Redacción AP
90 días de prisión para investigar al sacerdote Óscar Benavidez Dávila, párroco de la iglesia Espíritu Santo en el municipio de Mulukukú, Región Autónoma del Caribe Norte de Nicaragua, es lo que pidió el Ministerio Público al servicio de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Según la información disponible en el Sistema Nicarao, la sociedad y el Estado de Nicaragua figuran como “víctima y ofendido” por las actuaciones del religioso, pero no especifica el delito que supuestamente cometió.
El caso está a cargo de la jueza Gloria María Saavedra Corrales, del Juzgado Décimo Penal de Audiencia en Managua, quien ha participado en los juicios contra las personas presas políticas.
📌Benavidez fue secuestrado por agentes policiales el domingo 14 de agosto a las 5:50 de la tarde, casi dos horas después de terminar su última misa en la capilla Inmaculada Concepción en #Mulukukú.
— Agenda Propia Nicaragua (@agenda_propia) August 18, 2022
Benavidez es el tercer sacerdote detenido en lo que va del año, y el noveno que se encuentra bajo custodia policial, incluyendo al obispo Rolando Álvarez y otros cinco sacerdotes que están encerrados desde el pasado 4 de agosto en el Palacio Episcopal de la Diócesis de Matagalpa.
Sacerdotes de Matagalpa, Estelí, Madriz y Nueva Segovia han confirmado que jefes policiales de los municipios de estos departamentos realizan «visitas» a las parroquias pidiéndoles que «colaboren con la paz» el mismo mensaje que dio el jefe policial de Matagalpa al obispo Álvarez el día de su encierro.
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