Editorial

En Nicaragua se conmemora el 1 de marzo como Día Nacional del Periodista en homenaje a Rigoberto Cabezas, quien en 1884 fundó el Diario de Nicaragua, constituyéndose en el primer periódico de frecuencia diaria en el país.

El día del periodista nicaragüense fue instituido oficialmente en el año 1964 bajo la presidencia de René Schick.

Lamentablemente, este 1 de marzo de 2024 encuentra al periodismo nicaragüense agredido, asediado, perseguido, encarcelado, violentado de diversas formas, exiliado, desnacionalizado (más de 10), entre otras formas de represión contra la prensa independiente por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

En el grupo de 94 nicaragüenses desnacionalizados figuran más de 10 periodistas y directores de medios, quienes por alzar sus voces tuvieron que exiliarse, pero no han cesado su ejercicio periodístico. Foto: Nicaragua Investiga.

Las periodistas están más expuestas a ser víctimas de agresiones y ataques que sus pares masculinos. Muchas no solamente han tenido que dejar sus hogares y trasladarse a otros países, en muchos casos se han visto obligadas a dejar la profesión y trabajar en quehaceres tradicionales. Sin embargo ejercen derecho a la libertad de expresión de forma activa, en resistencia.

Asimismo, debe mencionarse que ya no hay periodistas en la Región Autónoma del Caribe Sur ni en la Región Autónoma del Caribe Norte. Quienes ahí vivían o eran originarios de ambas regiones, han sido obligados a exilarse dada la persecución y amenazas estatales y del partido de gobierno.

De un total de 86 violaciones a periodistas, 22 han sido a mujeres, según la Fundación por la Libertad de Expresión y la Democracia (FLED) y la Red Regional Voces del Sur (VDS). A su vez, el Observatorio de Agresiones a la Libertad de Prensa de PCIN identificó en 2023, 83 ataques por agentes del Estado de Nicaragua.

Contrario a la gesta de Rigoberto Cabezas, 140 años después, en Nicaragua ya no existen medios de prensa escrita; los medios televisivos independientes han sido confiscados, al igual que muchas radioemisoras, incluidas las de perfil católico.

Pese a ello, el periodismo nicaragüense sigue resistiendo aún en condiciones adversas como las descritas. No vamos a bajar la voz, no vamos a dejar de teclear, no vamos a dejar de ofrecer un abanico de opiniones, no nos van a silenciar. Hemos demostrado el compromiso con el mejor oficio del mundo. Vamos a para continuar luchando por la libertad de prensa y de expresión. No vamos a dejar de exigir la liberación de los colegas. Aplaudimos el esfuerzo y valentía que seguimos asumiendo dentro y fuera de Nicaragua. Pese al insistente apagón informativo, la dictadura no lo ha logrado.

Foto portada: Fundación Violeta Barrios