Chile prestó su participación en la sesión del Consejo Permanente de la OEA, para que la feminista y activista política Tamara Dávila, desterrada y declarada apátrida por el régimen, denunciara las violaciones a los derechos humanos a las que fueron sometidas las personas presas políticas en Nicaragua.
Dávila, indicó al inicio de su intervención que su testimonio era colectivo, no solo de ella “porque muestra el odio con el que actúa la dictadura contra cualquiera que sea ‘percibido’ como opositor”, quien recordó que fue secuestrada con violencia y encarcelada el 12 de junio del 2021.
La feminista aprovechó para denunciar la situación que atraviesan los familiares de las 222 personas desterradas por la dictadura. “La dictadura mantiene rehenes a nuestras familias en Nicaragua, a hijos e hijas los intimida y vigila”, manifestó Dávila con la voz entrecortada por momentos. “El desacato continúa (por parte del régimen), pues expatriación, destierro y exilio no es libertad”, expuso, quien no ha podido reencontrarse con su hija ya que la dictadura no le entrega el permiso de salida.
La activista política recordó que el General en retiro Hugo Torres y Eddy Montes murieron en la cárcel como presos políticos de la dictadura. También mencionó que en las cárceles hay al menos 37 presos políticos, entre ellos el obispo de la Diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez. “Pido a los representantes de los países a que actúen por una transición democrática por la vida, la paz y la democracia en Nicaragua”, instó.
Los representantes de Estados Unidos y Canadá demandaron una salida democrática y respeto a los derechos humanos en Nicaragua y pidieron que se les restituya la nacionalidad a los más de 316 ciudadanos.
Francisco Mora, representante de Estados Unidos, dijo que su país está listo a continuar trabajando con la OEA y con el grupo de trabajo de Nicaragua para mejorar la situación y condiciones del pueblo nicaragüense.
Por su parte, Alejandra Solano, representante de Costa Rica, llamó a un diálogo en Nicaragua en todas sus formas, niveles y alcances, pero también indicó que se debe valorar las posibles gestiones que pueda adoptar la Asamblea General de la OEA para facilitar el cumplimiento de sus decisiones.
Ronald Michael Sander, representante de Antigua y Barbuda manifestó que la dictadura Ortega -Murillo muestra un “desdén permanente” ante los señalamientos de las violaciones a los derechos humanos que han denunciado diferentes instancias y que en los últimos meses se ha vuelto más “autoritario, intolerante, brutal”.