En un comunicado de la dictadura Ortega-Murillo, con relación a las condolencias por el fallecimiento del Papa Francisco, este 21 de abril, reconocen las relaciones diplomáticas accidentadas durante los últimos siete años, posterior a la rebelión de abril del año 2018, donde miles de nicaragüenses protestaron por la mala administración gubernamental. Comunicación que también ha causado molestias en laicos y laicas.
Uno de los roces más incidente con la Iglesia Católica, fue el papel protagonista de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, CEN, durante el Diálogo Nacional en mayo de 2018, interviniendo como miembros de la Comisión de Mediación y Testigo entre la dictadura Ortega-Murillo y el estudiantado, y líderes de sociedad civil, quienes exigieron la renuncia de Ortega.
Las violentas acciones dictatoriales fueron visibles en las parroquias en todo el país en forma de asedios, persecución, asalto y prohibición de oficiar eucaristías, entre ellas procesiones, fueron la tónica contra la Iglesia Católica. Secuestros en Matagalpa, persecución y encarcelamiento de Monseñor Rolando Álvarez y su clero, igual asedio en Estelí a Monseñor Abelardo Matta, cierres de parroquias y templos en Masaya, asaltos en Managua, expulsiones de religiosos de León y Chinandega, todos perpetrados por parapoliciales y la Juventud Sandinista.
“Sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que son perseguidos y expulsados de Nicaragua, muchos se refugian y son acogidos por orientación de los obispos en diferentes países, pero con conocimientos y consentimiento del Papa Francisco en otras parroquias del mundo, principalmente en Honduras, Costa Rica, España, Estados Unidos. A Roma va todo tipo de información, y se debe al orden y jerarquía que tiene la iglesia. El Papa Francisco sabía lo que pasaba en Nicaragua y manifestaba su opinión, aunque muchos crean que era cómplice, pero no lo creo. Te digo, una cosa, es muy difícil estar dentro de casa lidiando con una dictadura nefasta y armada hasta los dientes”, dijo una fuente ligada a la Diócesis de León.
Un episodio que demostró la fractura diplomática fue la expulsión de Nicaragua Monseñor Waldemar Stalislaw Sommertag, Nuncio Apostólico acreditado en Managua. Oficialmente “se ausentó” del país de manera sorpresiva el seis 6 de marzo de 2022. La Nunciatura lo dio a conocer, “por la decisión del Papa (Francisco), dejó al secretario en la función de diplomático, por el momento, hasta que se envíe a un nuevo Nuncio”, dijo Monseñor Carlos Herrera Obispo de la Diócesis de Jinotega y Presidente de la CEN. El principal discurso de Sommertag se basó en la “libertad para presos políticos” lo cual habría molestado a la dictadura. El protagonismo del representante de la Santa Sede, ante la grave situación política en Nicaragua, acrecentó aún más las grietas diplomáticas.
Debido a esas tensas relaciones, en el comunicado oficial Ortega y Murillo refieren que “Nuestras relaciones, como nicaragüenses creyentes, devotos y fieles a la Doctrina de Cristo Jesús, fueron difíciles, accidentadas, desgraciadamente influidas por circunstancias adversas y dolorosas que no siempre se entendieron”, dejando ver que el Papa Francisco no fue complaciente con la actuación dictatorial.
Inconformidad por comunicado “hipócrita”
Molestias y repugnancia ha causado el comunicado de la dictadura Ortega-Murillo en la comunidad católica. Monseñor José Antonio Canales, Obispo de Danlí, Honduras, dijo “no voy hacer ningún comentario de comunicados de esa gentuza. No merecen la pena. Sin embargo, refirió también que “los Ortega-Murillo hicieron sufrir mucho al Papa Francisco, con su infame persecución a la Iglesia en Nicaragua. No a los comunicados. Hipócritas”.
Ortega y Murillo refieren “el complejo y duro, a pesar de las manipulaciones que todos conocemos, a pesar de los pesares, mantuvimos nuestra Esperanza en alto desde la Fe Cristiana, y supimos entender la distancia y, sobre todo, la complicada y alterada Comunicación que no nos permitió las mejores relaciones, aunque también supimos comprender la confusión generada por voces altisonantes que entorpecieron todo intento de verdadera interacción”.
Abelardo un laico activo de la Diócesis de Matagalpa dice que, “se refieren a los líderes; sacerdotes y laicos que para ellos son manipuladores y quienes no han permitido la mal llamada paz en el país”. Herenia de Chinandega dice que “es completamente hipócrita y cínico. ¡Como se atreven a decir que nunca pudieron entenderse con el Papa Francisco por influencias de voces altisonantes!. Justificándose de todas las maldades que hicieron y siguen haciendo, sobretodo, después que el demente (Ortega), le dijo mafia a la Santa Sede. Ellos hablan de otra paz y la iglesia promueve la paz que viene de Cristo. Ellos piensan que la paz es que les aplaudan todo lo que hacen”.
Henry también asiste a la Iglesia y forma parte del laicismo, para él “los comunistas saben que Dios existe, pero son rebeldes. Saben que no son eternos y que el poder no se puede mantener por mucho tiempo. Hay que rezar por sus almas para que cambien. Son ateos, pero se creen cristianos. Son de los que están convencidos que Dios está con ellos y les aprueba las maldades que hacen. Saben que existe Dios, pero no se someten a Él. Se presentan como blancas palomas, se victimizan y crean un patriotismo falso, hay gente que les cree especialmente cuando se comen el cuento de qué están a favor de los pobres y la ilusa justicia social”.