En un comunicado, la Real Academia Española protestó con toda energía por la orden de detención que ordenó la Fiscalía contra el académico nicaragüense Sergio Ramírez Mercado, miembro de la RAE

 

Redacción AP

La Academia Nicaragüense de la Lengua se desmarca de un contundente comunicado de la Real  Academia Española (RAE) en apoyo al escritor nicaragüense Sergio Ramírez ante la orden de detención cursada por el régimen de Daniel Ortega, y no figura entre las firmantes del mismo. 

Un comunicado que sí han respaldado, según se desprende del mismo, las academias correspondientes de Colombia, Ecuador, México, El Salvador, Chile, Perú, Costa Rica, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Argentina, Honduras, Puerto Rico y Estados Unidos. Junto a Nicaragua, no aparecen tampoco como firmantes las academias correspondientes de Bolivia, Cuba, Venezuela, Guinea Ecuatorial, Filipinas, Guatemala y Uruguay.

Fuentes de esta institución vinculan el desmarque de la academia correspondiente en Nicaragua, de la que es miembro el propio Ramírez, al clima de miedo y amenaza que se vive en el país con el  encarcelamiento de opositores al régimen. La Academia Nicaragüense de la Lengua, en este sentido no ha realizado ningún tipo de comunicación ni manifestación pública.

En su comunicado, la RAE “protesta con toda energía” por la orden de detención cursada por la Fiscalía de Nicaragua contra el académico nicaragüense Sergio Ramírez, que, como resalta la institución, es miembro correspondiente de la RAE y al que califican como «uno de los más lúcidos pensadores y literatos del universo hispanohablante, premio Cervantes y valiente luchador por las libertades en su país». La institución añade en su pronunciamiento que defienden las libertades de pensamiento y expresión “como los primeros valores de cualquier sistema de convivencia”, además de lamentar “el grave intento de cercenarlas para evitar el debate libre sobre las opiniones e ideas”. 

En este sentido la RAE incide en que las palabras “tienen que ser usadas en libertad por todos” por lo que considera que “evitar la manifestación libre de toda clase de opiniones, muy especialmente de contenido político, es la forma más intolerable de ejercicio arbitrario del poder porque conduce a la opresión de los ciudadanos en beneficio exclusivo de los imperantes”. 

La Real Academia Española y todas las academias correspondientes que se han sumado al comunicado concluyen su texto exigiendo “el levantamiento inmediato de las medidas adoptadas contra nuestro admirado compañero don Sergio Ramírez”.

Esta no es la primera vez en los últimos tiempos que la Real Academia Española aparece involucrada de algún modo en las circunstancias políticas de Nicaragua. Cabe recordar la visita que que realizó el presidente de a institución, Santiago Muñoz, a Nicaragua en febrero de 2020 cuando mantuvo un encuentro con el presidente del país, Daniel Ortega, así como con la vicepresidenta, Rosario Murillo. 

Una visita que no cayó nada bien en círculos opositores al régimen, que afearon al académico español que se reuniera con él. Una de las protestas más contundentes fue la del colectivo Sos Nicaragua-España, que en un comunicado el 21 de febrero de 2020, mostraron su “asombro” además de su “más enérgica repulsa”, ante ese encuentro, añadiendo que no podían comprender que el representante de una institución de  tanto prestigio como es la Real Academia Española “tenga tan poquísima sensibilidad como para reunirse con un violador de derechos humanos cuyo régimen ya está sancionado por países como estados unidos y en vías de serlo por la Unión Europea”.

En ese encuentro de 2020 se dio además una situación sobre la que SOS Nicaragua España llamó la atención, y es que hubo un momento en el que Daniel Ortega destacó el poder de Rosario Murillo en su gobierno asegurando que “ella aquí también es presidenta, porque tenemos 50 y 50. Formalmente es vicepresidenta pero en la vida real también es presidenta”. A esta afirmación Santiago Muñoz añadió: “O incluso superpresidenta, presidente”.

Esa protesta de SOS Nicaragua-España originó además una polémica en la red social con el escritor y académico español Arturo Pérez Reverte que replicó al colectivo que Santiago Muñoz se había reunido con el gobierno nicaragüense “para defender y proteger a la Academia hermana nicaragüense, que siempre está en dificultades y les reprochó, con su habitual estilo sermoneador: “Aprendan ustedes a distinguir unas cosas de las otras y no digan tonterías”. No fueron pocas entonces las respuestas que recibió Pérez Reverte por este mensaje, afeándole su poca empatía ante la situación que vive Nicaragua, un país en el que por cierto, fue reportero de guerra.