Más de una treintena de periodistas de ambos sexo se reunieron este 3 de mayos, Día Mundial de la Libertad de Expresión, en el monolito a la memoria del periodista Constantino Ruiz Carnero, quien fuera director del diario El Defensor en 1936, un medio progresista, asesinado por el fascismo en España.

La persistencia de la inseguridad del periodismo, fue compartida por las y los asistentes en un posicionamiento que lo ilustra: según la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y Reporteros sin Fronteras (RSF) en lo que va de 2023, siete periodistas han perdido la vida por hacer su trabajo. En 2022 la FIP registró 68 asesinatos de periodistas y trabajadores de medios de comunicación, frente a 47 del año anterior, lo cual supone
una inversión de la tendencia a la baja registrada en los últimos años.

De acuerdo a Reporteros Sin Fronteras, más de 500 periodistas están en prisión por ejercer su trabajo; 78 son mujeres, una cifra nunca antes vista. Lo que supone un aumento histórico, respecto al año anterior. Las encarceladas representan el 15 por ciento del total, el doble que hace cinco años. Estas cifras demuestran que la crisis de seguridad en el periodismo no tiene fin y representa una amenaza real para los derechos y las libertades.

Se destacó que la guerra en Ucrania es responsable de 12 asesinatos de periodistas,
la cifra más elevada de los 21 países que han registrado incidentes mortales. El dominio del terror en México, y la ruptura de la ley y el orden en Haití, también han contribuido al aumento de asesinatos, con 11 y 7 muertes documentadas, respectivamente.

Nicaragua: más de 170 periodistas en el exilio

Desde abril 2018 el periodismo nicaragüense enfrenta una perversa persecución por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El 21 de abril fue asesinado Ángel Gahona, periodista de la Costa Caribe Sur, mientras realizaba una cobertura en directo de las protestas ciudadanas.

Más de 170 periodistas se han visto obligados a migrar y a 22 más, en febrero pasado, les arrebataron la nacionalidad y sus derechos ciudadanos, dejándoles como apátridas y declarados traidores a la patria, sin ningún fundamento jurídico.

De Nicaragua a si toda Centroamérica

En otros países de Centroamérica, también hay persecución a la prensa independiente. Hay rasgos comunes entre los autoritarismos de varios países de la región, como los sistemas de justicia fallidos, la falta de independencia judicial, la corrupción endémica, la captura del Estado en manos de redes ilícitas y del crimen organizado, y la migración.

En Guatemala, el periodista y director de El Periódico, José Rubén Zamora, está preso por denunciar la corrupción, una muestra del deterioro institucional democrático.

Anastacia Mejía, indígena maya quitché, fue detenida en septiembre de 2020, de manera arbitraria, por dar cobertura a las protestas y transmisión directa del 24 de agosto de 2020. Era la directora de la radio y la televisión local Xol Abá. Para su liberación le impusieron una fianza de 20 mil quetzales, unos 200 euros.

En El Salvador, desde la llegada de Nayib Bukele a la presidencia, se ha generado un hermetismo de la información pública y un ataque sistemático contra periodistas que fiscalizan su gestión; el medio electrónico El Faro, por sus denuncias de corrupción, ha tenido que trasladar sus oficinas administrativas a Costa Rica.

En Colombia, la prensa enfrenta un nuevo brote de violencia, que amenaza con convertir otra vez al país en zona de exterminio de periodistas y trabajadores/as de los medios de comunicación, y echar por tierra las perspectivas de libertad de prensa.

Las y los periodistas granadinos, describieron en el pronunciamiento las realidades que vive el gremio en Asia-Pacífico, Medio Oriente y el mundo árabe, donde aumentaron los asesinatos de 3 a 5 en un año, entre los que se encuentra la periodista de Al Jazeera Shireen Abu Akleh, tiroteada a plena luz del día.

Aumento de asesinatos

Para la Federación Internacional de Periodistas (FIP), el aumento de asesinatos de periodistas y trabajadores/as de medios es motivo de preocupación, lo que supone «una nueva llamada de atención a los gobiernos de todo el mundo para que actúen en defensa del periodismo, un pilar fundamental de la democracia», dijeron los periodistas españoles. Manifiestan que si no se realizan acciones al respecto, puede provocar que quienes tratan de suprimir la libre circulación de información y de socavar la capacidad de la ciudadanía para pedir cuentas a sus dirigentes, tengan vía libre para la censura.

En España diversas asociaciones, sindicatos y colegios demandan se regule la protección del Secreto Profesional del Periodismo, «una asignatura pendiente desde hace más de 44 años que estaba a punto ser resuelta, pero su tramitación se ha detenido por falta de voluntad de algunos partidos con representación parlamentaria. Reclamamos asimismo la derogación de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, conocida como Ley Mordaza y la promulgación de una Ley de Derechos Laborales del Periodismo», se lee en su comunicado.

También solicitan implementar planes de igualdad en empresas con más de 50 personas de plantilla. Asu vez, «que se acabe con la injerencia de poderes fácticos, bien a través de la publicidad o con litigios abusivos, presentando denuncias que en la mayoría de los casos terminan archivadas pero que pretenden intimidar a medios y profesionales de la información con procedimientos judiciales», expusieron.

La Libertad de Prensa no debe entenderse como una conmemoración exclusiva de periodistas y medios. Es una fecha que involucra a toda la sociedad. Porque la libertad de prensa, la libertad de periodistas y medios de comunicación de investigar, informar y opinar sobre asuntos de interés público sin la interferencia de gobiernos, corporaciones ni otras estructuras de poder, es vital para la salud democrática de la sociedad.