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Redacción AP
Un nuevo ataque en contra los obispos de la iglesia católica hizo este lunes 4 de octubre Daniel Ortega en un acto en honor al nacimiento del general Benjamín Zeledón, desde su casa de habitación donde funciona la presidencia y vice presidencia.
Ortega les acusa, de ser cómplices de terrorismo, de querer arrebatarle el poder para entregárselo a los imperialistas. «Los obispos firmando allí en nombre de los terroristas, sirviendo al imperio en medio de la sangre, de los incendios, en medio del dolor, exigiendo. No pedían, exigían el retiro de las autoridades y que se instalaran los terroristas en el gobierno al servicio de los yanquis», manifestó.
El dictador dijo que fueron pacientes cuando los obispos les leían un documento vergonzoso. «Ahí están los documentos, cuando en una reunión nos plantearon los señores obispos?, ¿Quién los elige a ellos? ¿Cuántos votos han tenido para ser obispos? ?desde cuándo son esas las funciones de un obispo? Nos leyeron el ultimátum, donde nos daban 24 horas para entregar el gobierno. Escuchamos con mucha paciencia cuando nos leían su documentos, un documento vergonzoso, firmado por ellos en nombre de los terroristas».
El clero participó en mayo de 2018, en intento de diálogo nacional pero al ver que no había voluntad política para resolver la crisis, se retiró de la mesa de negociación. La represión que se mantiene desde abril 2018, provocó la muerte de más de 325 según documentaron organismos internacionales de derechos humanos.
Asimismo, mantiene en las cárceles de Nicaragua a más de una treintena de dirigentes de la oposición entre los cuales se encuentran siete precandidatos a la presidencia cuya intención era participar en los comicios de noviembre de 2021, pero enfrentan procesos judiciales después de ser acusados de conspirar para cometer menoscabo de la integridad nacional. Ortega les señala de ser los artífices y de dirigir a los terroristas para que se produjera un golpe de estado contra su gobierno.
«Los verdaderos responsables del terrorismo no eran los que estaban en los tranques, esos eran también delincuentes, pero los jefes, los que organizaban todo esto, eran los cuello blanco, los que no se ensucian las manos, los que nos e ensucian sus zapatillas, los que se sienten intocables… esos que están procesando son quienes organizaron a los terroristas, son los que alentaron, son los que llevaron el documento de los terroristas, de esos obispos que son terroristas también», continuó en su largo discurso.
Al iniciar su discurso, Ortega alabó al régimen cubano por la fabricación de las vacunas contra el Covid-19 – vacuna que aún no ha sido aprobada por la Organización Mundial de la Salud -, y atacó a los países desarrollados que por intereses comerciales quieren hacer prevalecer sus fórmulas anticovid-19 como países del capitalismo salvaje, en detrimento de los antídotos que producen China, Rusia y Cuba.
«Cuba logra de forma milagrosa estar a la par de los países desarrollados que la sancionan, que la bloquean, que la agreden y produce vacunas que se fabrican en esos países desarrollados, con la diferencia que allá hay una total competencia de libre mercado, de capitalismo salvaje, el sálvese quien pueda y tienen una guerra contra las vacunas que se fabrican en países donde se actúa con espíritu solidario y buscan como colocar en el mercado vacunas exclusivamente, increpó.
En el discurso de 45 min aproximadamente, no agradeció las más de dos millones de dosis contra la Covd-19 que han sido donadas por la comunidad internacional a través del mecanismo Covax.