Por Salomón Manzanarez
A 7.5 kilómetros al este de la ciudad de León, se ubica uno de los templos emblemáticos de esta ciudad y que la Diócesis Occidental poco incluye en sus itinerarios “comerciales”. Se llega a través de una carretera adoquinada y en buenas condiciones para movilizarse en todo tipo de transporte, saliendo desde Posada del Sol.
Este es el Templo Nuestra Señora de Lourdes construido en una colina, un terreno donado por Clemente Guido Zelaya a finales del Siglo XIX en la Comarca Lechecuagos. Una placa en la base de la torre norte registra el hecho.
Está conformada por dos torres laterales en la parte frontal, una nave central y dos naves laterales y en el atrio, seis pilastras sostienen el balcón en el cual los filarmónicos amenizan las festividades, se lanza pólvora. El techo es de zinc y el interior es de techo falso de madera machimbrada, al igual que el retablo principal. Tres campanas: dos tienen fecha, una del año 1895, año probable de la edificación del templo, y otra de 1964 con leyenda Mons. Zapata Guerrero. No todas están en uso. En su interior enfrente hay un coro, con un borde de madera, donde músicos y coristas amenizan las eucaristías y otras actividades litúrgicas.
La imagen más emblemática, Nuestra Señora de Lourdes es tallada en madera francesa con porcelana, encargada por la Sra. Casimira Sacasa Debayle, (madre de Margarita Debayle, inspiración de Rubén Darío, en el poema A Margarita Debayle), además custodian el Corazón de Jesús y San José.
Una de las actividades más celebradas es la festividad de San Isidro, el 15 de mayo. Hace muchos años los campesinos alistaban bueyes y carretas, las adornaban con papelillos o cintas de colores, los niños personificaban al Santo, luciendo su atuendo del campesino, jornalero trabajador. Actualmente hay poca convocatoria para que los campesinos lleven sus carretas. Sin embargo, en otros medios de transporte algunos aprovechan la ocasión para que el sacerdote bendiga las semillas de la próxima siembra.
El 11 de abril de 2006 fue nombrada Parroquia, elevando su estatus dentro del organigrama de la Diócesis. Sin embargo, siendo una filial, en el año 1979 llegaron a Lechecuagos para custodiar y administrarla las Hermanas de la Asunción, una organización religiosa fundada por Ana-Eugenia Milleret o Madre María Eugenia de Jesús en el año 1852 y que en León tiene su sede principal en el Colegio La Asunción. Entre las religiosas a recordar es Celia Luz Monforte, Madre Rosa, Madre Ana María y Madre María. Éstas y otras religiosas dieron vida y dinamismo a la comunidad.
Entorno a la parroquia
En 1980 las asuncionistas fundaron el centro de salud y la escuela María Eugenia de Jesús. Actualmente es Núcleo Educativo Rural NER, que cubre el Colegio y la Escuela Normal María Eugenia de Jesús, la cual cuenta con el apoyo de Fe y Alegría de la Compañía de Jesús.
Ese mismo año con el aporte de la cooperación jesuita también se construyeron varios colegios, contando con el aporte de chavalos voluntarios estadounidenses, uno de ellos Tom Fleming, (Tomás), en el Colegio San Francisco de Asís construido hace más de 30 años y que en 2017 visitó el colegio con Laura Dogu embajadora de USA.
En 1982 se crearon los Consejos Consultivos, el cual cada sector tenía sus representantes para exponer sus inquietudes. Hubo mayor participación de los habitantes en los encuentro religiosos o grupos juveniles.
El 09 de abril de 1992 inició una de las erupciones más “dañinas” del volcán Cerro Negro. Sin embargo, fue la oportunidad para fertilizar el campo y que el mundo viera el potencial en Lechecuagos. Sin aprovechamiento del turismo volcánico hasta la fecha. En ese contexto el 29 de noviembre de 1999, en España la Comunidad Autónoma de Extremadura para la Cooperación y el Desarrollo aprobó el financiamiento para la “Reconstrucción de las instalaciones eléctricas y agua potable de Lechecuagos, León, (Nicaragua). Importe subvencionado (pesetas) 15.750.00”, proyectos gestionados por la ONG Manos Unidas desde 1992 hasta el 2005. Siguiendo con ese proyecto iniciado por las religiosas asuncionistas, años posteriores toda la población tuvo energía eléctrica y agua potable, siendo administrados por comunitarios.
Frente al templo se ubica una plazoleta y en el centro un legendario árbol de tamarindo, rodeado por una cadena de concreto para evitar la erosión de la tierra que cubre sus raíces. Mismo que conforman un conjunto habitacional, con la casa parroquial y cural, la Sacristía, el Centro Salud, y una casa de servicios comunales. Ese tamarindo ha sido punto de referencia desde más de un siglo, si una muchacha se perdía en las patronales, ahí recomendaban encontrarla. No existían los teléfonos celulares, solo el instinto o sospecha de los padres.
La parroquia durante décadas ha sido sede de matrimonios, bautizos, confirmaciones, responsos y otros sacramentos únicos del cristianismo. Es menester que entre todos preservar esta herencia de antaño. Independientemente de las ideologías partidarias, el esfuerzo de todos haría la preservación del patrimonio comarcal.