María Gómez Mejía
Durante la gira “El escritor y la libertad de expresión” realizada en la ciudad de Zaragoza, provincia de Aragón España, el escritor Sergio Ramírez hizo referencia a la dura realidad que viven los nicaragüenses bajo el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo; hechos que están íntimamente ligados a sus obras.
Para Ramírez, en Nicaragua hay una gran contradicción entre lo que dice la Constitución Política sobre los derechos humanos y lo que se vive, ya que hasta la fecha se contabilizan más de 180 reos de conciencia en condiciones inhumanas por oponerse al mandato de Ortega y Murillo, y otros que tuvieron el coraje de presentarse como aspirantes a la presidencia hoy pagan condenas de más de 15 años de prisión en completo aislamiento.
Ramírez, Premio Cervantes 2017, detalló que la realidad en el país es “conflictiva” y “dramática” porque Nicaragua se ha convertido en “anormal donde la democracia es excepcional”.
“Yo preferiría una realidad como la danesa o como la islandesa, donde la política tiene tanta normalidad que pasa desapercibida”.
De igual manera, el escritor enfatizó que la historia de Nicaragua en el siglo XXI está marcada por la presencia de caudillos que llegaron al poder por medio de las armas; durante su niñez vivió bajo la dinastía de los Somoza hasta su derrocamiento en el año 1979, cuando era apenas un joven con el deseo de vivir el sueño que proponía la Revolución Popular Sandinista (RPS), pero que fue arrebatado y ensuciado por la familia Ortega Murillo.
Según Ramírez el contribuyó en esta “gesta libertaria y hermosa para derrocar a esa dictadura”, dejando a un lado su profesión como escritor y dedicándose a la política; sin embargo, ahora retoma su labor como escritor porque quiere ser la voz de los que están dentro de Nicaragua que no pueden hablar por miedo a sufrir las represalias de la cruel familia presidencial.
Asimismo, el exvicepresidente de Nicaragua resaltó que durante su juventud vivió su primer exilio a causa de la dinastía de los Somoza y ahora vive su segundo exilio bajo otra dictadura; es por ello que su vida y sus novelas están unidas.
El escritor manifestó que los reos de conciencia que la dictadura tiene secuestrados en las cárceles del país no se les respeta sus derechos a recibir visitas, a horas de sol, a atención médica, provisión de medicinas, entre otros, porque su condición de salud empeora constantemente y sus familiares se muestran preocupados.
Otro de los temas que abordó fue la fuga de talento, profesionales y jóvenes de Nicaragua que están migrando a Estados Unidos, España, Costa Rica u otros países de la región para protegerse de la violenta represión de la dictadura o por buscar otras alternativas para mejorar sus condiciones de vida dada la crisis económica que vive Nicaragua en los últimos años.
Finalmente, se mostró sorprendido por el silencio de la Iglesia Católica ante el hecho de tener un sacerdote encarcelado por supuestos crimines comunes y no emitir ningún mensaje contundente, exponiendo al resto de religiosos a la misma suerte.