Si algún nicaragüense del siglo XX encarna mejor que nadie la figura del intelectual integral que nada con comodidad y brillantez en todas las aguas de la literatura y el pensamiento ese es sin duda Pablo Antonio Cuadra, nacido en Managua el 4 de noviembre de 1912. Este sábado se cumplen 111 años de su natalicio.
Además de libros de poemas, publicó a lo largo de su vida obras de teatro, novelas y ensayos sobre diversos temas como las artes plásticas o la antropología. Cuadra fue uno de los renovadores del lenguaje poético al frente del Movimiento de Vanguardia. Libros de poemas como Cantos de pájaro y señora y Poemas nicaragüenses, y su colección de ensayos El nicaragüense, muestran uno de los intentos más rigurosos de búsqueda de las raíces culturales y la identidad nacional.
Otro de sus grandes logros fue el de fusionar la cultura mitológica grecolatina con la de la América precolombina, sobre todo en dos poemarios, El jaguar y la luna y Los cantos de Cifar.
La lucha desigual de Sandino, alzado en armas con unos pocos hombres en Las Segovias contra la ocupación estadounidense sirvió de estímulo para el nacimiento del espíritu nacionalista en Pablo Antonio Cuadra, una posición que fue virando hacia posturas reaccionarias con un cóctel ideológico que, como señala su nieto el académico nicaragüense Pedro Xavier Solís Cuadra, incluía a Maetzu, Maquiavelo, Spengler y Pound más las influencias católicas de Claudel, Maritain, Raissa y León Bloy. Apoyó enérgicamente a Anastasio Somoza García, aunque al poco tiempo de tomar éste el poder se produjo la ruptura —fue encarcelado y tuvo que salir al exilio—. Pablo Antonio Cuadra mantuvo siempre, no obstante, firmes convicciones políticas conservadoras y de un catolicismo ferviente. Precisamente Solís Cuadra hace esta valoración de su abuelo para Agenda Propia
En 1942 Cuadra fundó en Granada los Cuadernos del Taller de San Lucas, en los que participaron poetas como Enrique Fernández Morales, Ernesto Cardenal o Carlos Martínez Rivas. En 1945 ingresó en la Academia Nicaragüense de la Lengua, cuya dirección asumió en 1964. En 1954 fue nombrado codirector del diario La Prensa —cargo que desempeñó hasta 1998—, donde creó el suplemento La Prensa Literaria, que se sigue publicando semanalmente. En 1964, en ese mismo diario, comenzó a publicar una columna periodística titulada Escritos a máquina, en la que exponía sus puntos de vista y reflexiones sobre diversos aspectos de su país y del resto del mundo.
En 1961 fundó la revista y el sello editorial El Pez y la Serpiente, que tuvo gran repercusión en toda América Latina. Pablo Antonio Cuadra falleció el 2 de enero de 2002.