Llegó septiembre y como marca el calendario de nuestro tiempo circular, las fiestas patrias en las que, tristemente, poco hay que celebrar en una Nicaragua subyugada nuevamente por una vil tiranía. Pero más pronto que tarde los tiranos caen, aunque sea a pedradas. Como la de aquel héroe que se llamó Andrés Castro, nuestro particular David contra Goliat a lo nica que derribara  de una certera pedrada a un filibustero en la Batalla de San Jacinto del 14 de septiembre de 1856. Y recordamos la gesta con un poema del malogrado poeta nicaragüense Fernando Gordillo. Nacido en 1941, fue fundador de la revista Ventana y Líder del movimiento revolucionario estudiantil. Falleció en 1967, con tan solo 26 años a causa de una larga enfermedad que lo tuvo postrado desde 1961.

Andrés

Tu piedra es mi esperanza.

Ha pasado un siglo y ya lo ves,

todo lo mismo.

Pudo más el oro que la sangre.

Toda tu tierra, Andrés.

Desde los lagos al Coco,

desde el Cabo hasta el San Juan.

Es una sola lágrima donde la Patria llora

Lanza la piedra.

¡Lánzala!

A un siglo de distancia, el enemigo,

es el mismo.

Y así sigue siendo, como escribió Fernando Gordillo. A 167 años de aquella gesta, Nicaragua sigue enfrentando al mismo enemigo que ahora se llama Ortega y Murillo. También les llegará su pedrada.