Un Cambio Inesperado: De la Cárcel a la «Casa por Cárcel»

En un movimiento que resultó una completa sorpresa, la dictadura nicaragüense de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó la liberación de cinco presos políticos. El 7 de noviembre de 2025, fueron excarcelados el periodista Leo Catalino Cárcamo Herrera, el líder político Julio Antonio Quintana Carvajal, Fabio Alberto Cáceres Larios, y los exmilitares retirados Ronald Leiva Silva y Jorge Danilo Portocarrero Argüello.

Esta liberación se produce luego de múltiples comunicados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que, desde 2025, exigían medidas cautelares a favor de los detenidos. Analistas sugieren que esta acción podría responder a presiones económicas y políticas del gobierno estadounidense de Donald Trump, con la posible salida de Nicaragua de tratados comerciales en juego, o ser una estrategia del régimen, quizás relacionada con el seguimiento a los acontecimientos en Venezuela.

Aunque la excarcelación permite a los liberados tener mayor atención familiar y atender sus enfermedades, sus condiciones de vida siguen siendo restringidas. Un amigo de Cárcamo, Norvin, comenta que «cambian solo de condición», pasando de la cárcel a la casa, donde continúan virtualmente encerrados, sin poder salir libremente a sus labores cotidianas, con vigilancia constante a sus familias, sin poder salir del país y expuestos a ser «revictimizados» por el acoso y la acusación de ser «vende patrias». Por lo general, los liberados no pueden dar detalles de su cautiverio.

El periodista acosado: Leo Catalino Cárcamo Herrera

El periodista Leo Catalino Cárcamo Herrera, de 62 años, originario de La Paz Centro, León, padece de diabetes y otras enfermedades crónicas, sin contar con Seguro Social ni cuota de retiro. Su salud fue un punto de preocupación para la CIDH, que solicitó en enero y febrero de 2025 ampliar las medidas provisionales a su favor y de su familia, dada su condición de persona mayor y enferma.

Leo Cárcamo dedicó muchos años al periodismo en el occidente de Nicaragua, dirigiendo el noticiero Centro Noticias de Radio Darío. Este noticiero fue una escuela para nuevas generaciones de periodistas universitarios.

Periodismo Bajo Ataque en Radio Darío

Cuando iniciaron las protestas sociales en abril de 2018, Centro Noticias mantuvo su perfil noticioso bajo la dirección de Cárcamo Herrera. La tarde del 20 de abril de 2018, la radio fue incendiada por agentes paramilitares del Frente Sandinista, con más de cinco personas trabajando en el local. Dos de los atacantes, Apolonio Delgadillo y Jimmy Paiz, murieron en el acto. A pesar de las amenazas y el asedio constante por parte de la policía sandinista, el equipo continuó laborando en la semi-clandestinidad, sin salario, protección o vehículos propios, manteniendo la línea editorial de Centro Noticias.

Cárcamo Herrera fue detenido por primera vez en enero de 2019, liberado horas después bajo amenazas. Posteriormente, Centro Noticias cerró y el retiro del periodista pasó desapercibido. Fue capturado por segunda vez, en condición de desaparición forzada, el 23 de noviembre de 2024, durante una ola de secuestros en varios departamentos.

El líder político: Julio Antonio Quintana Carvajal

Julio Antonio Quintana Carvajal, de 67 años, fue un líder importante de las manifestaciones de jubilados en León durante abril de 2018. Su liderazgo buscaba incidir en decisiones a favor de los intereses de los jubilados ante las reformas al Seguro Social. Sin embargo, la Juventud Sandinista reprimió y golpeó a su propia gente.

En la década de los 80, Quintana Carvajal fue secretario político del FSLN en Achuapa, y tuvo otras funciones universitarias y de propaganda partidista.

Como represalia por su oposición, su vivienda y las de otras personas opositoras fueron blanco de pintas orteguistas con las frases «PLOMO» y «PAZ Y BIEN» en 2019. El asedio en su vecindario era constante; agentes para-policiales tomaban fotos de las viviendas y sus habitantes. De manera indirecta, se encontraba bajo «casa por cárcel». El 26 de noviembre de 2024, la policía sandinista lo extrajo de su vivienda en León sin orden de captura, pasando a la condición de desaparición forzada. La CIDH le otorgó medidas cautelares el 18 de febrero de 2025, demandando al Estado determinar su paradero y proteger su vida e integridad personal, considerando su situación de riesgo.

Organismos nacionales, internacionales y periodistas en el exilio denunciaron la desaparición de Cárcamo, Quintana y los demás secuestrados, exigiendo a la dictadura nicaragüense pruebas de vida, lo cual nunca ocurrió.