El cambio climático representa una seria amenaza para las sociedades centroamericanas por sus múltiples impactos previstos en la población y en los sectores productivos. En términos fiscales afectará si es que ya no lo hace, las finanzas públicas por varias generaciones según indica la CEPAL, en el estudio “La economía del cambio climático en Centroamérica”
Se estima que para 2030 Centroamérica aún producirá menos de 0,5% de las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI) del planeta, pero al mismo tiempo ya es una de las regiones más vulnerables ante los embates de este fenómeno.
El incremento de la temperatura atmosférica y del mar, la reducción y la inestabilidad del régimen de lluvias y el aumento del nivel del mar, aunado a la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos – como las sequías y los huracanes – ya están impactando en la producción, la infraestructura, los medios de vida, la salud y la seguridad de la población, además de que debilitarán la capacidad del ambiente para proveer recursos y servicios vitales.
Nicaragua es un país altamente vulnerable a sufrir las consecuencias del cambio climático cuyas primeras alteraciones han modificado, el clima del país: pocas o muchas lluvias; altas temperaturas; ríos secos, lo que afecta disminución de la producción de granos básicos la pérdida de la diversidad biológica y del recurso forestal, el desabastecimiento de agua, la degradación de los suelos, las inundaciones en las zonas costera bajas, las inundaciones en asentamientos humanos.
Sobre los efectos del cambio climático, de las situaciones más extremas y de qué puede hacer la población y el Estado hablaremos con la ecóloga Gladys Luna.