Redacción central

Honduras, integra la región centroamericana y se ubica en el puesto 146 de 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, según Reporteros sin Frontera.

El periodismo hondureño vive en la actualidad una de sus peores etapas. La tasa de impunidad, en un país inundado por la violencia del crimen organizado y la corrupción, es una de las más elevadas del continente. La concentración de la propiedad de los medios, la autocensura y un sistema de protección debilitado, agravan la situación, silenciando al periodismo independiente.

“La prensa hondureña vive un lento descenso al infierno desde hace más de una década, tras el golpe de Estado de 2009. El país sigue siendo uno de los más mortíferos para el periodismo en el continente americano, lo cual crea un clima de autocensura y miedo en la prensa” señala Reporteros sin Fronteras, RSF.

La compra de grandes medios por inversores internacionales, y de pequeños por la clase política local, entorpece el pluralismo. La concentración en manos de políticos, empresarios y grupos religiosos genera un sesgo informativo. Los medios mantienen una agenda dictada por tales grupos, agrega RSF, que promueve y defiende la libertad de información cada día, en todo el mundo.

El periodismo independiente hondureño tiene dificultades para sobrevivir sin publicidad o se ve amenazado por las solicitudes de funcionarios públicos al derecho de réplica; y lucha contra un Código Penal, de 2020, que penaliza el derecho de manifestación y reunión. Impone multas y prisión a periodistas y a quienes publiquen sus escritos. Dicho Código viola derechos humanos y es una amenaza para la libertad de prensa, añade RSF.

De acuerdo con RSF, la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa sigue cayendo en 2025, alcanzando un nivel crítico sin precedentes, indicó a inicios de este mes de mayo.

Para Gustavo Cardoza, de Radio Progreso Honduras, “Nicaragua está en una situación delicada de libertad de expresión, hemos visto confiscaciones, cierres de medios; en Guatemala el periodista Zamora sigue un proceso delicado por su ejercicio periodístico; las declaraciones recientes de líderes pandilleros que el Faro ha hecho público en El Salvador, contra el presidente Nayib Bukele. Todo ese cúmulo de vulnerabilidades del periodismo en Nicaragua, Guatemala, El Salvador, y Honduras no es la excepción, y si uno se va a Panamá, Costa Rica y Belice, el Istmo Centroamericano, y si lo extiende al resto del Continente, va a entender que el ejercicio periodístico y la libertad de expresión, están respondiendo a dinámicas globales que van censurando algunos procesos usando mecanismos legales, la propia justicia, los medios de comunicación que le adversan. En Honduras es lo que va primando”.  

Gobierno Xiomara Castro: mismos retos para el periodismo

En 2021, Xiomara Castro del Partido Libre, ganó las presidenciales, siete de cada diez personas votaron por ella a la espera de una oportunidad de cambio, lo cual puso fin a una década en el poder del Partido Nacional. Fue la primera presidenta y generó expectativas por su agenda de derechos humanos. No obstante, el periodismo se enfrenta a retos similares a los que encaraban con gobiernos anteriores: discursos denigrantes de funcionarios, no acceso a fuentes informativas a periodistas no afines y falta de protección contra las amenazas.

El gobierno de Castro “está en su final, este es un año político-electoral en Honduras” afirmó en entrevista con Agenda Propia el comunicador Cardoza; y aseveró que “en marzo pasado se celebraron elecciones internas irregulares, y en noviembre tendremos elecciones generales; con lo cual termina el gobierno de Xiomara Castro, como figura política que vino a romper 200 años de historia hondureña para que hubiese una presidenta, lo cual es un hito importante” dijo.

Explicó Gustavo Cardoza, que en el gobierno de Castro “al que le precede una dictadura con altos niveles de corrupción, de impunidad y narcotráfico en las esferas estatales, se genera un fuerte desgaste del Estado y por tanto de derechos de la ciudadanía, donde entran la libertad de expresión y la libertad de prensa; y hay que diferenciar esas dos libertades, esenciales para el desarrollo de cualquier sociedad” precisó.

Una de las primeras acciones de la administración Castro “fue crear una oficina de monitoreo de medios de comunicación, con una asignación bastante generosa, de bastantes millones de lempiras, para una Secretaría de Planificación Estratégica, y uno se pregunta, si lo que hace es planificar estratégicamente lo que el gobierno va previendo, analizando para atender las demandas del pueblo”, señala Cardoza. Dentro de dicha instancia hay una oficina desde la cual el gobierno monitorea los medios, a lo cual tiene derecho, pero con qué fines si todo es con recursos de la población.

Xiomara Castro se va con saldo rojo

La presidenta Castro dejará el poder público en noviembre próximo con un sabor extraño. “No tanto por ella, sino porque incluyó en su gabinete a figuras que generan malestares en algunos sectores, inclusive del movimiento popular, independientes y académicos” a juicio del comunicador de Radio Progreso.

El saldo rojo de Castro tiene que ver también con la misoginia que prevaleció en muchos funcionarios gubernamentales, periodistas muchos, de la Cancillería de la República, de la Secretaría de Planificación Estratégica, de la Secretaría de Ambiente y Recursos Naturales, y algunos diputados, quienes le hicieron una contra campaña al gobierno de Xiomara no sólo en sus discursos sino también en sus acciones.

“En el tema de la libertad de expresión y de la libertad de prensa hay mucha misoginia en el gobierno de una mujer, asegura Gustavo Cardoza.

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