Redacción AP

Gane quien gane en las elecciones presidenciales en Costa Rica, este domingo 3 de abril llegará al Ejecutivo sin un alto respaldo ciudadano. Habrá que esperar cómo se desarrollará su victoria en medio del mandato.

La población costrricense eligirá en segunda vuelta al economista Rodrigo Chaves, del Movimiento Progreso Social Democrático o al expresidente del país José María Figueres, del Partido de Liberación Nacional (PLN), tras la primera ronda electoral del pasado 6 de febrero. Ambos candidatos son cuestionados por sus posturas conservadoras y en contra de los derechos humanos.

Según la más reciente encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica, el 73% de personas entrevistadas no se identifica con ninguno de los dos aspirantes.

«Tenemos una población a la que la oferta política no le gusta o no se siente representada y más bien tiene opiniones negativas. La campaña además ha caído en descrédito, no se trata de quién ofrece mejores soluciones para el país, sino de quién es menos malo», explicó a la agencia de noticias EFE el analista político Gustavo Araya.

En medio de la apatía por las alternativas presidenciales, los analistas destacan que las personas votantes se debaten entre un exmandatario que promete continuidad y un economista considerado conflictivo, y podría empujar al país por un camino antisistema.

Chaves, el controvertido economista acusado de acoso sexual

Rodrigo Chaves es un exfuncionario del Banco Mundial que ha tomado protagonismo en la escena política pese a su escasa experiencia en ese ámbito y por presentarse con un partido casi desconocido.

En 2019 el Banco Mundial reprendió y sancionó a Chaves por acoso sexual y conductas impropias a dos jóvenes subalternas entre 2008 y 2013.  

En 2020 regresó a Costa Rica después de tres décadas en el extranjero para convertirse en el Ministro de Hacienda del presidente saliente Carlos Alvarado.

El candidato de 60 años habla de sacudir las filas de la élite política que ha gobernado el país durante las últimas cuatro décadas, aunque no ha planteado planes para implementar cambios radicales.

El economista, con un PhD de la Universidad de Ohio, construyó su campaña presidencial en torno a la limpieza de la corrupción, con la ayuda de su recién creado Partido del Progreso Socialdemócrata (PPSD), del que destaca no está manchado por escándalos.

Tras quedar en segundo lugar en la primera vuelta, ha adoptado un enfoque de confrontación con los medios de comunicación al calificar a la prensa crítica como «sinvergüenzas». Asimismo, ha prometido usar referendos y decretos para eludir a la oposición en la Asamblea Legislativa, donde su partido tendrá solo 10 de 57 escaños.

Chaves ha hecho comparaciones con otros líderes antisistema como el expresidente de Estados Unidos Donald Trump, el mexicano Andrés Manuel López Obrador, el brasileño Jair Bolsonaro y el salvadoreño Nayib Bukele.

De hecho, el candidato del movimiento progresista se ha postulado con un lema similar al de Trump: «Hagamos de Costa Rica el país más feliz del mundo de nuevo.

Sus críticos destacan que una victoria de Rodrigo Chaves podría marcar el fin de décadas de relativa moderación en la política costarricense, justo cuando el país ha pedido apoyo al Fondo Monetario Internacional (FMI) para hacer frente al aumento de la deuda.

Ante las críticas por sus tendencias autoritarias y utilizando financiamiento electoral irregular, Chaves respondió que es perseguido por grupos poderosos. “Dicen que soy muy arrogante y muy dictatorial, pero creo que lo digo como es y a la gente no le gusta”, enfatizó.

Figueres, el expresidente que apela a la «experiencia» 

José María Figueres, de 67 años, es un ingeniero industrial formado en la Academia Militar de West Point, Estados Unidos, y fue presidente del Costa Rica entre 1994 y 1998. Considerado centrista, ha hecho campaña con el lema «Volvamos a tener un presidente».

Figueres ha prometido utilizar sus contactos internacionales para impulsar el crecimiento económico posterior a la pandemia e impulsar las denominadas industrias verdes en Costa Rica, conocido por sus políticas a favor del medio ambiente.

El exmandatario fue director ejecutivo del Foro Económico Mundial hasta 2004, cuando renunció en medio de acusaciones en su nación de que había influido en contratos estatales con la empresa de telecomunicaciones Alcatel, un caso que nunca llegó a los tribunales.

¿Con qué margen de respaldo llegan Chaves y Figueres a la contienda?

Una encuesta de la Universidad de Costa Rica publicada el pasado 29 de marzo situó a Chaves con un 41,3% de apoyo, por delante de José María Figueres, con un 38,3%.

Este sondeo demostraría que Chaves habría sumado respaldo después de la primera vuelta electoral, cuando quedó en segundo lugar con alrededor del 16% de los votos, mientras Figueres ganó en la primera ronda con el 27% de los sufragios.

Pero ninguno de los candidatos es especialmente popular, por lo que la balanza podría cambiar.

“Ambos solo ventilan los trapos sucios del otro y no los escuchas proponiendo cosas serias (…) Iba a votar por Chaves, pero creo que es muy arrogante», dijo Yorleny Chacón, una trabajadora bancaria, en San José.

El hecho de que ningún partido tenga una mayoría significa en el legislativo hace probable que el próximo presidente enfrente una ardua tarea para gobernar y sacar adelante las reformas negociadas con el FMI para acceder a un paquete financiero de 1.780 millones de dólares.

Con información de Reuters, EFE y France 24