«Es más fácil expulsar gente que pensar en cómo desarrollar los territorios»

 

Redacción AP

Hasta noviembre de 2021, más de 84 millones de personas se habían visto obligadas a desplazarse, según datos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Esta cifra superó los registros de 2020 y 2019, cuando se habían batido récords en el número de desplazamientos forzosos en el mundo.

Históricamente los principales motivos para migrar han sido la violencia, la inseguridad y los desastres naturales, un informe del Programa Mundial de Alimentos y el Civic Data Design Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts, reveló en noviembre que un 43 por ciento de personas centroamericanas consideró migrar en 2021, cinco veces más que en 2019.


El informe, apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización de Estados Americanos (OEA), muestra que la mayoría de las personas migrantes, un 55%, habría contratado a un traficante para viajar por unos 7.500 dólares promedio. Mientras, la migración a través de canales legales tiene un costo de 4.500 dólares.


Todo empieza acá, la ultima foto en nuestra casa, alistando las maletas para partir en un viaje incierto lleno de dificultades. pic.twitter.com/XPqnJj6R9S

— Cata 🤙🏽 (@ECAC02) January 14, 2022

 

Erasmo es un joven nicaragüense que salió de Nandaime hacia Managua para luego dirigirse a El Espino, frontera con Honduras. El personal de migración le retuvo a él y su hermano, alegando que tenían problemas con la ley en Nicaragua, horas después les dejaron partir. En la frontera entre Honduras y Guatemala durmieron en la calle aguantando frío. Para cruzar de Guatemala hacia México, se subieron en una lancha para “pasar” un río a medianoche. En México, recuerda, que el viaje se tornó difícil por los peligros a los que están expuestos las personas migrantes. La Delincuencia común, los cárteles e incluso las mismas autoridades de la policía municipal o de migración se ven involucrados en actos de corrupción. “En Playa El Carmen nos encontramos a unos nicaragüenses que tenían 10 días de estar allí y nos contaron que la policía de migración les arrestó y les quitó su dinero y algunas de sus pertenencias”.


En Estados Unidos la “migra” les detuvo y los trasladaron esposados en diversas ocasiones a centros de detención, hasta que finalmente en el Estado de Georgia después de dos meses en un centro de procesamiento, iniciaron el proceso de asilo que, a través de una entrevista de temor creíble, tuvieron que defender su caso y argumentar los motivos por los que no podían regresar a Nicaragua. El costo para llegar hasta Estados Unidos entre los dos fue de casi diez mil dólares.


Más de 120 000 nicaragüenses han salido del país en 2021, el aumento de la represión y la crisis económica ha empujado a tomar la decisión de irse. El futuro en Nicaragua es de incertidumbre, incertidumbre que las votaciones del 7 de noviembre, desconocidas internacionalmente, hacen indicar la perpetuación de Ortega y Murillo en el poder.


Erasmo explica que en los centros de detención donde estuvo retenido la mayoría eran nicaragüenses. Junto a él y su hermano viajaban en total 23 «nicas” jóvenes y hasta menores de edad. “La gran mayoría salía por falta de trabajo, el alza de los precios, para mejorar su calidad de vida. La inestabilidad que enfrenta Nicaragua ha empujado a salir a miles de nicaragüenses en busca de mejores condiciones”, menciona.


El gobierno de Estados Unidos señaló en sus inicios que adoptaría una actitud compasiva hacia migrantes indocumentados y refugiados que entraran por la frontera sur, pero mantuvo restricciones de asilo relacionadas con la salud pública, cerrando los puertos de entrada, y expulsando a cientos de miles de personas a México y otros países de origen.


México se convirtió entonces, en país de destino y una nación de tránsito hacia Estados Unidos, con más de 116.000 solicitudes de asilo en 2021, un nuevo récord.



Migración nicaragüense




Costa Rica y Estados Unidos siguen siendo los principales destinos de los migrantes nicaragüenses, según cifras preliminares de las autoridades migratorias de ambos países. 72 192 aprehensiones de nicaragüenses en las fronteras entre enero y noviembre de 2021, reportó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).


En el caso de Centroamérica la inestabilidad en Honduras, en Guatemala, la violencia política en El Salvador, y Nicaragua con un “gobernante” que tiene mano dura con las personas migrantes y después se pelea con su socio fundamental que es Estados Unidos, y establece relaciones con China, generan inestabilidad política y económica, que, a diferencia del resto de Centroamérica, Costa Rica es el único país en el que prevalece estabilidad política, certidumbre jurídica y seguridad sanitaria frente COVID – 19.



Nicaragua no ofrece ni paz ni seguridad




En el caso concreto de Nicaragua la estadística señala que hay un 45% de la población que está en condición de subempleo, con salarios rozando el salario mínimo o por debajo de éste, y quienes trabajan en el empleo formal, no tienen jornadas completas. Para la economista y exiliada política, Edipcia Dubón, todo ello se traduce en “menores ingresos, menor calidad de vida, menores posibilidades para comprar la canasta básica que está disparada en Nicaragua, los costos de los alimentos tienen un aumento de un 15% con respecto al año anterior. Estamos hablando de una C$14.526 a C$16.255 córdobas”, señala.


Si a todos estos aspectos se agrega que la crisis política ha generado inseguridad jurídica, pocas inversiones y el mal manejo del COVID-19, que ha tenido un impacto en la inversión en el turismo y el gasto de personas que viajan a Centroamérica y que quieren invertir en tener paz y tranquilidad, “Nicaragua no ofrece ni paz ni tranquilidad ni seguridad sanitaria, todo esto crea una bomba. Es más fácil expulsar a la gente que pensar en cómo desarrollar esos territorios y generar oportunidades para ellos.”, sostiene.


Derechos humanos solo cuando están en su país de origen


En la última caravana de migrantes que partió el 15 de enero de San Pedro Sula al norte de Honduras hacia Estados Unidos, se vio que centenares de migrantes se dividieron en varios grupos para tratar de evadir los controles de las autoridades guatemaltecas. Los derechos humanos de quienes componían esta caravana fueron violentados. En uno de los puestos fronterizos hubo enfrentamientos, que dejaron al menos una quincena de policías y militares heridos. Las autoridades no han dado, de momento, cifras sobre migrantes heridos y detenidos.


La caravana integrada por hondureños y nicaragüenses sería la primera caravana en lo que va de 2022. A la caravana se sumaron haitianos, venezolanos y africanos que cruzan diferentes fronteras por puntos ciegos, caminando hacia Estados Unidos en una corriente migratoria interminable, aunque muchos no logran cruzar desde México.





Dubón señala que las personas solo tienen derechos reales y formales cuando está en su país. “Cuando vos estás fuera del territorio entras como en un limbo jurídico, hay todas unas normativas que establecen todo el marco de derechos humanos y la responsabilidad que tienen los Estados de proteger la vida y de respetar esos derechos, pero lo cierto es que hay un sin número de intereses que están detrás de la cortina. Al final lo que estamos viendo es la política de Estados Unidos de sus fronteras mediante la presión que hace al gobierno de Guatemala o mediante las dádivas a Guatemala como se reestableció ese cordón de contención porque no lo pueden hacer con México”, recalcó.


Una de las cosas más dramáticas para la economista, es que después de haber ejercido una diputación y ser ciudadana con derechos, de repente se dio cuenta que no tenía nada, “que estás a expectativa que te digan si sos o no ciudadano. Toda esa retórica que ya conocemos que no somos ilegales, pero que en la práctica lo que vivimos las personas que estamos en esas condiciones es una gran incertidumbre y que depende de la voluntad política de los gobiernos de respetar o no los derechos humanos. En Costa Rica uno tiene la certeza de que esta es una política de Estado, tienen un compromiso de respetar los derechos, pero eso no pasa en todos los países”.


Para Fernanda Callejas migrante nicaragüense en Bilbao al norte de España, los derechos humanos se violentan en el propio país de origen cuando las personas se ven forzadas a tomar la decisión de vivir fuera de sus territorios, pero por la inestabilidad política de Nicaragua, la persecución, la violencia económica se violentan los derechos humanos, y desde ahí, la migración comienza a ser política porque en las estadísticas, aunque se hace la división de quienes migran por razones económicas o persecución económica o política, la manera en cómo ella lo percibe es que da igual las razones que sean porque incluso “muchos vienen con licenciaturas, másteres, médicos que no están ejerciendo y están en situación irregular y de máxima vulnerabilidad, en trabajos esclavizantes como internas, trabajos a los que se dedican las mujeres nicaragüenses”, manifiesta.


Las nicaragüenses son la cuarta población en País Vasco


Lea el informe completo Acá



Callejas señala que los Estados ejercen violencia psicológica en las personas migrantes. En País Vasco, las personas nicaragüenses, son la cuarta población que residen en esa comunidad autónoma, de las cuales 72.7% son mujeres. Desde su condición de mujer sin derechos, asegura, que “te borran es como que entras a un Estado como una mujer migrante y el sello que te ponen en el pasaporte es un sello de defunción, la mujer que existió en Nicaragua, esa mujer ya no existe así que reinvéntate y busca que hacer y allí es una violencia psicológica que ejercen los Estados al negar los derechos como seres humanos, como personas”, sostiene.


Para quienes son activistas, el golpe psicológico aún es peor porque se dan cuenta que al luchar por años en sus países de origen por los derechos humanos, al estar en los países de destino se dan cuenta que los derechos humanos no son para todas las personas y que lo que consideran que son derechos humanos las Naciones Unidas son solo para unos cuantos, “y es cuando se ve claramente que el sistema no solo está divido en clases sociales, nunca vimos la lucha desde la perspectiva decolonial, es decir que la lucha estaba incompleta”, argumenta.


Las mujeres soportan tortura


El sistema político y económico está diseñado para que países empobrecidos como Nicaragua o países de Centroamérica se vean en situaciones en que se encuentran actualmente. “La industria del desplazamiento genera condiciones en los propios países. Estados Unidos tiene agarrado del cuello a gobiernos como Guatemala forzándoles a tratar a las personas migrantes por intereses políticos y económicos”, dice Callejas.


Las mujeres si antes tenían que romper el techo de cristal, ahora tienen encima el techo de cemento. La Ley de Extranjería española obliga por tres años a permanecer en el aislamiento, lo que significa una forma de tortura, porque las mujeres sienten temor de no saber cuándo las van a deportar, están aisladas porque el trabajo al que se emplean es casi que esclavitud, “cuando las mujeres trabajan como internas pasan casi que las 24 horas realizando tareas del hogar o cuidando a personas dependientes y en muchas ocasiones solos les conceden dos horas de descanso en la semana”, continúa explicando Callejas.


Para Wanda una activista hondureña quien lleva cinco años en Bilbao, migrar es un proceso que duele mucho y nunca llegará a sanar ese duelo, “porque cuando venimos desde allá todo cambia, desde el clima hasta el color de piel de las personas, el trato, la forma de hablar, de relacionarnos y nos encontramos con una Ley de Extranjería muy dura que nos vulnerabiliza hasta más no poder”, afirma.

 

Wanda se encuentra en situación administrativa irregular y manifiesta para Agenda Propia que se le hace muy difícil lograr regularizarse porque la Ley de Extranjería no da las facilidades “y más con la pandemia el proceso de regularización es bestial. Llevo año y medio intentando hacer el proceso y no he podido y así otras mujeres y la discriminación es brutal… Aunque no lo miremos en el día a día, porque nosotras como mujeres estamos como acostumbradas a ese maltrato a esa discriminación en nuestros países y al venir a Europa como que esas cosillas las traemos tan interiorizadas que muchas veces nos damos cuenta, pero sí hay mucha discriminación y te encentras con una oferta laboral que no la hay para quienes están sin permiso de trabajo, podes encontrar, pero sin derechos”, indica. 


Migrantes aportan a los países de origen


En Costa Rica la seguridad social, se ha visto refrescada con el aporte de las personas nicaragüenses, señala Edipcia Dubón. Costa Rica recibió 52.928 solicitudes de refugio de nicaragüenses, según datos actualizados al 22 de diciembre de 2021. Cifra a la que se deben agregar a quienes entraron de forma irregular por puntos ciegos de la frontera entre ambos países, indica Confidencial.


La economista Dubón expresa que el modelo de crecimiento en Nicaragua se debe al aporte de las remesas de las personas migrantes. De acuerdo con datos del Banco Central las remesas aumentaron en Nicaragua en un 15% aproximadamente. Cifra que sostiene considerablemente la economía nacional que solo son vistas en materia económica y no desde la perspectiva que son las personas quienes las sostienen. “Esa relación de migración y remesas a veces pareciera que cuando se habla de remesas se nos olvida que hay personas que tienen dos jornadas o tres, en condiciones de esclavitud… temas que quedan soterrados con el aporte de las remesas, es el aporte de los nicaragüenses que se sacrifican para darles mejores condiciones a sus familias”, apunta.


En la frontera entre Nicaragua y Costa Rica, la población entra y sale. Al país vecino del sur llegan cortadores de naranjas, cortadores de café, mujeres que hacen trabajo de cuidados, entre otros. Mientras que la gente que migra en avión, busca destinos donde existen mejores ingresos, sienten que tienen mejores calificaciones para tener mejores oportunidades, o tienen familiares que les pueden estar esperando sus redes que les permite insertarse más rápidamente en distintos ámbitos laborales. 

Entre tanto, quienes tienen mejores herramientas académicas, tendrán mejores oportunidades de dar pequeños saltos de calidad, dice Dubón, en un principio iniciarán en una condición dramática porque están llegando al terreno, pero rápidamente lograrán insertarse y conectarse con otras personas; y lograrán avanzar e ir dando saltos dependiendo de sus entornos.


En el caso de España es un poco más hostil, pero en el caso de Estados Unidos hay gente que logra llegar, que trata de aprender el idioma, que empiezan como camareras, luego pasan a recepción y así sucesivamente van ascendiendo.


El entorno en el que se ubique una persona migrante, las competencias profesionales y el círculo con el que se conecte, así como las fortalezas que les brinden desde casa, son parte de los desafíos para lograr avanzar y dar saltos significativos.


Erasmo y Wanda no lo han tenido fácil, pero con perseverancia y empeño han logrado llegar al país de destino que eligieron. Las luchas continúas en Estados Unidos y España. Vivir bien implica tener derechos humanos básicos que deberían tener en sus países de origen y no solo enfocarse solo en que deben que superarse.


Recomendaciones para quienes deciden migrar por razones económicas 

  1. Informarse sobre los lugares de destino.
  2. Conectar con grupos de nicaragüenses y/o personas de confianza en esos territorios que les puedan dar información.
  3. Llevar documentos como cédula, pasaporte, títulos universitarios apostillado, certificado de la policía.
  4. Buscar oportunidades en educación.
  5. Acuerparse con gente de confianza para no caer en depresión.
  6. Buscar ayuda terapéutica.
  7. Mantener comunicación con la familia, ya que brindan tranquilidad y fortaleza.
  8. Buscar redes de sororidad.
  9. Darse la oportunidad a las personas de las personas de los países de destino.