El Artículo 29 de la Constitución Política de Nicaragua garantiza la Libertad de conciencia, pensamiento y religión. Dice textualmente que “Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia, de pensamiento, de profesar o no una religión. Nadie puede ser objeto de medidas coercitivas que puedan menoscabar estos derechos ni a ser obligado a
declarar su credo, ideología o creencias”.
Pero, la dictadura Ortega Murillo expulsó al Nuncio Apostólico de la Iglesia Católica, encarceló de forma injusta y posteriormente condenó al Obispo de Matagalpa, también administrador de la diócesis de Estelí, Monseñor Rolando Alvarez, ha expulsado a monjas y a sacerdotes, ha congelado las cuentas bancarias de diversas diócesis de la iglesia católica y ha vociferado y arengado contra la iglesia católica en muchos discursos.
La investigadora y jurista Nicaragua Martha Patricia Molina autora del libro “Una iglesia perseguida” señala que se han producido en los últimos cinco años 396 ataques contra la iglesia católica, no solo contra sacerdotes y obispos, si no en los templos y las organizaciones sin fines de lucro.