Redacción Central

No se llevaron sus atuendos para la liturgia, ni los muebles ni los cuadros religiosos. Con las manos vacías, salieron el 15 de enero de 2024, del Convento San Juan Neumann en el municipio de Chinandega en el occidente de Nicaragua, un grupo de jóvenes de diversas nacionalidades, integrantes de la congregación Misioneros Consagrados del Santísimo Salvador, C.SS.S, quienes estaban bajo la jurisdicción de Monseñor Sócrates René Sándigo Jirón, Obispo de la Diócesis de León también en el occidente del país.

El 16 de enero de 2024, la dictadura Ortega Murillo, canceló la personería jurídica, que fue concedida en 2018, según la Gaceta, Diario oficial.

Meses antes de la expulsión, según una fuente vecina del convento donde tenían su vida contemplativa-misionera, los religiosos habían sido asediados día y noche por paramilitares y policías. “Simplemente los hermanos hacían su trabajo pastoral. Nada de extraordinario que pudiera afectar de alguna manera al gobierno. Pero, quizá, por esa paranoia que hay en contra de la iglesia, también fueron señalados como opositores o simplemente se le antojó a la policía quedar bien con los altos mandos”.

Todos los miembros de la congregación salieron de Nicaragua de manera forzada, no tuvieron tiempo de recoger las cosas importantes. Incluso en esa ola de persecución, dos de ellos, fueron ultrajados y humillados cuando se movilizaban hacia el municipio de León, ya que contaban con la administración de la Parroquia Inmaculada Concepción de María en El Reparto William Fonseca.

Expulsados con parroquias

El primer religioso expulsado fue Eligio Ezequiel Buenfil Batún, de origen mexicano, superior de la Congregación y rector del Convento San Juan Neumann en Chinandega, administradores de la Capilla El Calvario, filial de la Basilia de la Inmaculada en el municipio El Viejo y La Parroquia Inmaculada Concepción en León.

A fin de reconocer su labor pastoral, el 10 de enero de 2025, el Obispo de la Diócesis de Cancún-Chetumal en México, Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, nombró al Padre Buenfil Batún, Párroco de Nuestra Señora de Guadalupe en la comunidad Leona Vicario, una parroquia ubicada en una zona rural del Estado mexicano Quintana Roo habitada por agricultores. En su mensaje a la comunidad religiosa para el año 2025, Buenfil expresó que “hay una página más en la historia… el pecado, el mal y la muerte, están derrotados”.

En Honduras, el Obispo de la Diócesis de Danlí, El Paraíso, Monseñor José Antonio Canales Motiño, en un comunicado señaló “que uno de mis deberes es encomendar la parroquia recién erigida o la que haya quedado vacante a aquel presbítero que, ponderadas todas las circunstancias, considere idóneo desempeñar en ella la actividad pastoral (C.D.C No. 523-524.) Nombro: Al reverendo Padre José Miguel Figueroa, C.SS.S párroco de la Parroquia San Juan Evangelista que comprenden los municipios de San Lucas y San Antonio de Flores”.

Figueroa es párroco desde el 2 de enero de 2025 de una nueva parroquia, es originario del departamento de Matagalpa al norte en Nicaragua. Además de ser expulsado del convento de convivencia, también vive en el exilio.

Monseñor José Antonio Canales Motiño ha criticado a la dictadura de Ortega y Murillo, quien ha calificado como “usurpadores del poder”. Señaló a Radio Crisma, un medio de comunicación de la diócesis que en Honduras hay varios religiosos, sacerdotes y laicos trabajando y que han huido de la persecución gubernamental.

Otro miembro de la comunidad de religiosos víctimas de la voraz persecución del gobierno de Daniel Ortega es el Padre David Pérez de Jesús, mexicano y expulsado de Chinandega. Al Padre Pérez le fue confiada la custodia de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen en Cañas, Guanacaste, Costa Rica. Aún Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora, Obispo de la Diócesis de Tilarán, Liberia, falta que haga oficialmente su nombramiento como Párroco, reconociendo su labor pastoral en Nicaragua.

El 7 de diciembre en esta parroquia la comunidad religiosa y laicos compartieron la tradicional “gorra”, fecha que en Nicaragua se celebra La Gritería. La Parroquia en su momento comentó, “elevemos hoy una plegaria al Creador y a la Inmaculada Concepción por nuestra hermana República de Nicaragua. No podemos ser indiferentes ante el sufrimiento de nuestros hermanos en la fe”.

Martha Patricia Molina, investigadora y abogada, redactora del informe Nicaragua: Una Iglesia perseguida, documentó 971 ataques contra instituciones y personas de la Iglesia Católica, ocurridas entre abril de 2018 y diciembre de 2024. En dicho informe señala que han expulsado 266 religiosos y religiosas obligados al exilio: uno es el Nuncio Monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, cuatro obispos; (Rolando Álvarez, Carlos Enrique Herrera, Silvio Mora y Silvio Báez), y 146 sacerdotes pertenecientes a diferentes diócesis del país, tres (3) diáconos, trece (13) seminaristas y noventa y nueve (99) religiosas.