Redacción AP
La asociación mundial de escritores PEN Internacional y los Centros de PEN América, Argentina y San Miguel de Allende, con el apoyo de los Centros PEN en el continente, han conformado el Observatorio “Ojo en Nicaragua”, un espacio donde se registrarán los intentos de censura, actos de asedio y los ataques a la libertad de expresión por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.
A la iniciativa se ha sumado Fundamedios, una organización comprometida desde 2007 con los derechos humanos y la promoción de la libertad de expresión, el monitoreo de las agresiones y los riesgos que enfrentan los periodistas en América Latina. En diciembre de 2017, fue galardonada con el Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos y Estado de Derecho.
Situación del periodismo independiente en Nicaragua
El 13 de agosto la policía allanó sorpresivamente al diario La Prensa, único medio de comunicación impreso en el país. Al momento del hecho se evidenció que efectivos antimotines cortaron el servicio de internet y la energía eléctrica en sus instalaciones según reportes de periodistas y trabajadores que se encontraban en el edificio a quienes se les prohibió utilizar sus teléfonos celulares.
Posterior al allanamiento, la institución sancionada por Estados Unidos, informó que investigaba al diario de circulación nacional por “defraudación aduanera y lavado de dinero, bienes y activos en perjuicio del estado de Nicaragua y la sociedad nicaragüense”. Cargos le fueron imputados al gerente general de La Prensa, Juan Lorenzo Holman Chamorro, quien fue trasladado en la madrugada del sábado 14 a la sede de la Dirección de Auxilio Judicial.
El régimen se ha ensañado contra otros miembros de la familia Chamorro que han sufrido la represión directa en los últimos meses como es el caso del periodista Carlos Fernando Chamorro en su segundo exilio desde 2018; Cristiana Chamorro, periodista y vicepresidenta de la junta directiva de La Prensa, bajo arresto domiciliar por el caso del supuesto delito de lavado de dinero que investiga el Ministerio Público; y Juan Sebastián Chamorro, aspirante presidencial, encarcelado político.
El diario La Prensa, con casi un siglo de existencia, propiedad de las familias Chamorro y Holman Chamorro, fue también censurada y clausurada por la dictadura somocista en la década de 1970. Su director, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, fue asesinado en 1978 por ser un abierto opositor. En la década de 1980, durante el primer gobierno sandinista, el diario fue también censurado y cerrado en varias ocasiones.
Medios críticos suprimen firma de los redactores por seguridad
Los principales medios de comunicación independientes de Nicaragua han decidido omitir la firma de sus redactores como medida de protección y seguridad de las y los periodistas. La Prensa anunció días antes de su cierre u ocupación, que «ante la escalada de agresiones y amenazas a la prensa independiente, a partir del mes de julio medios de comunicación como La Prensa, Confidencial y otros medios digitales han decidido suprimir la firma de los redactores de artículos periodísticos», señaló el diario en un informe de monitoreo de violaciones a la libertad de prensa.
En el informe «Amenazas, exilio, citatorias y negativas de información: el diario vivir de la prensa independiente en Nicaragua», La Prensa indicó que en el mes de julio al menos 11 periodistas que habían recibido asedio y amenazas por parte de fanáticos del régimen o del Ministerio Público se vieron «forzados» a exiliarse «para resguardar su vida y continuar su trabajo periodístico».
Periodistas como Julio López del medio multimedia Onda Local, Sergio Marín Cornavaca de La Mesa Redonda y la periodista Marisol Balladares y su hija Gloria Elena Escorcia hicieron pública la decisión de exiliarse. Según Pen Internacional, Balladares, originaria de Bluefields, trabajó durante 15 años para Radio Corporación y colaboraba con la revista Conexión Caribe, publicación que ha denunciado la explotación ilegal de los bosques y la violencia de ex militares que invaden territorios indígenas, sufrió un intento de secuestro y en Bluefields ordenaron su captura.
El 28 de marzo, al salir de la radio, un paramilitar sacó un cuchillo e intentó agredirla. Su salida de Nicaragua fue toda una odisea, pues según denunció fue víctima de «violaciones inhumanas» junto a su hija por parte de funcionarios de Estados Unidos, al buscar asilo político. «Fuimos a prisión preventiva ‘La Joya’ en Texas, por 72 horas, con temperaturas extremadamente bajas, durmiendo en el piso, con la ropa llena de lodo con la que cruzamos, con derecho a bañarnos cada cuatro días. Posteriormente nos trasladaron en un avión con grietas, esposadas del pie y la cintura a El Paso», afirmó.