Son las dos de la mañana con trece segundos y los sacerdotes de la diócesis de Matagalpa viven su tercer día de vela, luego de la redada policial iniciada el pasado primero de agosto en su contra. Pero la comunicación es constante con las personas laicas, quienes se mantienen alertas ante posibles detenciones, mientras hombres de civil en motocicletas vigilan las parroquias de la perla del septentrión.

“La situación de los sacerdotes en Nicaragua ha sido objeto de una creciente preocupación y atención internacional en los últimos años. Desde el año 2018, el país centroamericano ha experimentado una profunda crisis sociopolítica que ha llevado a un aumento de la represión del gobierno de la dictadura Ortega-Murillo Ortega, acusado de violar los derechos humanos y de una política de intolerancia hacia la disidencia», dice una religiosa desde Honduras, quien recibe a sacerdotes, seminaristas y delegados de la palabra que huyen de la represión política que vive la iglesia nicaragüense.

La detención de sacerdotes se reanudó este primero de agosto, hombres de civil, en camionetas particulares, policías de la Dirección de Operaciones Especiales (DOE) y cuadros políticos del partido FSLN en Matagalpa son los ejecutores, quienes han apresado al menos a ocho sacerdotes, seis de los cuales han sido llevados al seminario interdiocesano de Fátima en Managua y dos se encuentran en el complejo policial y centro de tortura El Chipote.

Feligreses de Matagalpa confirmaron a Agenda Propia, la detención de los sacerdotes Jairo Pravia y Víctor Godoy, párroco y vicario parroquial, respectivamente, de la parroquia Inmaculada Concepción de María, en el municipio de Sébaco, uno de los bastiones de la rebelión de abril de 2018 en el norte de Nicaragua.

También se ha reportado que los sacerdotes Antonio López, de la parroquia Nuestro Señor de Veracruz, y Marlon Velásquez Flores, vicario de la parroquia Santa Lucía, ambas en el municipio de Ciudad Darío, fueron asimismo detenidos.

Mientras tanto, en el mismo municipios de Ciudad Darío fuentes eclesiales denunciaron la detención en la parroquia San Pedro, de Fray Edilio Javier Cruz, religioso de la Orden de Frailes Menores, quien presuntamente andaba en una visita pastoral en una comunidad rural cuando iba a ser detenido.

Mientras que en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en el municipio de Matiguás, la policía detuvo al sacerdote Raúl Villegas.

Estas detenciones se suman a las de monseñor Edgar Luis Sacasa Sierra, vicario de Pastoral, y a monseñor Ulises René Vega Matamoros, vicario judicial y canciller de la Diócesis de Matagalpa, ocurridas el jueves 1 de agosto, quienes se encuentran en el Chipote.

Fuentes de la iglesia en Matagalpa han confirmado que los clérigos fueron despojados de sus computadoras, teléfonos, y otros electrodomésticos digitales en el momento de la detención.

“Casi todo nuestro clero ha sido desterrado, encarcelado, las parroquias quedan solas. Los sacerdotes son inocentes. Basta ya de persecución religiosa” manifestó el sacerdote Erick Díaz, de la diócesis de Matagalpa y quien se encuentra en el exilio.

“A medida que la tensión política se intensifica, la Iglesia en Nicaragua enfrenta un dilema significativo: permanecer como un defensor de los derechos y la dignidad humana, o ceder ante la presión del régimen, lo que podría llevar a una mayor erosión de su influencia y credibilidad. Están en juego no solo la libertad religiosa sino la labor pastoral de la iglesia” expresó Marta, una socióloga nicaragüense bajo condición de anonimato.