Monseñor Marcel Diouf, encargado de Negocios del Vaticano salió de Nicaragua, tras las orientaciones de la Santa Sede de cerrar la Nunciatura y retornar a Roma; todo esto debido a la solicitud de la dictadura Ortega-Murillo de «suspender las relaciones diplomáticas» entre ambas naciones.

Antes de su partida, Monseñor Diouf recibió la visita de representantes de la Delegación de la Unión Europea (UE) y de las embajadas de Francia, Alemania e Italia.

La decisión se da luego que el régimen orteguista envió una «notificación verbal» a la Secretaría para las Relaciones con los Estados del Vaticano donde planteó una «suspensión» de las relaciones diplomáticas por lo que cerraría su embajada en ese Estado y solicitaba hacer lo mismo con la Nunciatura Apostólica ubicada en Managua.

Organismos de derechos humanos y de la sociedad civil han condenado este último ataque del régimen de Ortega y Murillo contra la Iglesia, ya que la deja indefensa a nivel internacional.

Monseñor Diouf estaba a cargo de la misión diplomática vaticana desde marzo de 2022, luego de la expulsión por parte de la dictadura Ortega-Murillo del nuncio apostólico, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag.