El régimen Ortega-Murillo bloqueó toda manifestación pública de fe en un país con rasgos tradicionales. La respuesta de la población fue desafiante, los atrios de catedrales, iglesias y capillas fueron abarrotados pese a la censura y prohibiciones.

La procesión de la burrita de este domingo 2 de abril que marca el inicio de Semana Santa inició luego de las 9:00 a.m. en los predios de la Catedral de Managua. Individual y en colectivamente, la ciudadanía llegó a manifestar su fe. Agenda Propia pudo constatar que en los predios de la citada basílica, la policía orteguista realizó rondas y se dio la presencia de agentes vestidos de civil dentro del acto religioso.

“El régimen de los Ortega-Murillo censura las procesiones porque teme que el pueblo católico exprese solidaridad, muestras de apoyo, o demande la liberación de Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, y de todos los presos políticos en Nicaragua” dijo un religioso en condición de anonimato.

Mientras Monseñor Rolando Álvarez se encuentra en una celda de castigo del Sistema Penitenciario de La Cárcel Modelo, sus fieles se desbordaron y pese a la militarización de la Catedral San Pedro en Matagalpa, participaron del acto religioso celebrado por sacerdotes que administran el templo desde donde Álvarez denunciaba enérgicamente las injusticias del régimen.

Históricamente la procesión del Domingo de Ramos cruzaba la ciudad de Matagalpa, desde la Catedral hasta la iglesia Molagüina, pero en esta ocasión la acortarían hasta el colegio San Luis, pero la dictadura no permitió dicha manifestación de fe.

El abogado Yader Morazán, activista de derechos humanos, denunció en su cuenta de Twitter la militarización en Matagalpa, “la Guardia de la familia Ortega-Murillo tiene sitiada la misa de domingo de Ramos de la catedral de Matagalpa. Además, entre la multitud tiene adeptos infiltrados. Maritza Rodríguez siempre está en todas las actividades de la Iglesia y su marido fue testigo en contra de Mons. Álvarez” manifestó.

Personas adeptas al orteguismo grabaron las homilías de los sacerdotes también en parroquias de Ocotal, Estelí, Boaco, Managua, León y Chinandega según diferentes fuentes eclesiales de Agenda Propia.

Desde el exilio Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, dijo que Jesús fue “una víctima del poder religioso y político de la época”.

Monseñor Báez hizo una comparación con la realidad que vive Nicaragua y mencionó que “no debemos apagar en el corazón el hambre y la sed de justicia en un mundo sometido por poderes tenebrosos al servicio de la injusticia”.