A los familiares y presos políticos les hacen firmar documentos en que afirman que han recibido un buen trato. Foto: EFE |
Redacción Agenda Propia Nicaragua
Familiares de las más de 134 personas presas políticas del régimen de Daniel Ortega dieron a conocer las condiciones precarias en que encuentran en los sistemas penitenciarios de Nicaragua, por lo que pidieron “hacer eco de la injusticia, la impotencia, los abusos a sus derechos humanos y el dolor que todas y todos estamos viviendo”.
El 78% de los detenidos arbitrariamente, según un comunicado divulgado este 14 de julio, son adultos de entre 25 y 59 años, padres y madres de niños y niñas que son sostén económico de sus hogares e incluso de familias ampliadas, lo cual ha agravado su situación económica y psicosocial.
Las familias señalan que el 35% de las personas capturadas entre 2018 y 2019, algunos tienen casi tres años detenidas, y el período promedio que llevan en prisión luego de 2018, es de 405 días, y muchos han sido juzgados dos veces por el mismo delito.
Entre las personas detenidas, 10 fueron secuestradas antes del contexto 2018, lo que se traduce en 2,527 días en celdas de máxima seguridad, incluso entre ellos, hay una persona que lleva 3,650 días preso en una cárcel de máxima seguridad, en el sector del llamado infiernillo.
Por otro lado, denuncian que algunas familias tienen más de un familiar detenido, y el sistema les asigna fechas distintas para las visitas. Así, las familias se ven obligadas a ausentarse de sus viviendas y trabajos durante varios días, con consecuencias económicas, físicas y emocionales.
A los familiares y presos políticos les hacen firmar documentos en que afirman que han recibido un buen trato, de lo contrario se nos niega el derecho a las visitas. Sabemos que esto no es cierto y es una táctica más de represión, desgaste y chantaje de la dictadura.
No existe atención médica ni condiciones higiénicas
En las visitas a las cárceles de Nicaragua, las y los familiares han constatado que no existe atención médica, y las condiciones de salubridad son pésimas lo que se agrava en aquellas personas que padecen enfermedades crónicas, adquiridas o provocados en su situación de cautiverio.
“Sabemos que algunos presos han presentado padecimientos, pero no reciben atención oportuna ni se les permite el acceso a los medicamentos que sus familiares les llevan. A la precariedad de su salud se suma la insalubridad de las celdas”, se explica en el documento.
Existe preocupación por la pandemia del Covid-19, porque en los centros penales no existen políticas, para evitar la propagación del virus, “no existen ningún tipo de medidas implementadas para protegerles. Esto es de suma preocupación para nosotras y nosotros ya que sabemos que el contagio podría ser grave para nuestros familiares injustamente encarcelados”.
A los familiares de las 27 personas que han sido capturadas recientemente, se les ha negado el derecho a la visita, incluso a sus abogados y abogadas no se les ha permitido ningún tipo de comunicación. Consideran que es una forma de tortura para quienes están detenidos, como para las familias. “La angustia de no saber en qué condiciones se encuentran, y de no saber cómo responder a esta desgarradora separación forzada que causa que sus hijos e hijas, en muchos casos menores, continúan preguntado dónde están o cuando los podrán ver”.
Las familias explicaron que, a pesar de la diversidad de los más 134 presos y presas políticas, esto no es un obstáculo para mantener la unidad. “Comunicamos que estamos juntos y juntas en la exigencia de libertad, porque la diferencia lejos de hacernos más débiles nos fortalece, y esperamos esa sea lo forma en la que sigamos enfrentando y resistiendo a esta dictadura hasta lograr la libertad de todos las y los pesos políticos, democracia y justicia sin impunidad en Nicaragua.