus obligaciones de control de drogas. A pesar de estos desafíos, las instituciones de seguridad y las autoridades locales muestran valentía y dedicación frente a los grupos criminales, pero el informe aclara que el fracaso recae principalmente en el liderazgo político del país.
En Venezuela, Estados Unidos señala al régimen de Nicolás Maduro como responsable de dirigir una de las redes de tráfico de cocaína más grandes del mundo. EE.UU. ha reiterado su compromiso de llevar ante la justicia a Maduro y a otros miembros de su gobierno cómplice, así como de combatir organizaciones terroristas vinculadas al narcotráfico, como el Tren de Aragua. La clasificación de Venezuela como incumplidor manifiesto refleja la gravedad de la situación y la implicación directa de altos mandos del Estado en actividades ilícitas, según el gobierno estadounidense.
En Bolivia, aunque se reconocen algunos pasos positivos en el aumento de incautaciones de cocaína y la cooperación con las autoridades de EE.UU. para perseguir a criminales de drogas, persisten desafíos significativos. El informe señala que aún queda mucho por hacer para garantizar que el país cumpla de manera consistente con sus compromisos antidrogas y evitar que se convierta en un refugio seguro para grupos de narcotráfico. Casos como el del exjefe antidrogas Maximiliano Dávila evidencian la necesidad de reforzar la supervisión y la justicia en el país para combatir efectivamente las redes de drogas.
Consecuencias para Nicaragua
Aunque estar en la lista no acarrea sanciones inmediatas, sí impacta la imagen internacional del país y puede afectar acuerdos de cooperación antidrogas y relaciones diplomáticas. Hasta ahora, la dictadura de Nicaragua no ha emitido pronunciamiento oficial sobre esta inclusión.
El silencio oficial contrasta con la atención mediática y el debate público, que cuestiona si la clasificación responde a factores objetivos o a una percepción geopolítica y política de riesgo.
Tránsito o estigma: la pregunta que queda
El desafío para la región es equilibrar la cooperación en seguridad con la necesidad de evitar estigmatización, mientras el narcotráfico continúa moviéndose entre los países de producción y los mercados de consumo.
Foto: Decomiso de cargamento de droga en Peñas Blanca, Dic 2021. La Tribuna de Honduras.