Guatemala, El Salvador y Nicaragua, países todos de Centroamérica, atraviesan una crisis de gobernabilidad democrática que afecta también el quehacer periodístico; y en Honduras, el gobierno brinda una de cal y otra de arena, fue el consenso de periodistas de esos países, en un debate realizado en el programa Agenda Propia, el miércoles 29 de marzo.
En Costa Rica, pese a que hay acceso a la información pública, la postura gubernamental no está definida, se mantiene a la defensiva contra la prensa independiente.
En casi todos los países se vive una ola autoritaria que criminaliza, ataca y persigue a personas defensoras de derechos humanos y a la prensa independiente, cuyas voces han sido críticas al poder. Los gobiernos han escalado el hostigamiento a la prensa. Del acoso en conferencias de prensa y centenares de cuentas troles en redes sociales, han pasado a la vigilancia permanente mediante la inteligencia estatal, amenazas, persecuciones penales, encarcelamientos, exilios obligados y asesinatos.
Gustavo Cardoza de Radio Progreso, Honduras, agregó que hay una concentración de poder en Centroamérica bastante absurda pero muy beligerante. En los doce años que tuvieron a Juan Orlando Hernández, ahora en una cárcel de Estados Unidos con una potencial cadena perpetua, en Honduras hubo concentración de poder a su alrededor, tanto para las actividades lícitas como ilícitas que se conocen. En Nicaragua, agregó Cardoza, hay concentración de poder absoluto alrededor de la pareja presidencial. Recuerda en el caso del presidente Bukele, las imágenes de militares ingresando a la Asamblea Nacional de El Salvador. “Son mensajes fuertes. Un sombrerazo fuerte -como se dice popularmente- para las enclenques democracias que tenemos en Centroamérica” señaló.
Kenia Gómez, Jefa de Prensa de Radio YSUCA, de la Universidad Centroamericana de El Salvador, mencionó que existe un detrimento marcado de la democracia en ese país. No tenían una democracia perfecta, pero “a raíz de los acuerdos de Paz y los doce años de guerra civil, había una ruta marcada, se habían logrado avances en el tema democrático. Todo cambió en 2019 cuando el gobierno del presidente de Nayib Bukele tomó posesión”.
Nadie se imaginaba que llegarían donde están hoy. La votación por Bukele fue masiva, se creía que su gestión sería distinta. “Sin embargo, una vez ingresa Bukele, se comenzaron a ver situaciones que alertaban que la cosa no iba a caminar muy bien” agrega Gómez.
En la prensa la crisis se reflejó en la concentración comunicativa, lo cual preocupó al gremio. “El delegado de prensa de Casa Presidencial se adjudicó a qué medio y a qué periodista daba información, al punto que los encargados de comunicación de las diferentes carteras del Estado decían a las y los periodistas, tengo que pedir permiso a Casa Presidencial, y si nos dicen que sí, podemos dar entrevistas y notas”.
Se modificó la dinámica del periodismo en la cobertura a conferencias de prensa oficiales, donde los funcionarios respondían preguntas de la prensa, continúa la jefa de prensa de la YSUCA. Desde esa fecha, la emisora no ha tenido acceso a ningún funcionario, la labor periodística se ha complicado, se ha concentrado el poder, daban información solo a medios aliados, ahora oficialistas.
En 2021 fue electa una nueva Asamblea Legislativa con mayoría del Partido Nuevas Ideas -de Bukele- y el mismo día que tomó posesión destituyó a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. La preocupación de lo que pasaba fue tanto del periodismo como de diversos sectores de la sociedad salvadoreña, que observaban un retroceso.
Luego, aconteció la connivencia de los diputados con Bukele en la aprobación y reforma de leyes en menoscabo de la democracia y de la prensa. “Hemos llegado a un punto que ni la Ley de Acceso a la Información Pública que teníamos, está funcionando. Si hacemos peticiones de información, ésta se declara reservada, cuando debería ser información oficiosa. La información básica no la quieren dar. Esto complica el trabajo del periodismo” agrega Kenia Gómez.
Las leyes que más afectan el ejercicio periodístico salvadoreño son dos reformas, primero a la Ley de Proscripción de Maras y Pandillas, bajo el argumento que era para agilizar procesos, y casi en paralelo al Código Penal, donde se establece que quien publique -no dice directamente periodista, pero somos quienes publicamos- algo que se refiera a pandillas, una fotografía o un grafiti de éstas, da a entender que el periodismo es su vocero, con cárcel hasta por 15 años, lo cual generó temor en la prensa.
Agrega la periodista Gómez que para investigaciones no cuentan con datos oficiales, “de la pandemia (COVID 19) no hay, todo se reservó, de homicidios tampoco, tenemos que conformarnos con lo que da el presidente, quien dice que tenemos diez días de cero homicidios, cuando sabemos que sí han habido en algunos puntos del país, pero es la información que da el presidente desde su cuenta de Twitter, no hay información oficial como antes, formal, pero es la voz del gobierno”.
A juicio de Gómez, la situación va por mal camino, Bukele quiere ser presidente un período más. El próximo año hay elecciones y aunque su candidatura no se ha inscrito aún, es inconstitucional, pero va por un período más. Esta situación genera un escenario más preocupante aún. “Contra esto es que las y los periodistas también estamos luchando en El Salvador” afirma.
Twitter y cadenas radiales y de TV pretenden acallar la libertad de prensa
La situación del periodismo en El Salvador es similar a la vivida por la prensa en Nicaragua, con la diferencia que en este último país no se usa Twitter para comunicar mensajes presidenciales sino una cadena radial y de televisión conducida por la vicepresidenta Rosario Murillo, quien co-lidera a la par de Daniel Ortega la dictadura que rige el país.
Reyna Vallecillo, comunicadora nicaragüense independiente, considera que los regímenes totalitarios y autocráticos parecen se ponen de acuerdo. No obstante, uno de los indicadores de la democracia es la libertad de prensa y el ejercicio de la libertad de expresión de la ciudadanía, por ello hay similitud en lo que ha vivido la prensa de los dos países.
En Nicaragua el periodismo ha sido golpeado. “Persecución, desplazamiento forzado, acoso, amenazas. También hay leyes represivas, te catalogan de agente extranjero si no seguís el discurso oficial, publicás algo en redes sociales y dicen que estás difundiendo noticias falsas” explicó Vallecillo, quien también se refirió al Informe del Grupo de Expertos en DDHH de Naciones Unidas. “El informe fue claro en decir que en Nicaragua se siguen cometiendo ejecuciones extrajudiciales, torturas y persecución política” precisó.
Explicó que “el periodista Ángel Gahona, de la Costa Caribe, fue asesinado en las protestas de 2018, otros han sido apresados, despatriados y despojados de su nacionalidad. Nos están despojando de la nacionalidad, tratando como a traidores a la patria y expropiando de bienes familiares y personales; además se robaron el edificio del diario La Prensa, el único impreso que había en el país, y lo han convertido en un centro politécnico. Su gerente fue llevado directo a las cárceles de El Chipote- No hay prensa escrita en Nicaragua” relató Vallecillo.
Para la periodista nicaragüense en Centroamérica se están instalando los nuevos autoritarismos acompañados de militares. Citó como ejemplos las comparecencias públicas de algunos mandatarios como Bukele de El Salvador, quien se persona con militares a su lado o como el dictador Ortega quien aparece en los actos públicos con el jefe del Ejército a su lado y aunque en Honduras aún no se ven estas imágenes, también hay estas tendencias de militarismo” manifestó.
Agregó que Nicaragua es el país con mayores violaciones a los derechos humanos y “está siendo informado por la ONU, por la OEA en diversos informes”.
Gustavo Cardoza de Radio Progreso, Honduras, explicó que en ese país no es distinta la situación de la libertad de expresión y del ejercicio periodístico. “Ha habido un cambio de enfoque gubernamental el cual hay tomar en cuenta, de las protestas que ha habido este año y el anterior, en ninguna ha habido bombas lacrimógenas, un asunto importante porque la protesta es un derecho social y de libertad de expresión, no exclusiva del periodismo, va más allá, para libre pensar y libre expresar”.
Con el cambio de gobierno en Honduras hubo un hecho importante relacionado con la Ley de Acceso a la Información Pública y la Ley de Secretos Oficiales, aprobadas y aplicadas por la administración de Juan Orlando Hernández; ambas ahora enfrentan un retroceso, “se han abierto las fuentes oficiales de información, con las dificultades habituales, pero ya no con una ley de por medio” relató Cardoza.
Asimismo, continua la impunidad en ese país. Hay al redor de 80 periodistas, comunicadores, personas relacionadas con la comunicación, a la espera se indaguen sus casos, pero no hay investigaciones serias, pasó el golpe de Estado, el gobierno que se supone víctima del golpe, y la impunidad sigue al mismo nivel. “Es un problema estructural, enraizado, donde el Estado tiene una gran cuota de responsabilidad y por supuesto los grupos de poder, quienes juegan un papel determinante en las realidades nuestras en Centroamérica” admitió el representante de Radio Progreso.
Urge coordinación regional del periodismo independiente
Gustavo Cardoza afirmó que en la región tenemos una historia similar que nos junta, pero parece que las historias de separación nos siguen pasando factura. Manifestó que los problemas que vive el periodismo en la región centroamericana son muy similares, como lo ratifican las representantes de El Salvador y Nicaragua, por tanto, las soluciones tienen que ser de búsqueda regional. “Escuchándolas parecieran copia de las realidades nuestras” señaló.
Por su parte, Kenia Gómez de El Salvador, recomendó la constitución de una instancia regional gremial para evidenciar y difundir ampliamente la situación de la libertad de prensa en los países, y las agresiones a periodistas en el ejercicio profesional. La propuesta fue bien recibida tanto por Gustavo Cardoza como por Reyna Vallecillo.
Pese a la represión Radio Darío volvió a sonar
Agenda Propia compartió en esta edición una entrevista con el ´periodista y propietario de Darío Medios -antes Radio Darío-, Aníbal Toruño, realizada por la sicóloga y periodista Nidia Monterrey, como ejemplo de los niveles de represión de la dictadura Ortega Murillo contra los medios de comunicación y la prensa independiente.
Aníbal Toruño, exiliado, despojado de su nacionalidad, acusado de traición a la patria, y con sus cuentas bancarias congeladas por la dictadura Ortega Murillo narra cuando en 2018 le mandaron a quemar la emisora con parte de su personal dentro de sus instalaciones y cómo fluyó la solidaridad.
Reyna Vallecillo considera que los regímenes autoritarios están atacando a la prensa independiente porque la sociedad civil y la prensa independiente siempre salen en defensa de la democracia, mientras, estos son sistemas contrarios a la democracia, quieren controlar todo, mantener su discurso oficial como el único. Pero la prensa independiente informa a la población la verdad de lo que realmente está ocurriendo en el país, la otra cara de la moneda, señala.
Para Gustavo Cardoza es alarmante que en pleno Siglo XXI, con tanto avance tecnológico y conceptual, sigan todavía los medios de comunicación casi rogando porque se respete el ejercicio profesional del periodismo, cuando debería ser algo natural dentro de la sociedad comprender la labor periodística, pero evidentemente hay un detrimento en las últimas décadas en Centroamérica. Estamos frente a una violación sistemática al acceso a los medios de comunicación, reseñó.