El informe Entre el aislamiento y laa alineación autoritaria del Centro de Estudios Transdisciplinarios, CETCAM, señala que tras la crisis de 2018 y el cierre de las fuentes tradicionales de cooperación (incluida la venezolana), Ortega reorientó su política exterior hacia China para asegurar nuevo financiamiento y respaldo global.

En diciembre de 2021, el gobierno nicaragüense rompió relaciones diplomáticas con Taiwán para reconocer a la República Popular China. Esta maniobra pragmática resultó en la adhesión de Nicaragua a la Iniciativa de la Franja y la Ruta. A mayo de 2024, China había prestado $567.17 millones de dólares, destinados a proyectos de infraestructura, como la modernización y habilitación del aeropuerto internacional “Punta Huete” (utilizado como base militar en los años 80).

El TLC acelerado: Estrategia geopolítica, no solo económica

Uno de los pasos más relevantes fue la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) concretado en tiempo récord. Este acuerdo, presentado por el gobierno como un hito de soberanía económica, facilita la expansión de exportaciones nicaragüenses (principalmente productos agrícolas como carne bovina, mariscos y azúcar) y facilita la entrada de bienes manufacturados y tecnología provenientes de China,. Sin embargo, el CETCAM recoge la opinión de expertos, quienes se muestran escépticos sobre las motivaciones puramente económicas de Beijing.

Expertos en política china argumentan que las decisiones chinas en Centroamérica son primordialmente políticas y geoestratégicas, y no meramente económicas, dado que la región no ofrece los recursos naturales estratégicos que China suele buscar (como sí lo hace en Sudamérica). El ritmo acelerado del TLC es inusual en la diplomacia china, que es típicamente meticulosa. El acuerdo se concretó rápidamente porque, según un periodista español experto en el tema, fue completamente favorable a los intereses chinos. Por su parte, Ortega busca una potencia que lo defienda diplomáticamente en foros internacionales (como sucede con Venezuela o Cuba), siendo el aspecto económico secundario, aunque se venda a la población como un logro.

Asimetría comercial, opacidad y el «doble uso» estratégico

El comercio bilateral superó los mil millones de dólares entre enero y noviembre de 2024. No obstante, el informe del CETCAM subraya que este comercio es altamente asimétrico, dominado por las importaciones desde China, lo que ha generado competencia desleal que afecta gravemente a los pequeños comerciantes y emprendedores locales en Nicaragua.

Además, el experto Evan Ellis destaca, según el CETCAM, que el régimen de Ortega utiliza la excusa de la construcción de ciertos proyectos para facilitar una creciente presencia de personal, equipos y empresas chinas bajo condiciones de opacidad y sin supervisión externa. Esta presencia es vista como un mecanismo para insertar estratégicamente al país asiático en territorio nicaragüense. Existe preocupación por el potencial «doble uso» (militar o de inteligencia) de las infraestructuras, como el aeropuerto «Punta Huete»,. Esta dinámica sitúa a Nicaragua en una red de alianzas asimétricas que la convierten en un «trampolín» para la influencia china y rusa en Centroamérica, hostil a los intereses de EE. UU. y del orden interamericano,.

Desafíos de la transición: Nuevo mundo y nuevos vínculos

El informe del centro de estudios, concluye que una futura transición democrática enfrentará desafíos significativos en política exterior, ya que el modelo actual está marcado por la opacidad, la falta de rendición de cuentas y los intereses geopolíticos asimétricos,,. Será crucial la revisión estratégica de los acuerdos firmados con China.

La estrategia debe centrarse en transformar la relación hacia una cooperación económica genuina, equilibrada y transparente, auditando proyectos como el aeropuerto “Punta Huete” y prestando especial atención al potencial doble uso de las infraestructuras. Es vital que Nicaragua deje de servir como trampolín para la influencia china y rusa en el Sistema de Integración Centroamericano (SICA).

La restauración de los lazos con Estados Unidos, la Unión Europea y los organismos multilaterales es una prioridad para facilitar la recuperación económica y el acceso a cooperación. El análisis del CETCAM enfatiza que la reconstrucción de la política exterior exige una profunda transformación interna basada en la restauración del Estado de derecho y la transparencia