Durante los últimos siete años, Nicaragua ha vivido una profunda crisis sociopolítica marcada por la terrible represión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, según se expone en el video «7 años abril, cronología de la infamia y la resistencia en Nicaragua (2018-2025)». La producción realizada por el periodista y colaborador de Agenda Propia Nicaragua, Daniel Rodríguez Moya y transmitida el pasado 21 de abril, recoge una detallada historia de la violencia estatal, la persecución a opositores y las restricciones a derechos fundamentales.

El video denuncia violaciones sistemáticas a los derechos humanos, incluyendo ataques a la libertad de prensa, detenciones arbitrarias, cancelación de más de 5.400 ONG y una creciente represión religiosa. Casos emblemáticos como la captura del Obispo Rolando Álvarez y el exilio de alrededor de 280 periodistas reflejan el férreo control estatal. Asimismo, se enfatiza la lucha de las defensoras de derechos humanos, quienes enfrentan violencia y persecución, pese al discurso oficial de equidad de género. La Iglesia Católica, estudiantes y líderes sociales también han sido blancos de la represión gubernamental.

En la edición participaron Azahalea Solís, abogada constitucionalista del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), Eva Zetterberg, ex embajadora de Suecia en Nicaragua y Bianca Jagger, de la Fundación Bianca Jagger Pro-Defensa de los Derechos Humanos, quienes compartieron sus perspectivas sobre la situación en Nicaragua y destacaron puntos claves

Jagger expresó que a través el vídeo se refleja la creación de una dinastía, «porque no solamente es una dictadura brutal y criminal que ha cometido crímenes de lesa humanidad, y que lo más importante que podría ocurrir para Nicaragua es que Daniel Ortega, Rosario Murillo y esas 52 personas que menciona el GHREN sean llevados a una corte internacional y sean juzgados y que eso sea el fin de esta dictadura», manifestó.

Por su parte, la ex embajadora Zetterberg, impresionada con las imágenes, dijo que con el paso del tiempo la represión se ha ido perfeccionando, «al principio no fue tan disciplinada pero poco a poco se ha perfeccionado el modelo de dictadura, una dinastía nueva igual a la de Somoza». A la vez, enfatizó que las denuncias a nivel internacional de la Organización de Estados Americanos (OEA, la Unión Europea (UE) y del Grupo de Expertos Independientes para Nicaragua de Naciones Unidas, GHREN, parecen no importarle a Ortega y Murillo, «él tiene su apoyo de China y Rusia y no sé si sea suficiente. También me pregunto en la nueva situación del mundo con las amenazas de Trump y la inseguridad que da para todo el mundo de lo que va a pasar, me pregunto si puede tener una influencia en Nicaragua tal vez para presionar a la dictadura con las tarifas de los EEUU contra la dictadura», subrayó.

A Azahalea Solís defensora de derechos humanos, ver sintetizado en un vídeo los últimos siete años de Nicaragua, le provocó sentimientos encontrados como tristeza, orgullo y mucho compromiso. «Me remueve el alma todas las situaciones que se han generado a partir de la represión, de la voluntad dictatorial, dinástica, de una familia infame, despreciable; pero a la vez encontrarme al día de hoy en Nicaragua no ha firmado ningún cheque en blanco para ninguna dictadura ni para esta, y aunque se note, es clarísimo que la resistencia está ahí y la voluntad de no someterse a la dictadura también está», señaló

Solís apuntó que el compromiso de cada nicaragüense debe trascender las actitudes y pequeñeces porque «no puede ser que hayamos tenido que regresar a una dictadura y no puede ser que no tengamos la voluntad y el esfuerzo y la acción para erradicar estas actitudes y nos toca en una situación muy adversa donde los derechos humanos, la lucha por la democracia aparentemente en la narrativa está evaluada, pero creo que nos debe convocar no solamente para Nicaragua sino para hacer valer que la democracia y el Estado de derecho es fundamental para la vida humana», recalcó la feminista.

Las panelistas enfatizaron la gravedad de las violaciones a los derechos humanos bajo el régimen de Ortega, mencionando detenciones arbitrarias y represión sistemática. A la vez, comentaron la valentía y resistencia del pueblo nicaragüense, subrayando cómo han continuado luchando pese a la represión. También mencionaron que es necesario el apoyo para las personas presas políticas y a los grupos que tratan desde fuera de Nicaragua que otra Nicaragua es posible.

Jagger valoró la importancia del papel de la comunidad internacional, «poner sanciones que sean efectivas, de poner sanciones que sean coordinadas, es cierto que lo que ocurre en el mundo es muy difícil, recordarnos lo que ocurre hoy en Nicaragua, por lo que ocurre hoy en Ucrania, lo que ocurre hoy en Gaza pero llamo a la comunidad internacional de no olvidarse de los nicaragüenses, de lo que estamos viviendo y de la necesidad de llevar a una corte internacional a esos criminales», dijo.

En el debate también se discutió lo que ha significado en la sociedad civil y las organizaciones de derechos humanos, el cierre del espacio cívico y el clima hostil que enfrentan. También se comentó las perspectivas de cambio. Las posibles vías para un cambio pacífico y democrático, reflexionando la historia de las luchas en Nicaragua y la importancia de aprender de ellas.

Zetterberg mencionó que «Nicaragua no se calla, que hay personas de la iglesia, de los estudiantes, de mujeres de diferentes grupos, que siguen protestando de una u otra forma, y que también hay que buscar las sanciones coordinadas… quisiera poner un ejemplo muy pequeño pero creo que a través de diferentes acciones, en la cultura podemos despertar interés en otros grupos que siempre están a favor de derechos humanos. Sergio Ramírez que es una persona privada de su nacionalidad estuvo aquí exponiendo su literatura y también estuvo hablando de la situación del país».

La abogada constitucionalista entre tanto, recordó que para las feministas el regreso de Daniel Ortega al poder era lo peor que le podía ocurrir al país, como efectivamente fue cierto. «Nosotras hacíamos en el 2006 el análisis sobre la base de los pilares de la democracia y desde un análisis feminista que la democracia no es un asunto solo de votos o de elecciones sino que también tenía que ver con respeto a los derechos humanos y respeto en la vida cotidiana y como sabemos Daniel Ortega y Rosario Murillo pierden todo el test democrático y de respeto a la vida cuando ya sabemos lo que hicieron previo al 2006: el tema del abuso sexual, el cierre completo del aborto, entre otras cosas más que hicieron».

Lecciones que deben aprenderse

Solís explicó que lo personal es político en la vida cotidiana, «una sociedad, un régimen, un sistema tiene que ser democrático para que puedan confluir las ideas, los pensamientos, las diversidades y dentro del feminismo, dentro de las mujeres siempre hemos reivindicado el tema de la diversidad, el tema de los pluralismos sociales, no solamente político-partidario sino más globales, más culturales y sociales, eso se ha reafirmado, que las mujeres para que tengamos una vida en la cual se nos reconozca como seres humanos y no como alguien de segunda categoría, es necesario que haya respeto por las leyes, de las autoridades a que se sometan a las leyes y que actúen de acuerdo a eso», detalló.

Para las mujeres el nivel simbólico de tener a una figura que representa una violación a los derechos de las mujeres, es negativo para sus vidas y para el ejercicio de sus derechos humanos, «como hemos visto también los femicidios o el tema de la violencia sexual o la violencia física o metal se ha incrementado a unos niveles mayores a los que habían anterior a Ortega».

La defensora Jagger hizo un llamado a la unidad de la oposición y a la comunidad internacional para apoyar el cambio en Nicaragua, priorizando soluciones pacíficas y democráticas. «No queremos enfrentarnos y embarcar en una guerra violenta como en el pasado». La solución para Jagger es continuar documentando las violaciones a los derechos humanos como lo está haciendo el GHREN.

Finalmente se comentó de los retos que le quedan a Nicaragua para una salida a la dictadura, Solís reiteró que hay que trascender en la cultura política, «en la que nos vemos como enemigos entre nosotros si pensamos y tenemos posiciones políticas diferentes o posiciones ideológicas diferentes, o sea acusarte de izquierdista o acusarte de derechista creo que es un reto que tenemos que trascender porque la dictadura ha sido transversal en la persecución y a lo largo de estos siete años y desde antes, que asesinaron a varias decenas de campesinos… creo que lo importante es que nos miremos como nicaragüenses que hemos sido parte de un anhelo democrático, de un anhelo de patria libre para vivir, de otra Nicaragua independientemente de lo que pensemos y de cual sea nuestra ideología porque el único enemigo que tenemos enfrente es la dictadura».

Las intervenciones reflejan una profunda preocupación por la situación actual en Nicaragua, así como un compromiso con la lucha por la justicia y la democracia.