Hombres de civil y policías debidamente identificados secuestraron a Manuel Antonio Obando Cortedano, periodista y quien fungía como coordinador de prensa de la diócesis de Matagalpa, horas después detuvieron al reportero Wilberto Artola, periodista de TV Merced. Ambos se encuentran desaparecidos desde la noche del domingo 11 de diciembre.

Fuentes eclesiales dijeron bajo condición de anonimato a Agenda Propia Nicaragua que “se sabe que él (Obando) estaba saliendo de su casa con su cuñado y a los dos se los llevaron”, al momento de la captura el periodista se encontraba con Luis Pérez, cuñado, quien presuntamente fue liberado.

Obando era quien acompañaba en las giras pastorales al obispo de la Diócesis, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, quien lleva desaparecido casi cuatro meses y medio.

La mañana de este lunes 12 de diciembre la policía allanó la casa de María Victoria Pérez, abogada de la diócesis de Matagalpa y esposa de Obando. Ella también está desaparecida.

“Entraron sin orden judicial, de forma violenta, la golpearon enfrente de su hijo de dos añitos, decomisaron equipos de computación, memorias USB, papeles de la iglesia, una Biblia, un rosario que ella tenía en su escritorio y sus cosas personales” narró vía telefónica una familiar de María Victoria.

María Victoria Pérez coordinaba el programa de Facilitadores Judiciales de esa Diócesis, mismo que nace de un Convenio de Colaboración entre la CSJ y la Diócesis del departamento de Matagalpa, firmado por monseñor Rolando Álvarez», ha manifestado públicamente el exfuncionario del poder judicial Yader Morazán, al informar en sus redes sociales el allanamiento.

Desde 2018 decenas de medios independientes han sido cerrados por el régimen y los que siguen operando lo hacen desde el exilio.

Israel González, periodista nicaragüense exiliado y quien ha dado cobertura a temas religiosos en Nicaragua, escribió en su cuenta de Twitter que “el mutismo no es el camino cuando van en contra los tuyos: Un obispo, curas y laicos”, pidiéndole al Cardenal Brenes manifieste su condena pública ante la persecución a la prensa católica.

Un sacerdote de la diócesis de Jinotega dijo a Agenda Propia en condición de anonimato que “la vigilancia hacia los sacerdotes ha incrementado después de las votaciones municipales, hay un deseo de controlar, acosar e incluso de hacerle ver a uno que solo hay tres caminos: cárcel, silencio o exilio y que ellos son quienes lo deciden”.

“Constantemente somos visitados por los jefes de seguridad pública de cada zona, la pregunta es la misma: ¿Cómo se encuentra? Y la petición sigue siendo de que no nos metamos en temas políticos, que nos dediquemos a nuestra fe y a rezar, pero lo que no entienden es que frente a las violaciones de derechos humanos uno no puede callar, y que el Evangelio es anuncia y denuncia y en este caso denunciamos las anormalidades que hacen” manifestó el clérigo.

La dictadura Ortega-Murillo no cesa su persecución, la noche de este lunes 12 de diciembre la policía anduvo buscando en sus casas a otros exempleados de los medios de comunicación de la diócesis clausurados en distintos momentos por el régimen.

La pregunta que se hacen las familias de Obando, María Victoria y Artola es ¿dónde se encuentran?, la respuesta sigue siendo el silencio de la policía orteguista, aparato represor de la dictadura en Nicaragua.