La semana que finaliza, en conferencia de prensa en la sede la ONU en Nueva York, Antonio Guterrez, jefe de dicha entidad manifestó que “la era del calentamiento global ha terminado; la era de la ebullición global ha llegado”, una dura advertencia sobre el cambio climático, mientras los científicos han confirmado que julio (que ya finaliza) es el mes más caluroso jamás registrado en el globo terràqueo.

“El cambio climático está aquí. Es aterrador. Y es sólo el principio”, agregò Guterrez el pasado jueves, y describía como parte de esa realidad a “niños arrastrados por las lluvias monzónicas, familias huyendo de las llamas [y] trabajadores desplomándose bajo un calor abrasador”.

Los datos, según Guterrez, muestran que en julio ya se han registrado las tres semanas más calurosas jamás vistas; y las temperaturas oceánicas más altas de la historia, para esta época.

El concepto de “ebullición global” ha provocado interés e incertidumbre, aunque los científicos están divididos, hay quienes dice que no es un término científico, otros señalan podría ser relevante.  

Para Piers Forster, profesor de física del clima en la Universidad de Leeds (Inglaterra) y presidente del Comité Británico sobre Cambio Climático, en entrevista el pasado sábado, Guterrez ha intentado usar un término  convincente y sensacionalista para llamar la atención de la gente, y lo hace para conseguir que los gobiernos tomen en serio el cambio climático. Pero a la vez este científico cree que “parte de lo que dice (Guterrez) ahora empieza a alejarse de las pruebas científicas subyacentes y, empieza a perder credibilidad con el tiempo. Nos insensibiliza a todos”.

Para Forster los cambios que observamos en el clima coinciden con sus predicciones. “Esto es lo que dijimos a la gente que ocurriría hace 20 años, y está ocurriendo”.

Por su parte, Sonia I. Seneviratne, profesora de dinámica tierra-clima en la ETH de Zúrich (Suiza), dijo que cree que algunos términos han sido útiles para para recalcar la importancia de la cuestión.

Pero cree que llega un momento en que “se nos acaban los superlativos para expresar lo urgente que es actuar. Y entonces la cuestión principal quizá no sea tanto la formulación, sino simplemente que nos demos cuenta de que estamos inmersos en la actual crisis climática”. «

Desde el punto de vista de Sonia, “existe la sensación de que la emergencia, lo urgente que es la situación, quizá no sea realmente percibida por el público en general, o no lo suficiente”.

Para Suraje Dessai, profesor de adaptación al cambio climático en la Universidad de Leeds, la ebullición global podría ser “bastante relevante” en circunstancias o lugares donde tanto las temperaturas como la humedad aumentan significativamente. “Eso tendrá un enorme impacto en la mortalidad, porque si tanto la humedad como la temperatura suben al mismo tiempo, nuestros cuerpos no pueden sudar. Esas temperaturas se dan, por ejemplo, en Oriente Medio y un poco en Pakistán e India, y en el futuro va a ocurrir aún más lejos”.

El calentamiento de los océanos y la reducción del hielo marino, pueden estar ocurriendo más rápido de lo que los científicos esperaban, expresò Suraje, “pero , las olas de calor, son cosas que se han predicho durante mucho tiempo”.

Los personas consultas afirman que la clave está en una combinación de medidas individuales y gubernamentales.

“Creo que tenemos que hacer mucho”, dijo Suraje Dessai, porque los países “no se están preparando para un clima cambiante, para las olas de calor, para la subida del nivel del mar, por ejemplo, para las sequías y las inundaciones, etcétera. Realmente necesitamos invertir para que nuestras sociedades estén mejor preparadas para un cambio climático”.

Según Seneviratne, la capacidad de las personas para reducir sus emisiones puede variar de una zona a otra; por ejemplo, puede ser más difícil vivir sin coche en algunas partes de Estados Unidos que en muchos países europeos.

Forster señaló que la gente se siente angustiada por el cambio climático, pero a menudo no entiende qué pueden hacer los individuos, las empresas y los países. “Parte de lo que estamos presenciando este mes de julio se debe al cambio climático, pero en parte también es mala suerte”, afirmó. 

“Podemos decir con seguridad que estas son las condiciones medias que habrá dentro de 10 años. Así que tenemos que trabajar muy duro para preparar a nuestras sociedades para lo que está por venir” agregó Fosters.

Fuentes: The Washington Post e Infobae.

Foto: Naciones Unidas