La psicóloga nicaragüense Georgina Molina, exiliada y con amplia experiencia en el acompañamiento a niñas, niños y adolescentes, advirtió en la edición de este lunes de Agenda Propia Nicaragua, sobre la necesidad de transformar los modelos de comunicación dentro de las familias para evitar que esta se vuelva una barrera, ya que el objetivo es construir un puente que contribuya al desarrollo, la unidad y la buena convivencia de la misma.
Molina destacó que las personas adultas, especialmente las madres, enfrentan un reto muy importante y a la vez difícil. En su mayoría tienen que adaptar su lenguaje y las formas de diálogo a la edad de sus hijos, para evitar problemas en su desarrollo social, personal y psicológico.
Enfatizó en la necesidad de la escucha activa y la empatía como herramientas claves en el hogar. Sin embargo, reconoce que hay madres que llegan agotadas después de la jornada laboral y encuentran difícil sostener un diálogo de calidad con sus hijos. Aun así, insistió en que dedicar incluso cinco minutos de atención plena puede marcar la diferencia en el fortalecimiento de los vínculos.
“Aunque sean solo cinco minutos, si son de calidad, se logra un espacio de verdadera comunicación”, expresó.
Educación con amor y no con miedo
La psicóloga subrayó también que la crianza autoritaria, basada en órdenes y castigos, ha demostrado tener consecuencias negativas en la autoestima y el desarrollo emocional de los menores. En contraposición, planteó la importancia de pedir opinión a los hijos, reconocerlos como sujetos de derecho y fomentar que las normas se cumplan por convicción, no por miedo a la sanción.
“Nadie da lo que no tiene”, dijo, recordando que los adultos deben aprender a gestionar sus propias emociones antes de exigir lo mismo a la niñez.
Asimismo, Molina advirtió que los modelos de comunicación que excluyen la voz de niñas y niños generan adultos inseguros, con dificultades para establecer vínculos y relaciones sanas. Frente a ello, defendió el concepto de “vínculo seguro”, que implica que el hijo confíe en que será escuchado sin miedo a represalias o humillaciones.
Para la especialista este enfoque es clave para construir ambientes familiares y escolares más pacíficos, donde las normas se asuman como parte de la convivencia y no como una imposición.
Finalmente, remarcó que la paternidad y la maternidad requieren un compromiso consciente y constante, que va más allá de proveer recursos materiales. “Educar implica tiempo, energía y voluntad de escuchar”, afirmó.
Para Molina, romper con la herencia de modelos autoritarios es un desafío generacional, pero posible: “Los hijos y las hijas merecen otra historia distinta a la que muchas veces nos tocó vivir a nosotros”.
Aquí la entrevista completa: