Conocí a Magaly Quintana cuando estudiábamos en la UNAN León. Ya era incómoda por su rebeldía total que no reconocía límites, ni se dejaba atajar por organizaciones o normas. Privaba su decisión, valiente y su temple provocador.
Décadas después seguía siendo la misma. Consecuente con ella, con sus ideales y ahora consagrada, cada día, con una tenacidad infinita, a escudriñar cada publicación para construir una estadística de las mujeres adultas, adolescentes y niñas asesinadas.
Y nos entregaba cada mes aquel recordatorio en demanda de justicia. Pero, no eran estadísticas frías. Reconstruía la vida de cada una, de sus familias para mostrar esas vidas que habían sido arrancadas.
Y así, durante años, tocó puertas, sin cansarse, enviando desde Católicas por el Derecho a Decidir, cada mes un reporte. Hasta que, finalmente, las puertas se abrieron y los femicidios salieron a luz como tales. Entonces Magaly y el trabajo de su equipo se convirtieron en la única fuente confiable en el país.
Y después del 18 de abril, siguió, tiempo completo, haciendo todo lo que estuvo a su mano para apoyar chavalos universitarios, para salir a las calles, para movilizar.
Todo lo hacía mientras sonreía, ironizaba y se burlaba de riesgos y peligros, de amenazas y persecuciones, pues llegaron hasta su casa los paramilitares, a buscarla en medio de la Operación Limpieza.
No era nueva la represión, pues la había vivido todo el tiempo. Así que se mantenía firme y con su chispa característica.
Amiga de todo tiempo y terreno, yo esperaba verme con ella para oír sus historias de cuándo se hacía pasar por capitana de la policía o simplemente por Luisa Lane, cuando la detenían policías en la calle y le preguntaban su nombre. Ella siempre se burlaba del poder y la autoridad.
Un día le dije que ella siempre había sido anarquista y que era mi anarquista preferida. Y le aclaré que eso no era, para nada, una crítica mía que siempre he estado organizada. Era pura admiración y hasta envidia de esa libertad total.
Gracias por todo y por tanto Marta Magaly.
*Un homenaje a la feminista Marta Magaly Quintana, publicado el 05 de mayo de 2019 por la comandante guerrillera e historiadora Dora María Téllez.