Parecería extraña la pregunta y la verdad, no sé si los inventores de los carros o de las piezas de estos, se basaron en el funcionamiento del cuerpo humano, pero estoy totalmente claro, que existen muchas similitudes y algunas diferencias. Dicho lo anterior pasemos a verlas, pero especialmente con un sentido de aprendizaje para mejorar nuestra salud.
Cuando compras un vehículo, los primeros días de tenerlo, los cuidas bastante y luego va disminuyendo su cuido, a excepción de las cosas que tienen que ver con el mantenimiento, limpieza de los vidrios y de la limpieza interna, el verificar el agua, el aceite, los chequeos por kilometraje recorrido, los cambios de piezas y de llantas. Pero si cuentas con un conductor o chofer, te va a mantener todo en orden y recordarte las citas, así como alertarte si observa algún problema en el vehículo. Este breve resumen servirá para hacer algunas comparaciones con nuestro cuerpo, con la salvedad que no somos máquinas y que tenemos un tiempo para nacer, crecer, desarrollarnos morir y que nosotros mismos decidimos, excepto por lo heredado, cómo será nuestra vida.
Cuando tenemos la dicha de un recién nacido en la familia, los cuidados son extremos, a tal grado que los padres y madres, nos despertamos en la madrugada para ver si está respirando bien el bebé y eso nos da tranquilidad. En la medida en que van creciendo y vamos acompañándolos en su desarrollo, el tipo de cuidado, la calidad de este y la frecuencia, van variando e inclusive cuando tenemos hijos adultos siempre continuamos con nuestro rol de maternidad y paternidad.
Sabemos que cuando nacemos nos ponen la vacuna contra la tuberculosis o BCG, que nos protegen contra la forma grave de esta enfermedad y que durante los primeros años, nos aplican diferentes vacunas para protegernos contra más de 11 enfermedades, se nos controla la talla o altura, el peso, además, se nos compara con una tabla para ubicarnos si siempre está aumentando, que sería lo normal, o si está estancado o disminuyendo el peso, estos últimos dos son signos de alerta que nos exige intervenir a la brevedad posible, para recuperar el crecimiento sostenido de la infancia.
Llegamos a la pre adolescencia y adolescencia, sin suficientes conocimientos en promoción y prevención en salud y aumentan nuestros riesgos sanitarios, enfrentando a un mundo al cual no siempre estamos preparados y también ocurren los lamentables sucesos de embarazos en menores de edad, que no son más que violaciones sexuales no castigadas por las autoridades. Encontramos enfermedades de transmisión sexual, abuso de sustancias, accidentes, diferentes problemas de salud mental, con su máxima expresión de la depresión, que es el suicidio.
Vamos a la juventud y la madurez y algunos, muy pocos, optamos por realizarnos chequeos médicos anuales y estamos pendientes, especialmente de aquellas enfermedades y causas de muerte de nuestros familiares, para detectarlos tempranamente y recibir un tratamiento oportuno.
Transitamos desde los sesenta años a la tercera y cuarta edad y es hasta ese momento que comenzamos a preocuparnos más de nuestra salud, lo cual es bueno, pero si lo hubiésemos hecho antes, ya tendríamos un ahorro y una base en salud importante, que nos hará más llevadero estos años de mayores limitaciones físicas y mentales.
Por supuesto, aquellos que se enferman más jóvenes, una parte tomará las medidas y otras no, para su rápida y sostenida recuperación, con la debida rehabilitación y otros entraremos en la fase de enfermedades crónicas, con las cuales tenemos que aprender a convivir sin limitaciones y así como nos preparamos para la vida, debemos prepararnos para la etapa final de esta.
¿Y qué relación tiene lo anterior con los vehículos? que estoy seguro, que nos preocupamos más por el chequeo y mantenimiento del automóvil, que de nuestro cuerpo. Y si una luz está fundida, la cambiamos y la batería está baja la recargamos y si una luz de alerta se enciende, vamos a investigar qué es, esta actitud proactiva, de responder a las alertas, activar la curiosidad y solucionar los problemas, es exactamente la actitud que tenemos que tener y hacer con nosotros mismos y los demás. Imagínese, lo hacemos por las máquinas y no por nosotros que no lo somos, la reflexión a la que te invito sería, no crees que es hora de cambiar, los invitó a realizarse su chequeo médico anual.