Redacción AP
La vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, en su acostumbrada alocución de este lunes veinticinco de abril continuó con su narrativa de repetir insultos contra la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Por fuerza de voluntad y compromiso patriótico nos declaramos más allá de cualquier perversión colonialista, no somos colonia de nadie, por lo tanto, no podemos ser parte de un ministerio de colonias, una dependencia del Departamento de Estado yanqui, nosotros no somos serviles, no somos decrépitos, no somos decadentes, no somos reducidos por la servidumbre yanqui”, dijo Murillo en sus medios de propaganda.
Para Juan Diego Barberena, del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco, UNAB, en el marco del derecho internacional está establecido que “no pueden allanarse los bienes, los documentos y archivos de acuerdo a la inmunidad diplomática”.
Agregó que se “va a desencadenar una condena internacional y esto debe de conllevar a que la OEA debe de aplicar los mecanismos robustos que existen, como es la Carta Democrática Interamericana”.
En cuanto a las denuncias hechas por víctimas de violaciones a derechos humanos por parte del régimen, Barberena manifestó que “el Estado de Nicaragua debe de cumplir el Pacto de San José, para que se cumpla con la Convención Interamericana de Derechos Humanos, y además tiene que cumplir las disposiciones del Sistema Universal de Derechos Humanos”.
El comunicado de la Secretaría General, publicado minutos después de la toma del edificio de la OEA por fuerzas policiales, recuerda que la salida de Nicaragua del organismo regional entrará en vigor a fines de 2023. “Sus oficinas, archivos y documentos gozan de la más absoluta inviolabilidad. Su violación por las autoridades nicaragüenses les hace internacionalmente responsables por sus consecuencias”, resaltó la Secretaría General.
Haydee Castillo, del Movimietno Nicaragüenses en el Mundo, dijo en la edición de Agenda Propia de este lunes veinticinco de abril que “el comunicado del canciller deja mucho que desear e impone un discurso de odio del régimen que está escrito y que solo le cambian el acontecimiento, pero recordemos que ningún gobierno está en el derecho de hacer lo que hizo el régimen de militarizar las oficinas de la OEA en Nicaragua”.
«El mensaje que está enviando el régimen es que estamos ante un ‘gobierno’ delincuencial, el régimen dinástico se atrinchera y avanza al absolutismo donde el Estado desapareció y lo que prevalece no es la Constitución ni las leyes sino la voluntad de este ‘reinado’ de la pareja dictatorial” destacó la defensora de derechos humanos.
Barberena y Castillo coincidieron es que estas decisiones son una preocupación del pueblo y se debe ejercer mayor presión desde las organizaciones opositoras.
El medio independiente Confidencial reportó que “luego del allanamiento a la sede diplomática, -de la OEA- la noche del domingo, la policía habría allanado viviendas y revisados equipos de computación y teléfonos celulares a algunos funcionarios nicaragüenses que laboraban en la embajada, agregaron los vecinos del lugar”.