Redacción AP
La dictadura permitió que la presa política Tamara Dávila y el preso político Miguel Mora vieran por primera vez, desde que fueron arrestados hace unos 14 meses, a sus hijos, de seis y 21 años respectivamente.
Familiares informaron que la visita se llevó a cabo en la cárcel de la Dirección de Auxilio Judicial conocida como El Chipote, este sábado 20 de agosto. Ante la negativa policial de permitir la visita de sus hijos, ambos reos de conciencia habían iniciado una huelga de hambre.
Tamara Dávila, inició la privación de alimentos el 15 de agosto, tras que las múltiples gestiones realizadas por sus parientes para que le permitieran la visita de su pequeña hija, resultaran infructuosas. Este sábado, sus parientes en conferencia de prensa, señalaron que Dávila estuvo cinco días en huelga de hambre hasta que le notificaron que vería a su pequeña.
@bertavalle y @VickyCardenasL, esposas de los presos políticos Félix Maradiaga y Juan Sebastián Chamorro, participaron de la conferencia de prensa de los familiares de las personas presas políticas en donde exigen que ambos tengan comunicación con sus hijas. pic.twitter.com/4OjF6WgD26
— Agenda Propia Nicaragua (@agenda_propia) August 21, 2022
“Estoy feliz de ver finalmente a mi hija, esto debió haber sucedido desde el primer día como es nuestro derecho. Una sola visita no es suficiente. Exijo que se permitan de inmediato visitas y llamadas regulares de todos los hijos e hijas menores y con discapacidad a sus madres y padres presos políticos, incluyendo a quienes se encuentran fuera del país”, compartieron los parientes de la presa política.
El preso político, Miguel Mora, logró ver a su hijo Miguel Mora Chávez este sábado, cuando cumplía 59 días en huelga de hambre para exigir al régimen que le permitieran ver a su hijo, a quien cariñosamente llama “Miguelito”.
“Fue el mejor regalo de cumpleaños”, señaló la esposa de Mora, Verónica Chávez. “Cuando entramos por la puerta, Miguel recibió a Miguelito con un gran grito ¡Gloria a Dios! Miguelito lo logramos, la Gloria sea para Dios y Miguelito dijo ¡” papi”! y se abrazaron, cantaron y oraron“, narró Chávez en la conferencia de prensa.
El hijo de Mora, de 21 años, y con discapacidad motora, le preguntó a su padre “¿qué estás haciendo?” y el reo político respondió “estoy aquí construyendo una gran casa con piedras firmes y sólidas. Estoy trabajando Miguelito para Nicaragua”, dijo Chávez.
Para defensoras de derechos humanos consultadas por Agenda Propia, esta iniciativa de Tamara y Miguel es una forma de resistir pacíficamente.
«La dictadura tuvo que ceder, es de todo el mundo conocido la situación delicada de salud que enfrentan las personas presas políticas te imaginas el dolor de que tienen que hacer una huelga de hambre para poder ver a sus hijos» manifestó una feminista en condición de anonimato.
Por su parte una académica nicaragüense dijo que «la huelga de hambre demostró que la dictadura queda cada día en evidencia como una de las peores dictaduras que han existido, como sociedad estamos muy unidos en una demanda y es precisamente la liberación de las personas presas políticas».