La Catedral de León se volvió símbolo de proselitismo político durante el festival Azul Darío con la bendición del obispo Sándigo |
Redacción AP
“Me ofrezco como obispo, que en primer lugar trae la palabra de Dios”, expresó René Sándigo al llegar un 24 de agosto del 2019 a León, la ciudad universitaria marcada por la piedad popular y su arraigada fe a la Virgen María.
“Han transcurrido dos años y al obispo se le olvidó dónde está”, dice uno de los sacristanes de una iglesia del centro de Chinandega, que pidió hablar con Agenda Propia bajo anonimato, “él controla mucho al clero, es un déspota, trata a sus sacerdotes como finquero y a la gente sólo la utiliza, es un señor de doble cara” agregó.
Las redes sociales convulsionaron la noche del 11 de agosto tras un vídeo viral de lo que las y los leoneses han catalogado como “desacertadas e irrespetuosas palabras, ya que deja entrever que cambia el grito tradicional del 14 de agosto”, dijo una feligresa.
Sándigo expresó durante una misa que en la gritería chiquita regalarán miles de mascarillas como gorras “cuando vengan a gritar ¿Quién causa tanta alegría? Tome su mascarilla, le vamos a responder”, manifestó durante una misa.
Uno de los sacerdotes que habló bajo anonimato expresó que “74 años después un obispo indigno de esta hermosa Diócesis, que la gobierna como lo haría un finquero o un capataz (con el respeto que este noble trabajo se merece) ha cambiado el grito”.
“Monseñor Sándigo es un blasfemo, un vulgar, un hombre que no sabe de tradiciones, que no tiene idea de lo sagrado, ni de cómo dirigirse hacia ello” manifestó el clérigo.
El próximo 14 de agosto, León celebrará 74 años de penitencia con la gritería chiquita, tras la erupción del Volcán Cerro Negro en los meses de julio y agosto de 1947.
El romance de Sándigo con el régimen
La simpatía del obispo de León con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se remonta desde que era obispo de Chontales, “atendía al secretario político departamental e incluso comunicaba a la señora vicepresidenta cuando iba a hacer cambios de párrocos para que las autoridades locales no expresaran nada, esto se daba cuando algún alcalde tenía simpatía con un sacerdote” dijo un cura de ese departamento.
Agregó que “le damos gracias a Dios que se lo llevó porque acá solo vino a hacer dinero”, recalcó.
Sándigo es catalogado como un obispo pro gobierno, por los laicos de Chontales y León, evidencia de ello es su negativa a condenar los abusos a los derechos humanos cometidos por la Policía y las fuerzas paramilitares del Frente Sandinista y sí cuestionar la organización de los movimientos sociales.
Vacunas para el clero… ¿y el personal de salud?
A puertas cerradas uno a uno los párrocos de León y Chinandega llegaron el sábado 10 de abril a la curia para recibir la primera dosis de la vacuna Covishield, “el obispo se encargó de llamarnos a todos e incluso orientar a los que no fuimos dónde nos íbamos a vacunar” dijo “Pedro” sacerdote menor a los 50 años quien habló de forma anónima por seguridad.
Apenas el 2.43% de la población nicaragüense está totalmente vacunada contra la covid-19. Eso equivale a que 162,874 personas cuentan con el esquema completo de vacunación contra el SARS-CoV-2 según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Personal médico, enfermeras y camilleros de los centros hospitalarios no fueron priorizados en la primera etapa de vacunación, pero el régimen Ortega-Murillo anticipó a sus allegados políticos y a su militancia.
El obispo René Sándigo se volvió difícil para dar entrevistas, sobre todo cuando se trata de periodistas independientes, rechaza responder. Muchos sectores no han tomado con agrado su traslado (a la Diócesis de León), ¿a qué cree se deba Monseñor?, ¿cuál es su lectura con relación a la decisión del Papa Francisco de haber trasladado a Roma al obispo Silvio Báez? (tomado del diario La Prensa en el 2019).