Por Las Comadres

En medio del dolor, el desarraigo y la persecución política, 45 mujeres periodistas y comunicadoras nicaragüenses comparten sus testimonios en la investigación: “Voces de mujeres periodistas nicaragüenses en el exilio” que evidencia la cruda realidad que enfrentan en diferentes procesos migratorios, a raíz de la criminalización del periodismo.

El estudio, es un aporte del espacio de articulación periodístico Las Comadres, integrado por los medios feministas La Lupa, Radio Vos y Agenda Propia, que lograron mapear a 78 mujeres periodistas nicaragüenses exiliadas y desterradas residiendo en diferentes partes del mundo, pero que, por temor a las represalias contras sus familiares en Nicaragua, más de la mitad se abstuvo de participar. 

“Es un aporte que hacemos desde Las Comadres para comprender a fondo las dinámicas de género en contextos de persecución, exilio y trabajo periodístico considerando que las mujeres periodistas enfrentamos riesgos y violencias específicas que no siempre compartimos con nuestros colegas hombres”, explica Maryórit Guevara, periodista exiliada, directora de La Lupa.

Un compromiso en lucha

La investigación evidencia que siete años después del estallido de abril de 2018, cuando el periodismo nacional se volcó a las calles para informar sobre la violación a los derechos humanos por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, las mujeres periodistas y comunicadoras en el exilio y el destierro luchan por mantener el compromiso de continuar informando para Nicaragua.

Al menos, un 26% de las entrevistadas se dedican a trabajos feminizados y precarizados en países como España y Estados Unidos, mientras un 68% trabaja en el periodismo y la Comunicación Social, no obstante carecen de derechos laborales en su mayoría debido a los términos de las contrataciones con medios digitales que sobreviven en el exilio.

“Estos datos nos llaman a buscar con urgencia medidas para no perder a estas periodistas porque cuando los periodistas se exilian y abandonan la profesión  un país pierde mucho más que sus voces individuales: pierde parte de su democracia, de su memoria, y de su capacidad de transformación social”, afirma Argentina Oliva, periodista exiliada, directora de Radio Vos.

Centro América, Europa y EE. UU. son el destino de estas mujeres exiliadas regadas por el mundo. Desde El Salvador, Guatemala, Noruega, Alemania, Colombia, México, pero las principales zonas de acogida son Costa Rica (14), Estados Unidos (14) y España (10).

Las edades de las 45 mujeres periodistas entrevistadas oscilan entre los 18 años a más de 65 años, concentrándose en su mayoría entre el rango de 35 a 44 años (22 mujeres), seguido por el grupo de 45 a 54 años (10 mujeres). Esto indica una población predominantemente adulta, en una etapa de madurez profesional y posiblemente con responsabilidades familiares, lo cual puede incidir en la experiencia del exilio y el destierro de diferentes maneras.

“Es un panorama importante de destacar porque son mujeres en edades altamente productivas. Periodistas con una carrera hecha en Nicaragua y una experiencia de trabajo que se ven empujadas a trabajar en sectores precarizados, pero además que han perdido sus años de cotizaciones, han perdido derechos ganados, y ahora deben iniciar de cero, eso las que pueden, porque otras ya estaban en edad de jubilarse”, coinciden ambas periodistas.

Y aun con lo difícil del contexto, del arrebato del territorio, de medios de vida y cercanías, “no ha podido borrar su voz, su ética ni su deseo de transformar la realidad”. Las mujeres periodistas han tejido redes de apoyo, sostenido su labor periodística, reinventado su camino profesional y, sobre todo, han priorizado su salud emocional, su dignidad y sus vínculos con la memoria, la cultura y la verdad.

Este informe recoge sus historias y consejos como un faro para otras mujeres que enfrentan procesos similares. Es un aporte a la memoria viva de la resistencia feminista y periodística de Nicaragua. Porque, aunque estén lejos, su palabra sigue siendo refugio, denuncia y esperanza.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *