Marco Rubio, el recién estrenado Secretario de Estado de los Estados Unidos, designado por el presidente Donald Trump y juramentado por el vice presidente J.D. Vance, estará de visita en Centroamérica a finales der esta semana. Rubio viajará a Panamá, Guatemala, El Salvador, Costa Rica y República Dominicana exceptuando Nicaragua y Honduras.
Rubio hijo de inmigrantes cubanos y Senador en la Cámara de Representantes por el Estado de Florida en la década de los 90, llegará a los países mencionados, países donde la migración ha sido muy notoria en los últimos años y donde los estadounidenses tienen intereses particulares.
La nueva Administración de Donald Trump quiere frenar los flujos migratorios provenientes de Latinoamérica y el nombramiento de Rubio como jefe de la diplomacia estadounidense anticipa una mayor atención hacia la región.
El aterrizaje de Rubio en Panamá sería la mayor atracción en su gira, ya que el presidente estadounidense Donald Trump ha reiterado su intención de que Estados Unidos retome el control del Canal de Panamá, el cual se concretó en 1999 según los Tratados Torrijos-Carter. Trump alega que se ha dejado a merced de los chinos para que se lucren del “negocio” que en su momento fue administrado por Estados Unidos. El mandatario alega que China está detrás del control del canal, país asiático que mantiene relaciones diplomáticas con el país canalero desde el año 2017.
En el país canalero, las reacciones han creado tensión e incertidumbre. El ex presidente Ernesto Pérez Balladares dijo al periodista Álvaro Alvarado con cercanía a este medio de comunicación, que “nosotros, tomamos una decisión, pude yo estar de acuerdo o no, pero se tomó la decisión de abrir relaciones con China, en el gobierno del presidente Varela. En esta circunstancias sin que haya ninguna justificación, romper relaciones con China, me parece un acto de cobardía. Nosotros somos un país independiente y podemos tener relaciones con el país que nos dé la gana. No podemos tener relaciones en base a lo que le interesa a los Estados Unidos o cualquier otro país. Tenemos relaciones con Rusia, que también tiene un conflicto con Estados Unidos y Ucrania. ¿Por qué no podemos tener relaciones con China?. Es totalmente absurdo. Lo que tenemos que ver es que sea para beneficio de Panamá. Aquí los chinos han venido, no a invertir, sino a construir obras que son del Estado, llámese puentes, ferrocarriles y más. Y tanto derecho tiene los chinos como los estadounidenses de participar en las licitaciones que nosotros abramos”, dijo Pérez Balladares.
En búsqueda de alianzas firmes, la portavoz de Rubio, Tammy Bruce, comunicó la relación cercana con El Salvador y Costa Rica. El 23 de enero, informó que el presidente Trump se había comunicado por teléfono con Nayib Bukele, para trabajar en función de detener la inmigración ilegal y en seguridad, luchar contra el Tren de Aragua. Mientras que a través de comunicado, la embajada estadounidense en Costa Rica indicó que Marco Rubio «conversó hoy (24 de enero), con el Ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Arnoldo André, con el fin de reafirmar la importancia de la relación entre Estados Unidos y Costa Rica para forjar un hemisferio más seguro, más fuerte y más próspero».
El Secretario Rubio agradeció al Ministro André por la alianza de Costa Rica con Estados Unidos para «promover la paz, proteger la seguridad hemisférica de amenazas externas, detener a las sofisticadas empresas criminales transnacionales que aterrorizan a nuestros países y poner fin a la crisis de la migración masiva en nuestro hemisferio trabajando hacia soluciones duraderas”, expuso.
Nicaragua y Honduras excluidas de la visita de Rubio
Enrique Sáenz, economista y exiliado nicaragüense considera que la visita de Marco Rubio es un aviso directo a Nicaragua y a Honduras. “El primer mensaje y el que hay que rescatar a pesar de los desafíos globales que tiene Estados Unidos, es que el Secretario de Estado, haya resuelto que su primera visita sea a Centroamérica, pero además no es que llegue a un país como Costa Rica y ahí se reúnan los cancilleres invitados, sino que visite a cada país, ese es un mensaje relevante». Agrega que «hay que poner atención a sus planteamientos, porque hay que estar atentos, porque hay dos países excluidos como Nicaragua y Honduras. En el caso de Nicaragua, porque se trata de una dictadura, en el caso de Honduras, habrá que ver como lo analizan los hondureños, ya que no es un gobierno que cuente en esta etapa con el interés o la simpatía del gobierno estadounidense”.
Carolina Alduvin, académica de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH, dijo a Centroamérica 360 que la decisión de Rubio de no visitar Honduras tiene un mensaje siginificativo. “Tengo la impresión que es una forma de llamarlos al orden. La presidenta (Xiomara Castro) de Honduras amenazó con quitarles o desalojarlos de la base Palmerola. Obviamente sin tener idea de los términos del compromiso que se hizo hace muchas décadas… La señora sólo lee lo que le ponen enfrente. Ni siquiera revisa o ensaya antes. El que escribe sus peroratas, no es responsable por lo que ella pronuncia, así que abusa…la visita interpreta “es más que todo, una muestra de buena voluntad hacia quienes visita. Y, no tiene razones para tenerla con Honduras y con Nicaragua”, menciona.
La prioridad es la Política Exterior
El 21 de enero de 2025, en su mensaje a los empleados del Departamento de Estado, Rubio enfatizó en su política exterior en pro de la seguridad nacional reconociendo que habrá esos momentos en los que que «interactuaremos unos con otros debido a nuestra naturaleza, habrá conflictos. Intentaremos prevenirlos y evitarlos, pero nunca a expensas de nuestra seguridad nacional, nunca a expensas de nuestro interés nacional y nunca a expensas de nuestros valores fundamentales como nación y como pueblo», expresó. Argumentó que «al ser una nación fundada sobre un poderoso principio, y ese poderoso principio es que todos los hombres han sido creados iguales, porque nuestros derechos proceden de Dios, nuestro Creador, no de nuestras leyes ni de nuestros gobiernos… A veces, en relaciones exteriores, nuestras opciones son dos malas, y solo intentamos averiguar cuál de ellas es menos mala”.
La gira de Rubio parece que se inclina por dirigir la política exterior con el resto de América, donde existe el tránsito incontrolado de migrantes, tráficos de drogas, economías débiles, pobreza, corrupción propiciada por gobiernos autoritarios y violaciones de los derechos humanos. Quizá la próxima parada de Rubio sea acercar las relaciones con sus pares de Norte América, como es México y Canadá.