Salomón Manzanares C.
La Organización de Estados Americanos (OEA) y el Gobierno de Honduras celebraron una sesión extraordinaria del Consejo Permanente para abordar la situación electoral de cara a los comicios generales del 30 de noviembre. El propósito del encuentro fue exponer el panorama y confirmar el despliegue de las misiones de observación del cuerpo diplomático para garantizar un proceso «libre, transparente y democrático».
Garantías Electorales y Denuncias de Conspiración
Marlon Ochoa, consejero del Consejo Nacional Electoral (CNE) del país centroamericano, aseguró que las elecciones generales se llevarán a cabo el 30 de noviembre, «independientemente de la conspiración que se ha querido montar contra el proceso electoral». Ochoa garantizó la disponibilidad y seguridad de las boletas electorales en los 14 departamentos y en el exterior , afirmando ante el Consejo Permanente que el pueblo hondureño encontrará su centro de votación abierto, sus Juntas Receptoras de Votos instaladas y su material electoral disponible.
No obstante, señaló que existe una denuncia de conspiración pendiente en el Ministerio Público, donde agentes políticos pretenden de antemano hacer creer que la elección haya sido un fracaso y no sea reconocida internacionalmente. Honduras solicita este acompañamiento y observación internacional no para sustituir la voluntad soberana del pueblo hondureño, sino para respaldar el derecho de su ciudadanía a votar en paz y que su decisión sea respetada.
Persistente desconfianza y fragilidad institucional
Pese a las garantías del CNE, el panorama fue presentado con serias reservas por diversos institutos internacionales, destacando la desconfianza arraigada en el proceso. Antonio Garrastazu, en representación del Instituto Republicano Internacional (IRI), enfatizó que Honduras sigue enfrentando situaciones arraigadas como la corrupción y la fragilidad institucional. Acusó que, desde 2022, el gobierno de Xiomara Castro no ha podido restaurar la fe en las instituciones democráticas. Esto ha intensificado la polarización política y generado mayores preocupaciones por un proceso electoral que se va a realizar con fragilidad, desconfianza, corrupción, violencia e impunidad, lo que socava su credibilidad e integridad.
El marco electoral, reformado en 2019 para mejorar la independencia y la transparencia, no ha logrado impedir que la fragilidad persista. Esto ha llevado a un ambiente polarizado, con acusaciones mutuas de fraudes e interferencias que erosionan la confianza pública.
El sistema electoral fue captado por dos partidos dominantes mediante un mecanismo tripartito que facilita la manipulación, el financiamiento ilícito, y la interferencia judicial y militar, conllevando un mayor riesgo de fraudes. Garrastazu concluyó que la democracia en Honduras está en riesgo y se encamina a la venezuelización si las elecciones no se toman en serio, afectando la prosperidad de la región.
Por su parte, Deborah Ullmer, del Instituto Nacional Demócrata (NDI), señaló que las autoridades electorales deben hacer su trabajo de acuerdo con la ley, sin interferencias ni presión de cualquier actor político. Ullmer lamentó que los hondureños estén yendo a elecciones que no son óptimas, donde crecen los mensajes violentos.
El rol de las misiones internacionales
En este contexto, la presencia de la comunidad internacional antes y después de los comicios es considerada esencial para promover el diálogo y determinar resoluciones pacíficas en el proceso electoral. Además de la OEA, Canadá participa como observador, sumándose a la misión organizada por la Unión Europea (UE) para fomentar procesos legítimos y transparentes.

La Misión de Observación de España manifestó su seguimiento con preocupación del marco institucional y consideró necesario que las autoridades y todas las fuerzas políticas contribuyan a que el proceso se desarrolle sin inherencias ni interrupciones, respetando la ley y los derechos ciudadanos.
La representación de Italia vela por evitar la polarización política, la transparencia y que el proceso se desarrolle sin incidentes ni irregularidades , y deseó que las misiones de monitoreo de la OEA y la UE puedan desarrollar su trabajo sin obstáculos y con la plena colaboración de las autoridades hondureñas.
La misión observadora de la UE considera su compromiso de apoyo a los comicios , y afirma que hará una valoración imparcial de las elecciones conforme a las normas internacionales, emitiendo un informe con observaciones y recomendaciones. Mientras, la misión observadora de Francia convocó a que todas las partes puedan funcionar de manera independiente, contribuyendo como garantes para comicios libres y transparentes.
El pronunciamiento de los Estados miembros
La representación de Argentina y Estados Unidos abogaron por una convocatoria preventiva de la OEA para que en Honduras no se reinstale un sistema totalitario y haya integridad en el proceso. El Subsecretario de Estado, Christopher Landau, instó: «Salgan todos a votar el 30 de noviembre para garantizar el futuro democrático de su país, y del hemisferio».
Un conjunto de once países latinoamericanos, incluyendo Paraguay, Panamá, Brasil, Costa Rica, Uruguay, Perú, Belice, República Dominicana, Canadá, Guatemala, Ecuador y Chile, hicieron un llamado para que prevalezca en Honduras un clima de tranquilidad, orden, diálogo, preservar la credibilidad ciudadana y fomentar la participación para la institucionalidad democrática.
Por otro lado, Colombia y México abogaron por el respeto a la soberanía de Honduras sin interferencias externas, y respaldaron a las autoridades para garantizar elecciones libres y democráticas. El Salvador también respalda el proceso y considera que habrá un ambiente tranquilo, lo cual lo motiva a trabajar con las autoridades electas legítimamente.
Foto portada: Tribunal Supremo Electoral

