El próximo 8 de noviembre, Rodrigo Paz Pereira (58) asumirá la presidencia de Bolivia, tras imponerse en segunda vuelta a Jorge Quiroga con el 58% de los votos válidos, según informó el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Su triunfo pone fin a dos décadas de gobiernos dominados por la izquierda, encabezados por el Movimiento Al Socialismo (MAS).

Paz, candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC), deberá enfrentar grandes desafíos económicos y políticos, al tiempo que busca redefinir la posición internacional de Bolivia, tomando distancia de los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

En su cuenta de X (antes Twitter), el mandatario saliente Luis Arce Catacora reconoció la victoria de Paz y destacó el proceso democrático: “Estamos listos para una transición ordenada. Después de 28 años, se dará la transmisión de mando entre dos gobiernos electos en las urnas. ¡Que viva nuestra democracia!”, escribió.

Un líder con raíces políticas históricas

Rodrigo Paz es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), líder del histórico Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Nacido en España durante el exilio de sus padres, estudió Economía y Relaciones Internacionales, y obtuvo una Maestría en Gestión Política en la American University de Washington, EE. UU.

Su compañero de fórmula, el vicepresidente electo Edmand Lara Montaño (39), es abogado y exmiembro de la Policía Nacional, donde se hizo conocido por denunciar casos de corrupción a través de redes sociales. Su estilo directo y presencia en plataformas digitales impulsaron la popularidad de la dupla, aunque también ha generado polémica por declaraciones consideradas ofensivas hacia periodistas y la comunidad LGBT+.

La elección de su esposa, Diana Romero Saavedra, como diputada plurinominal ha despertado críticas por presunto nepotismo.

Retos inmediatos

De acuerdo con el diario La Nación, el nuevo gobierno enfrentará una crisis económica profunda, caracterizada por una inflación superior al 25% y recesión tras cuatro décadas de crecimiento. Una escasez de divisas y una economía informal que representa el 60% del PIB.

  • Congreso fragmentado, sin mayoría clara para aprobar reformas estructurales.
  • Influencia política persistente del expresidente Evo Morales.
  • Altas expectativas sociales tras años de hegemonía del MAS.

En un reciente acto público, Paz aseguró que el abastecimiento de diésel y gasolina está garantizado a partir del 8 de noviembre, gracias a acuerdos con empresas internacionales con operaciones en Brasil, Paraguay y Argentina.

Un “capitalismo para todos”

El nuevo mandatario ha prometido impulsar un modelo económico al que denomina “capitalismo para todos”, enfocado en la descentralización del presupuesto, la reducción de impuestos y aranceles, y la facilitación del crédito.

“El capitalismo para todos es platita para la gente, estabilidad para que bajen los precios y reglas claras para producir con un Estado que te ayude”, explicó Paz a BBC Mundo.

Ruptura con regímenes autoritarios

En declaraciones a CNN, Paz confirmó que no invitará a su toma de posesión a los mandatarios Daniel Ortega (Nicaragua), Miguel Díaz-Canel (Cuba) ni Nicolás Maduro (Venezuela).

“Somos un país democrático. Respetamos las relaciones diplomáticas, pero no compartimos sus modelos. No quiero que Bolivia sea como alguno de esos tres países”, afirmó.

Asimismo, adelantó que fortalecerá los vínculos con Estados Unidos y con instituciones internacionales dedicadas a la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.

“Quiero que Bolivia vuelva a integrarse al mundo financiero y que haya seguridad jurídica para las inversiones”, señaló.

Foto de portada: P. Martin Bernetti / AFP