La madrugada de este viernes 19 de agosto, la Policía orteguista, bajo las órdenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo, asaltó la Curia Episcopal de Matagalpa y secuestró al obispo Rolando José Álvarez y a siete de los ocho colaboradores del religioso que permanecían retenidos desde hace más de 15 días bajo sitio policial en el Palacio Episcopal.
La diócesis de Matagalpa a través de un mensaje de su página de Facebook, a eso de las 3:20 de la madrugada, anunció el asalto a la Curia.
Además de monseñor Álvarez, fueron secuestrados los sacerdotes José Luis Díaz y Sadiel Eugarrios, primer y segundo vicario de la catedral San Pedro, respectivamente; Ramiro Tijerino, rector de la Universidad Juan Pablo II y encargado de la parroquia San Juan Bautista; y Raúl González. Los seminaristas Darvin Leyva y Melkin Sequeira y el camarógrafo Sergio Cárdenas.
Fuentes eclesiales revelaron que a Monseñor Álvarez lo llevaron en un vehículo, separado de las otras personas. El operativo fue comandado por el comisionado general Sergio Gutiérrez, jefe de Matagalpa, bajo el mando del también comisionado general Ramón Avellán, subdirector de la policía y uno de los funcionarios más fieles de Ortega, acusado de la comisión de delitos de lesa humanidad en las protestas de 2018.
La policía orteguista allanó la vivienda de los padres de monseñor Álvarez, en Managua, donde también residía el prelado, confirmó su sobrina, Yoselin Álvarez, a través de una publicación en su cuenta de Facebook.
A través de un comunicado sin fundamento legal la policía confirmó el secuestro, bajo el argumento de que el operativo “permitió recuperar la normalidad para la ciudadanía y las Familias matagalpinas”.
También informó que esta mañana el Cardenal y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua Leopoldo Brenes ,le visitó en su casa de habitación donde según la policía de la dictadura se encuentra bajo resguardo domiciliario en esta Ciudad Capital Managua y ha podido reunirse con sus familiares
El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño -CELAM- a través de su cuenta de twitter alertó a la comunidad internacional el asalto y se sumó a la cadena de oración por los religiosos.
Desde junio pasado, la dictadura procesó a tres sacerdotes: en junio a Manuel Salvador García de Nandaime, el 13 de julio a Monseñor Leonardo Urbina en Boaco y el 14 de agosto secuestró a Oscar Danilo Benavidez en Mulukukú que pertenece a la Diócesis de Siuna y se encuentra detenido arbitrariamente en el Chipote.
La escalada represiva contra la Iglesia católica ha conllevado el cierre de 12 emisoras en Matagalpa, la profanación de la parroquia de Sébaco y el cierre el 29 de junio del canal católico cuyo objetivo es acallar a sacerdotes y obispos, mientras el régimen ha elevado su discurso de odio llamándoles en ocasiones “diablos con sotanas”, o “golpistas”.