El ejercicio periodístico se continúa criminalizando en Nicaragua. El Observatorio de Agresiones a la Libertad de Prensa Independiente de la Asociación PCIN, reportó 118 agresiones contra periodistas y medios críticos entre enero 2024 y junio del 2025. Por su parte la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia, FLED, documentó 40 violaciones en el segundo trimestre de 2025, de las cuales 28 ocurrieron en entornos digitales.
Reporteros sin Frontera, además, situó a Nicaragua en el puesto 172 de 180 países en la clasificación mundial de la libertad de prensa de 2025, el peor calificado de América Latina, advirtiendo que no hay lugar para el periodismo. “Este análisis se hace internacionalmente y los que sabemos lo que sucede en Nicaragua, damos fe del exilio, la persecución, la criminalización” señaló a Agenda Propia el periodista Gerald Chávez, recién electo presidente de la Asociación PCIN.
Entre las agresiones resaltan las amenazas, intimidaciones, allanamientos ilegales, decomiso de equipos, detenciones arbitrarias, destierro, así como exilio y desapariciones forzadas, realizadas en su mayoría por agentes del Estado, léase policía, la cual se ubica entre los principales autores de la represión contra periodistas y medios, y muestra el uso abusivo del poder estatal.
Agresiones a personas de la tercera edad
Destacan las agresiones a personas mayores de 60 años, jubiladas o retiradas del periodismo y la comunicación, como nueva forma de represión. Entre enero y mediados de febrero 2025, el 21% de las víctimas fueron personas adultas mayores. Así buscan eliminar toda voz independiente y controlar la narrativa pública, lo cual evidencia un deterioro alarmante del derecho fundamental a la libertad de expresión.
Gerald Chávez, también director de Nicaragua Actual, califica de “muy difícil este momento para el ejercicio periodístico… el régimen Ortega-Murillo ataca también a personas jubiladas, familiares de periodistas exiliados y bloquea su reingreso al país,” explica.
Asimismo, se han intensificado las agresiones digitales y verbales estigmatizando a periodistas y medios críticos como enemigos, limitando su capacidad de operar en el país, forzando al exilio. La Asociación PCIN registra la cantidad de casi 300 personas periodistas exiliadas desde 2018.
Además, el régimen ha extendido su control más allá de las fronteras nicaragüenses, agrede a periodistas exiliados y clausura cuentas bancarias de medios de comunicación en el extranjero. Estos ataques y su alcance transfronterizo evidencian una intensificación en la persecución de periodistas y comunicadores por parte de la dictadura.
Un año de la desaparición de Fabiola
El 12 de julio se cumplió un año de la desaparición de la periodista Fabiola Tercero “dedicada a compartir libros y hacer encuentros literarios; es uno de los ejemplos que damos al mundo del contexto de hacer periodismo. El caso es relevante porque cumplió un año desaparecida. Decimos desaparición cuando no hay comunicación. La policía allanó su vivienda y desde ese día no hay comunicación, ha sido una práctica de la dictadura desaparecer a personas que luego aparecen en procesos judiciales espurios. La comunidad internacional está clara, la gente en otros países está clara de la situación en Nicaragua” señala Chávez.

En el 2021 se conocieron muchos casos de personas desaparecidas. “Esperamos y exigimos la prueba de vida de Fabiola Tercero, que podamos conocer el estatus en el que se encuentra” precisa Chávez, pero no hay respuesta. Ha habido campañas para exigir prueba de vida, y según los organismos de derechos humanos, cuando no hay información, es desaparición forzada.
“Pudiera que Fabiola esté en una cárcel y no lo sabemos. Le compete a la dictadura dar información y que la pongan en libertad. Fabiola es periodista, activista, ha sido una persona que ha trabajado desde su profesionalismo, y eso hemos puesto en muchas campañas”, señala Chávez, quien añade que algunos organismos internacionales se han sumado a la campaña para evidenciar la situación.
El monitoreo de PCIN indica que hay cuatro periodistas detenidos o en desaparición forzada. Esbel es otra persona. Abordaba la carestía de la vida, algo que no tenía que ver con la coyuntura política ni violaciones de derechos humanos. Pero son temas que a la dictadura le molestan. Su detención tiene que ver con exponer la realidad de un país sometido a un régimen autoritario, que viola derechos humanos y económicos, donde las personas no tienen oportunidades.
“Los otros casos son Leo Cárcamo e Irving Guerrero. Aníbal Toruño, director de Radio Darío, desarrolló una campaña y también se exigía la prueba de vida. Se constató que Leo estaba detenido y que la edad y problemas crónicos tenían preocupada a la familia. También denunciamos la persecución transnacional contra periodistas que tiene que ver y que esto lo caracteriza el cierre o la suspensión del punto com.ni pero también amenazas contra periodistas, la negación de documentos de identidad, entre otros” afirma Gerald.


Uno de los últimos hechos que ha registrado PCIN “ha sido la eliminación del punto.com para los sitios web de varios medios, una acción más del régimen de Ortega-Murillo por silenciar a la prensa independiente, para que la ciudadanía en Nicaragua no siga recibiendo información” agregó el periodista.
A su juicio, la dictadura ha sometido a la autocensura a los medios y periodistas independientes que quedan en el país. “Lamentablemente vamos a llegar a 300 periodistas que han tenido que salir al exilio por la represión iniciada desde antes del 2018. Desde que Ortega tomó el poder en el 2007, impidió a los medios la cobertura a sus comparecencias y encuentros con funcionarios, desde ahí viene el tema que hemos venido denunciando, sabemos del cierre de medios, del exilio de periodistas, pero también de la desaparición”, manifestó.
El contexto que enfrenta el periodismo independiente, para Chávez, llama la atención de la gente y ésta ha reaccionado, pero le han aplicado la Ley Especial de Ciberdelito para que no pueda compartir, comentar, los contenidos de los medios independientes. “Se vive una situación muy lamentable” señala el dirigente de PCIN. “La dictadura no ha podido acallarnos pese a recientes hechos que hemos denunciado como represalias contra familiares. Todavía hay presencia de policías en algunas casas de periodistas en el exilio” explicó.
Conocieron del hackeo de correos electrónicos, entre ellos el de Nicaragua Actual. Denunciaron el hackeo del canal de YouTube de Nicaragua Actual, y varias cuentas de Telegram. “Es algo que no sucede constantemente” indica. Los ataques digitales impidieron a varios medios el uso del sitio web.com.ni.
“La dictadura sacó a Confidencial, Onda Local, 100% Noticias, La Prensa. Amenazas directas que violan el derecho de las personas a recibir información. Una nueva ola de agresiones contra la prensa independiente. Primero fue asedio, amenazas, cárcel y exilio. Luego persecución, criminalización en el 2021, cuando la fiscalía citó directores y directoras, periodistas y personal de los medios, vinculados a la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro. El cierre de medios fue otra etapa de la persecución” señala Chávez, y agrega que otra ola de represalias fue despojar de su nacionalidad a periodistas.
“Este 2025 ha empezado con lo de quitar el punto com.ni. Una clara represalia. El convenio internacional con derecho de acceso a internet lo administraba la Universidad Nacional de Ingeniería, UNI, quien violó el proceso y facilitó que la dictadura sacara del aire los sitios web de los medios. Aunque ya varios tienen su alojamiento, pero fuera de Nicaragua que no es lo mismo”, señala. No descarta que el régimen pueda controlar el uso de redes sociales o lo que se publica en los medios independientes.
Chávez denunció que hay intercambio de propagandistas del régimen con China, Rusia y “esto tiene que ver indiscutiblemente con algo planificado para someter a la prensa independiente; y lo digo porque más del 65% de la audiencia de los medios está en Nicaragua. La gente busca informarse en los medios independientes. No descartamos ver otra etapa en la que la dictadura comience a denunciar los sitios, las páginas web de medios independientes” precisó.
Asesinato transnacional enciende alarmas
El asesinato de Roberto Samcam mueve a las organizaciones políticas, los actores de sociedad civil que están en Costa Rica enciende las alarmas de lo que puede suceder, afirma Chávez. El caso de Joao Maldonado, del cual el OIJ ha identificado una persona, lamentablemente periodista, como sospechosa sin éxito en su captura. “Estos hechos y el asesinato de Samcam ponen en alerta al gremio periodístico, porque somos los que aún seguimos dando la cara. En diversos territorios el periodismo sigue denunciando, informando a la ciudadanía” afirma.
“Obviamente el temor existe, la persecución transnacional es real, organismos de derechos humanos lo han venido denunciando. El Colectivo de Derechos Humanos ha monitoreado la situación, el Grupo de Expertos de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en su reciente informe hay varios párrafos de la persecución transnacional del régimen de Ortega y lo dicen los expertos” refiere Chávez, quien llama al gremio a estar alertas, tanto quienes encuentra en el país, como quienes han emigrado por seguridad.
La dictadura busca intimidar, y aunque da temor el periodismo sigue informando valora el dirigente de PCIN. Considera que las autoridades de Costa Rica deben tomar cartas en el asunto. Aunque todavía el presidente no se ha pronunciado, algunas autoridades judiciales sí como el director de Migración y Extranjería. “Da temor, en Costa Rica hay un importante número de nicaragüenses que migraron en 2018 y antes, puede haber simpatizantes de Ortega. Una vez había una protesta y de un carro lleno de gente comenzaron a gritar, «¡Viva Ortega!», «¡Viva Rosario!». Hay presencia de fanáticos. Esto puede poner en peligro a muchas personas que el régimen identifique que no son de su agrado o incomodan a la dictadura como el periodismo” explicó.
Periodistas en apatridia de facto
Periodistas en situación de apatridia de facto demandó recientemente a varios gobiernos, entre ellos al de España, particularmente, se les inscribiera como ciudadanos de esos países ante la necesidad y la desprotección que tienen de su Estado, que no les renueva pasaporte, no les apostilla títulos universitarios como represalia por el ejercicio periodístico.
Han recibido respaldo de Reporteros sin Frontera y la Asociación de Prensa de Madrid, pero hasta el momento no han recibido respuesta. “Es algo nuevo para Naciones Unidas, no reconocen aún la apatridia de facto. Esto viene por el informe que revela el grupo de expertos de NNUU en derechos humanos, donde la menciona, característica por la cual estamos siendo peticionarios” expresa Gerald.
Reconocer la apatridia de facto es un proceso largo, tiene que ser un precedente para todos los países, para que quien quiera y tenga compromiso con la democracia y con Nicaragua, pueda respaldar jurídicamente. La perspectiva, según el periodista, es “tocar otras embajadas con otros periodistas.
La protección del periodismo, en el país o el exilio, significa apoyo legal, psicológico y económico. Es un desafío porque las sedes diplomáticas donde se ha dado a conocer la coyuntura, las violaciones al ejercicio periodístico quedan asustadas de cómo se violenta la libertad de prensa y de expresión en Nicaragua.

“Esto debe ser uno de los objetivos de la nueva directiva de PCIN. En el país aún hay periodistas que asisten a estaciones de policía por un proceso jurídico inventado. Lo primero es la concientización, porque la dictadura está “innovando” en violar derechos humanos, por eso los Estados se asustan de lo que sucede en el país, cosas que nunca habían visto, aunque todo el mundo sabe que hay violaciones de derechos humanos, crímenes de lesa humanidad, pero cada vez hay más sorpresas como quitar nacionalidad a casi 500 nicaragüenses, no permitir la entrada o salida del país o quitar el documento de viaje”, manifestó Gerald Chávez, quien dijo además que la dictadura de Nicaragua tiene el primer lugar para inventar violaciones de derechos humanos, por eso muchas personas están en un limbo jurídico donde se encuentran lamentablemente, razón por la cual ahí tiene que empezar la denuncia.
El representante de PCIN considera que se debe reclamar a los países los convenios internacionales que prestan atención al tema, pero no solo la condena, también acciones concretas para Nicaragua y ayudar a las personas que huyen del régimen que viola derechos humanos, castiga, encarcela y desaparece personas. El grupo que denunció la apatridia de facto, de periodistas, fue el primero en la sociedad nicaragüense y fuera del país, por lo que se conoció a nivel internacional. En España, el diario El País hizo un editorial sobre la apatridia de facto. Reporteros Sin Fronteras ha instado al gobierno español a proteger a periodistas apátridas.

Hay varios países interesados en el tema. Se ha dicho a varias embajadas que el problema no es solo de periodistas, lo viven también quienes han querido regresar a Nicaragua y viven la misma situación, por represalia. Hay temor de denunciarlo porque la dictadura ha castigado a personas que han compartido una publicación o han celebrado alguna acción.
Es importante que PCIN pueda seguir comunicando, llamar la atención de organismos internacionales que puedan proteger al periodismo. “Es importante lo que podamos decir, compartir y alertar a la gente. El derecho a la libertad de expresión no es único de la prensa” agregó Gerald.
Libertad de expresión aniquilada
El derecho a la libertad de expresión en Nicaragua fue aniquilado desde que la dictadura aprobó la ley del ciberdelito, lo hacía antes de facto. Han utilizado dicha ley para intimidar a la población, para que no se puede expresar. Para muchas personas esto es real, lo viven, no pueden comentar, compartir ni criticar.
La dictadura ha intentado aniquilar el derecho a la libertad de expresión y de prensa cerrando medios, quitando el punto com.ni, exiliando periodistas, encarcelándoles y desapareciéndoles. Todos intentos de acallar o censurar, violentando el derecho a que la gente reciba información y que pueda tener una variedad de medios, pero se sigue ejerciendo el periodismo desde el exilio, aunque signifique un riesgo.
El periodismo nicaragüense continúa informando pese a las amenazas, al exilio, a la cárcel, la persecución, la desaparición. El periodismo independiente mantiene el respaldo de amplios sectores de la ciudadanía. Pero hace falta mayor presencia en espacios internacionales para visibilizar la realidad, trascender y que el periodismo no desaparezca. Que la comunidad internacional vea y apoye al periodismo, uno de los pilares de la democracia.