El ex diputado asegura que la estrategia de Ortega es hacerse de rehenes políticos para desaparecer a la oposición y mantenerse en el poder a cualquier coste.



El economista Enrique Sáenz, calificó de terrorismo los últimos acontecimientos políticos en Nicaragua


Mirna Velásquez Sevilla

@mivese



El ex diputado del otrora Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Enrique Sáenz, calificó de “terrorismo” los últimos acontecimientos políticos en Nicaragua, donde han sido arrestadas las principales figuras opositoras al presidente Daniel Ortega Saavedra, y considera que este ataque marca un punto de quiebre en el que se ha pasado de una dictadura a terrorismo de Estado. 


Sus declaraciones se produjeron durante su participación en la plataforma digital Agenda Propia, el pasado lunes, en un pormenorizado análisis del golpe asestado contra la cúpula del partido Unión Democrática Renovadora-UNAMOS (antes MRS) con la detención de Dora María Téllez, Hugo Torres Jiménez, Víctor Hugo Tinoco, Suyen Barahona y Ana Margarita Vijil, todas figuras destacadas de la vida política nicaragüense, bajo cargos sustentados en leyes ampliamente cuestionadas por reñir la Constitución Política de Nicaragua.


“Lo que se ha hecho es capturar rehenes para sembrar temor en la población. El objetivo político primordial de Ortega es  mantenerse en el poder cueste lo que cueste y de paso desarticular a las distintas organizaciones de oposición. Para mí estamos ante un acto terrorista que abre hoy una etapa de terrorismo de Estado”, expresó.


La detención de personalidades políticas de relevancia en el país son una extensión de la crisis que se evidenció desde 2018 y ha provocado el rechazo internacional y de organizaciones defensoras de derechos humanos. Para Sáenz, estos encarcelamientos recientes no pueden leerse en “clave electoral”, debido a que los detenidos “ni siquiera estaban desarrollando una campaña en contra de la elecciones” y consideró que puede tratarse de un acto de venganza por alzar sus voces contra el régimen.


Los arrestos producidos en las últimas semanas evidencian cómo Ortega, junto a su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, han planificado desde meses atrás un plan para acabar con la oposición, mediante la aprobación de distintas leyes en el seno de la Asamblea Nacional, dominada por el partido de gobierno. Esto ha producido un retroceso mayúsculo en materia judicial y de derechos humanos ya que con dichas leyes han pretendido dotar de legalidad sus acciones para reprimir a toda persona e institución que cuestione su mandato.


Para el ex legislador Sáenz, lo que persigue Ortega es anular las elecciones de noviembre próximo, convirtiéndolas en un simple acto protocolario o en una acta burocrática para ponerle el sello de su continuidad en el poder. No obstante, este escenario podría cambiar después que la Organización de Estados Americanos (OEA) cuestionara este martes la legitimidad del proceso electoral y 26 países miembros condenaran el “arresto, acoso y restricciones arbitrarias impuestas a los posibles candidatos presidenciales, a los partidos políticos y a los medios de comunicación independientes”. La resolución de esta organización emitida este martes, aumenta la presión internacional al gobierno de Ortega  que exige la inmediata liberación de los pre candidatos, los presos políticos y personalidades políticas.