Redacción central
El miedo entre la población nicaragüense se ha apoderado hasta de los partidarios y simpatizantes de la dictadura Ortega-Murillo.
Generado por las acciones que bajo el lema “vamos con todo”, el miedo se experimenta en cada rincón del país, luego de las protestas sociales del 18 de abril de 2018, cuando la población se volcó a las calles para demandar respeto a las leyes y la democracia en el país.
En Agenda Propia Nicaragua, Patricia Orozco conversó con el sociólogo Juan Carlos Gutiérrez Soto, a fin de profundizar y encontrar posibles soluciones o vencer el miedo.
El tipo de miedo que experimenta la población nicaragüense
“Cuando yo estaba aún en Nicaragua, tenía miedo de que le hicieran algo a los míos. A mis familiares, a mis hijos, particularmente. Y de ahí venía la auto censura para evitar que mis acciones y decisiones les afectaran de manera directa y rápida. Siempre traté de evitar primeros planos para evitar consecuencias. Incluso saliendo del país guardé bastante silencio para no afectar a la familia que estaba en el país. Eso es lo mismo que viven la mayor parte de la gente; los activistas, defensores de derechos humanos, que a veces prefieren estar en el silencio o trabajando tras bambalinas para evitar consecuencias”, dijo Gutiérrez Soto, exponiendo su experiencia como un nicaragüense más que ha salido al exilio.
Según el sociólogo “el miedo se ha inoculado en el cuerpo y la mente de las y los nicaragüenses”, el cual es más visible desde antes o después de 2018. Sin embargo, la dictadura Ortega-Murillo se ha enfocado en objetivos específicos, como “los familiares de los encarcelados quienes están en la primera línea en los tranques, en las calles, quienes son reprimidos con crueldad desde 2018. También afectó las estructuras y cercanos de organizaciones que estábamos tratando de cambiar y generar alternativas democráticas para el país. A partir de ahí comenzó a modular y tomar muchas decisiones, algunos para no perder sus capitales, otros para no poner en riesgo sus vidas e incluso proteger las organizaciones…pero después vino la represión a los liderazgos visibles”.
Los liderazgos que menciona Gutiérrez Soto, son aquellos que por distintas razones han sido protagonistas en distintos escenarios públicos, incluso la Iglesia Católica, y que por su incidencia pudieran ser protegidos, no así aquellos ciudadanos que “no tienen el respaldo de esos focos o de instituciones van a tener miedo”.
Tres miedos son fundamentales según el entrevistado; el miedo a perder la vida, a perder la libertad o los bienes materiales adquiridos. “El miedo es un elemento clave en las dictaduras, gobiernos autocráticos y totalitarios. Si no tienen la capacidad de tratar cada caso de manera personal, te afecta directamente algún nivel de represión. Cuando hay miedo a que te violenten, encarcelen o asesinen o te expulsen, se activa”, explica.
La dictadura bicéfala en Nicaragua utiliza el miedo como mecanismo de control social y obediencia. Pero también transmite un mensaje de paz y amor a nivel internacional. Para Gutiérrez Soto “A través de la represión y el miedo que te puede afectar o que afecte a los familiares cercanos o de organizaciones, comienza a desmovilizarse de la disidencia, también busca en la extensión del tiempo, la represión, un miedo que inmovilice y ponga una batería de material de propaganda de legitimación interna que normalice”.
Los mecanismos de represión y terror van generando una amplificación crucial muy grande, incluso inseguridad jurídica, no hay respaldo en el Estado de Derecho. “La propaganda va generando un mecanismo articulado de represión. En tanto la narrativa institucional hegemónica de quien ostenta el poder implanta un mecanismo, estos son los que existen, los demás son traidores”.
El Informe del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua del 24 de febrero de 2025 “profundiza en su examen y análisis de la estructura del Estado represor, las cadenas de mando y las responsabilidades estatales e individuales con relación a los principales patrones de violaciones documentados desde el inicio de su mandato”.
El miedo y el terror dentro del Estado dictatorial
La represión y el miedo también lo viven quienes integran las estructuras del partido en el poder. “Ya demostraron que nadie está protegido, porque hasta jefes policiales que antes fueron utilitarios para el ejercicio de la represión letal han sido mandados a mejor resguardo, hasta en la cárcel. Lo mismo con cuadros políticos en la Corte Suprema de Justicia, han pasado a mejor vida en términos políticos y civiles”.
En ese contexto un nicaragüense que aún vive en el país, ha vivido de cerca sus temores y miedos, sin embargo, sobrevive, dijo a Agenda Propia Nicaragua que no quiere salir de donde nació. “La gente tiene miedo porque en todos lados hay ‘orejas’. Los vecinos son de lo peor. No todos, pero hay ‘sapos’. Y en los últimos años los han institucionalizado en los barrios. Los secretarios políticos usan a los trabajadores estatales como ‘orejas’ y ellos tienen contacto con la guardia (policía) que también son paramilitares institucionalizados en el mamotreto de Constitución. Todos generan terror en la gente. Un ejemplo, en 2018, cuando salieron las camionetas Hilux, se hicieron famosas. La gente dejó de salir en el día y peor en la noche porque desde ahí asesinaban a civiles. También conozco a varios ‘orejas’ que les han dado alguna tontería; si vas en bus y decís algo inmediatamente informan a su ‘sapo superior’. La policía con esa información procede a acosarte”, según el testimonio.
Entre sus recomendaciones Gutiérrez Soto indica que hay que mantener la mente en actividades de resistencia. “Por ejemplo, no consumir medios del gobierno o servicios generados por gente cercana al capital de la dictadura; si trabajo en el Estado, sacar información o generar un pequeño sabotaje, pequeños gestos en espacios cercanos donde no pongan en riesgo a las personas. Eso pasa por tener una visión de libertad en tu mente y en el espíritu”.