El terrorismo de estado de Ortega-Murillo en Nicaragua

 

Redacción AP

El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca + presentó el informe denominado: “Nicaragua: Entre represión y resistencia ciudadana”. Situación de derechos humanos de la población nicaragüense 2021-2022, el documento fue publicado la mañana de este 29 de junio desde Costa Rica.

En el informe se aborda sobre cómo el régimen de Daniel Ortega ha consolidado un estado de terror en Nicaragua y que según el Colectivo este se completó con apoyo de los aparatos estatales como la policía y demás poderes del Estado.

“Durante 2020 y 2022 el régimen dictatorial de Daniel Ortega consolidó el estado policíaco de facto mediante el terrorismo de estado, la configuración de un aparato represivo altamente eficaz y la sumisión total de todos los poderes del Estado al servicio de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El régimen desmanteló cualquier ápice de Estado de Derecho, institucionalidad o separación de poderes, instalando un sistema de represión e impunidad generalizada”, detalla el Colectivo.

El organismo defensor de derechos humanos destaca que la dictadura de Ortega-Murillo a través de la policía y el sistema penitenciario han cometido y recrudecido la tortura contra las personas presas políticas en Nicaragua en la que se incluyen el sometimiento a agresiones físicas y verbales por parte de custodios y reos comunes, así como la negación de atención médica, el confinamiento en celdas de castigo, aislamiento prolongado y restricciones en paquetería y visitas familiares.

“Las personas recluidas en “El Nuevo Chipote”, también les han negado atención médica, paquetería, alimentación adecuada, visita de familiares, lo que les ha provocado pérdida considerable de peso, desmayos constantemente, pérdida de dentadura, llagas y manchas en el cuerpo debido a las condiciones insalubres de las cárceles y falta de sol, sometimiento a interrogatorios exhaustivos, privación del sueño, permanente exposición a luz artificial o total oscuridad, aislamiento forzado, el cual les genera depresión profunda que les resulta en pérdida de memoria, afectando de esta manera su salud física y mental” denuncian.

Sobre los juicios políticos y las condenas que resultaron de éstos, el Colectivo de Derechos Humanos enfatiza que “un hallazgo de la sistematización realizada por el Colectivo Nicaragua Nunca Más es que ninguno de los casos procesados pudo tener acceso al expediente fiscal y policial de investigación, así como una reunión con sus representados/as, y en algunos casos excepcionales que esta se otorgó, fue vigilada y controlada por los oficiales”.

Agregan además que “todas estas personas fueron sometidas a juicios desprovistos de garantías judiciales como independencia, imparcialidad, derecho a defensa, entre otras, además de encontrarse sometidas a condiciones de reclusión insalubres e inhumanas, tanto en “El Chipote” como en los distintos Centros Penitenciarios, lo cual ha generado en ellas diversos padecimientos, agravando sus enfermedades o generando nuevas enfermedades”.

En caso de periodistas y defensores de DDHH, según el Colectivo, se incrementaron las agresiones en su contra, además se destaca el cierre de medios periodísticos y cancelaciones masivas de organizaciones enfocadas a la libertad de asociación, de expresión, de prensa, literarias y artísticas, lo que ha tenido como consecuencia mayor desplazamiento forzado en busca de protección internacional de cientos de periodistas nicaragüenses.

“El cierre de espacios a la libertad de expresión es un factor fundamental en la política de impunidad empleada por el Estado, impidiendo cualquier forma de rendición de cuenta y denuncia ciudadana, siendo por ende indispensable la visibilización de estas graves violaciones de derechos humanos por la comunidad y organizaciones internacionales”.