Por Salomón Manzanarez
Honduras vivió una significativa participación en las votaciones del pasado 30 de noviembre. Sin embargo, los atrasos en los conteos y el suspenso electoral entre los principales candidatos, marcan un escenario que aún no define quién será el presidente electo ni las demás autoridades que gobernarán el Estado hondureño para el período 2026-2030.
A esta incertidumbre se suma la denuncia de manipulación por parte del gobierno de Xiomara Castro hacia sus simpatizantes. Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), con el 99.80% de las actas contabilizadas, los resultados sitúan a Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional, a la cabeza con el 40.54% de los votos. Le sigue muy de cerca Salvador Nasralla, del Partido Liberal, con el 39.19%.
Muy distante se ubica la candidata oficialista Rixi Moncada, del partido Libertad y Refundación (Libre), con el 19.29%. Tras conocerse estas cifras, Moncada no reconoció la elección y ha hecho un llamado a repetir el proceso.
Inicio de conteo especial
El CNE atribuyó la demora en los resultados, previstos inicialmente para el sábado, a diversos obstáculos administrativos, la ausencia de fiscales en las mesas de verificación y, principalmente, a fallas tecnológicas responsabilidad de la empresa colombiana encargada del escrutinio.
La consejera presidente del CNE, Ana Paola Hall, instó a los partidos políticos a integrar juntas especiales para poner en marcha un conteo definitivo que será «acta por acta». En este proceso ingresarán al sistema 2,792 actas que presentan inconsistencias y errores. Aunque Nasralla y Moncada solicitaron un recuento «voto por voto», el CNE descartó la petición alegando que la Ley Electoral no lo permite. El organismo tiene hasta el 30 de diciembre para emitir los resultados oficiales, previo al traspaso de mando el 27 de enero de 2026.

Influencia externa y mensajes políticos
La presidenta Xiomara Castro denunció una presunta «injerencia externa», refiriéndose a los mensajes del presidente estadounidense Donald Trump durante el silencio electoral. Trump, a través de su red social Truth Social, llamó a respaldar a Nasry Asfura y acusó a Salvador Nasralla de haber colaborado previamente con la victoria de Castro. Además, vinculó al gobierno hondureño con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, advirtiendo que negaría el apoyo estadounidense si no gana Asfura.
En este contexto, se destaca la promesa de Trump sobre el indulto al expresidente Juan Orlando Hernández, actualmente condenado en Estados Unidos por narcotráfico.
Voto de castigo y crisis interna
El analista hondureño Carlos Ramos señaló a INC Digital que la ciudadanía demostró madurez al aplicar un «voto castigo» que dejará fuera a muchos diputados actuales del Congreso Nacional. Según Ramos, esta vez el pueblo no votó «en plancha», sino de forma consensuada, dando la espalda al actual gobierno.
Por su parte, Rixi Moncada sostuvo ante sus simpatizantes que las elecciones no están perdidas y denunció una supuesta trampa del bipartidismo basada en audios que adulterarían los resultados. No obstante, el sociólogo Jorge Alberto Larios indicó que el partido Libre enfrenta una crisis interna y falta de coordinación que provocó el desplome electoral de sus candidatos en departamentos como Yoro.
Temor a una prolongación del mandato
Mientras la incertidumbre crece, Castro nombró al exgeneral Roosevelt Hernández como Ministro de Defensa.
Según Expediente Público, existe el temor de que el oficialismo pretenda prolongar el mandato de Castro si el CNE no brinda resultados antes del 30 de noviembre, lo que dejaría la decisión en manos de un Congreso dividido.
Entretanto, simpatizantes de Libre han realizado pequeñas protestas y quemas de llantas en Tegucigalpa. Ante esta situación, la Conferencia Episcopal de Honduras hizo un llamado urgente a respetar la voluntad popular, instando a la paz, al diálogo y al respeto de las leyes constitucionales.
Foto portada: Reuters

