Por Salomón Manzanares
La investigación y análisis del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua, GHREN, en el informe presentado el 26 de febrero de 2025, fue un golpe contundente al ego y la prepotencia de quienes ostentan las copresidencias en Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo. Dicho informe señala las constantes y sistemáticas violaciones de derechos humanos, desde el acoso, la tortura, el destierro o la desnacionalización, la coerción de la libertad de prensa y de expresión, detenciones y juicios arbitrarios, entre otros, todos establecidos en las leyes nicaragüenses.
El GHREN determinó las responsabilidades del Estado de Nicaragua, léase Policía y Ejército Nacional, sin embargo, en busca de obviar los enjuiciamientos la dictadura Ortega Murillo emitió un comunicado el pasado 27 de febrero, donde anuncia la retirada de Nicaragua del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, Suiza. En febrero ya había solicitado su salida de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO.
Canciller formaliza salida del Consejo de DDHH
Valdrack Jaentschke, actual Ministro de Relaciones Exteriores, es el encargado de trasmitir las decisiones de Rosario Murillo y Daniel Ortega, a través de una carta dirigida a Jürg Lauber Presidente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Señala el no reconocimiento de toda la información emitida respecto a Nicaragua, pero también dice que “estos mecanismos no solo se han convertido en plataformas políticas para desprestigiar la labor del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de la República de Nicaragua en la consolidación de la paz y la seguridad, sino que también representan un obstáculo para el desarrollo económico y social del pueblo nicaragüense, al intentar frenar avances en educación, salud, vivienda, infraestructura, seguridad alimentaria, energía, agua y saneamiento, entre otros”.
Jaentschke, quien ocupa el cargo que dejó al general en retiro Denis Moncada, asumiendo los argumentos de la dictadura Ortega Murillo asegura no reconocer el Consejo y “por tal razón, Nicaragua transmite su decisión soberana e irrevocable de retirarse del Consejo de Derechos Humanos y de toda actividad relacionada con este Consejo y sus mecanismos satélites”.
Salida de Consejo: Expresión de malacrianza
Medardo Mairena Sequeira, integrante del Movimiento Campesino de Nicaragua enfatiza que las reacciones de Ortega y Murillo, “no es más que una expresión de malacrianza propia de quienes se ven descubiertos por una autoridad internacional y no tienen como negar sus fechorías; su salida es tonta e inútil ya que no podrá detener la continuación del escrutinio de parte del Consejo”.
Los “gobernantes” de Nicaragua deben responder en la defensa de sus ciudadanos, según Mairena, ya que “de sus instancias competentes en materia de Derechos Humanos, Nicaragua continúa siendo parte de las convenciones que regulan el sistema universal de los derechos humanos y está obligado por ellos y sujeto a las medidas de protección y defensa qué el sistema disponga en favor de los nicaragüenses”.
Asevera además que el retiro, “lo único que comprueba una vez más es que la dictadura en su idea equivocada que la soberanía le concede el derecho de violar los derechos a los ciudadanos, pretendiendo ignorar que la ley internacional en materia de Derechos Humanos está por encima de su propia Constitución. Las rabietas de los Ortega Murillo solo provocan la risa de la comunidad internacional” agregó el líder campesino.
Foto portada: Reuters