Por Azucena Castillo
Colombia se pronunció contra del robo de la jesuita Universidad Centroamericana de Nicaragua (UCA ), a través de un comunicado, cuyo texto enfureció a la dictadura de los Ortega–Murillo al manifestar que «el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia manifiesta su preocupación con la confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua, que se concretó con un oficio del Juzgado Décimo Distrito Penal de Audiencias, Circunscripción Managua del 15 de agosto del año en curso».
El país cuyo presidente es Gustavo F. Petro Urrego, manifestó su profunda solidaridad con los estudiantes, profesores y demás personal afectado por la incautación de los bienes del centro universitario que, bajo la administración de la Compañía de Jesús, es una de las principales instituciones educativas de Nicaragua.
El Gobierno de Colombia condenó con vehemencia todas las medidas que limitan la libertad religiosa, de cátedra y de expresión. «La respuesta de la dictadura fue más de lo mismo en cuanto a lenguaje y contenido. Llamo «vulgar, insolente e intervencionista» al gobierno de Gustavo Petro, por condenar el robo a los Jesuitas y a la juventud nicaragüense.
Pero no se sabe a qué le teme el régimen dictatorial. No sólo se robaron las instalaciones y equipos de la UCA, Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenaron expulsar a los jesuitas de su vivienda ubicada en Villa «El Carmen» ubicada en la parte trasera de la Universidad, en Managua. Así lo denuncia en su cuenta de Twitter el sacerdote jesuita Jonathan Marín
El ambiente es hostil en el campus universitario y en general en todo Managua la tensión es notoria. La UCA considerada la universidad de mayor calidad y prestigio del país centroamericano, por su historia. Su actividad en toda la vida de la nación era determinante. Al menos 12 mil personas pernotaban casi a diario en esa Alma Máter.
En Managua, capital, un grupo de jóvenes quemaron una bandera roja y negra en el puente de la rotonda de la Colonia Centroamérica en protesta a las acciones confiscatorias de la dictadura.
Este sábado 19 de agosto dos mujeres jóvenes fueron apresadas por la policía. Una egresada de la carrera de comunicación social de la UCA y la otra de la Universidad Juan Pablo II, institución universitaria también confiscada por la dictadura.
El Movimiento Autoconvocado entre tanto, denunció al personal de la UCA afiliado al sindicato sandinista, por haber filtrado nombres de opositores a los nuevos comisarios políticos del régimen nombrados como nuevas autoridades de la ahora Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro.