Salomón Manzanares
El brillo de Acapulco fue opacado por el devastador Huracán Otis, el cual con extraordinaria potencia y capacidad destructiva llegó por eso Océano Pacífico en categoría 5 escala Saffir-Simpson, azotando el Estado de Guerrero, con vientos sostenidos de 260 km/h y rachas de hasta 315 km/h, convirtiéndose en el ciclón más potente que haya golpeado la costa del Pacífico mexicano desde que hay registro, informó la BBC.
Pasada la tormenta, aún no llega la calma. La desesperación de la gente ha traído como consecuencias saqueos de centros comerciales y tiendas privadas en busca de alimentos. Muchas familias no estaban preparadas para enfrentar un fenómeno natural de semejante dimensión.
De acuerdo al New York Time, “la magnitud de la tragedia empezó a ser clara el jueves por la mañana, cuando miles de militares, equipos médicos y funcionarios del gobierno se enfrentaron a un devastado Estado de Guerrero, gran parte del cual quedó en buena medida aislado del mundo después de que el huracán Otis tocara tierra en la madrugada del miércoles”.
Hoteles de lujo, centro de diversiones, parques industriales y sobretodo zonas residencial han quedado totalmente destruidos.
Los daños causados por Otis alcanzarán más de 15 de millones de dólares. La correduría de reaseguros global Gallagher re estimó que los daños económicos totales de Otis superarían los 10 mil millones de dólares estadounidenses. Su científico jefe, Steve Bowen, dijo; “a medida que la investigación sobre el cambio climático continúa concluyendo que vamos a ver más ciclones tropicales de alta intensidad, y esta investigación se valida regularmente, debemos tomar decisiones inteligentes sobre cómo nos preparamos mejor para este creciente riesgo. Esto incluye un enfoque más inteligente sobre cómo y dónde construimos, realizar inversiones estratégicas en la modernización de la infraestructura y garantizar una mayor protección financiera para los ciudadanos después de los eventos.”, según publicó en Yale Climate Connections.
Samuel Mendoza, periodista de la plataforma digital Ahora Guerrero, conversó con Agenda Propia Nicaragua referente a la situación de emergencia que atraviesa Acapulco, el principal municipio afectado por el huracán. “La gente comenzó a saquear tiendas de todo tipo de giro. Todo lo que te puedas imaginar, con tal de abastecerse. Hubo respuesta tardía de las autoridades que permitió el pillaje. La gente buscó comida, y aunque tengás dinero, no hay nada que comprar. Acapulco tiene cerca de un millón de habitantes, y hasta hoy (29 de octubre) las autoridades y rescatistas no han podido llegar a comunidades rurales. Entonces esa cifra de 36 fallecidos, es muy irreal”, según Mendoza.
En el Hotel Mundo Imperial se desarrollaba la XXXV Convención Internacional de Minería México 2023, quizá para no alarmar a los asistentes “no se preparó como debió a la población. Sin embargo, muchos de estos asistentes tenían teléfono satelital, lo que permitió trasmitir imágenes que pudieran hacer creer que no eran generadas por la Inteligencia Artificial. Así pasó con un centro comercial, pero al mostrar diferentes ángulos se pudo comprobar la destrucción del local. Es increíble como está todo. Total destrucción”, detalla.
En cuanto a la red hospitalaria, el periodista Mendoza señala que dos hospitales la situación es lamentable. “El hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, Hospital General Regional Vicente Guerrero pasa serias limitaciones, algunos pacientes serían traslados a Chinpalcingo, capital de Guerrero. Solo ahí se dice que fallecieron 16 personas. No había energía y muchas urgencias no funcionaron”.
De acuerdo a la nota No. 534/2023 del Gobierno de México informó que “el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Zoé Robledo, visitó el Hospital General Regional No.1 de Acapulco, Guerrero y constató que el personal de salud brinda atención continua a los pacientes internados, a pesar de la fatiga acumulada de las horas previas”. También niegan la existencia de muertos ni la falta del fluido eléctrico ante el fuerte impacto de Otis.
El periodista Samuel Mendoza asegura que en ese estado de calamidad hay muchas familias que buscan a sus parientes entre escombros, y en algunos centros asistenciales de salud, con la esperanza de encontrarlos con vida. “A la convención minera asistieron estudiantes del Estado de Sonora, muchos familiares aún los buscan”. Se conoció que estas personas salieron durante la noche en un autobús desde el hotel en busca de un lugar seguro, pero en el camino dejaron el vehículo y caminaron bajo la lluvia y vientos. A la mañana siguiente lo encontraron con todas las ventanas destrozadas.
Ante la catástrofe, Mendoza da crédito al Ejército Nacional que en coordinación con comunitarios apoyan a la gente. “Hay ayuda de parte de universidades del país, de comunidades vecinas y otros Estados. La distribución de las donaciones llegan a la gente. Ha habido otras tragedias que sirven de experiencias”.
El General Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), informó a la presidencia que llevan distribuidas «8 mil 170 despensas y 16 mil 80 litros de agua en las colonias más afectadas”. En su cuenta de X dijo que, “establecimos un centro de acopio en la 35 Zona Militar en Chilpancingo. Ahí estaremos recibiendo la ayuda de la población en general, de los gobiernos de los Estados, de la iniciativa privada, de otras organizaciones que quieran colaborar con ese apoyo, ahí estaremos en nuestro centro», informó.
Mendoza señala que en Acapulco las zonas más pobres han sido las más afectadas. «Aunque es una zona turística, económicamente afecta a todos. Por eso urge medicinas, agua, energía, servicio de telefonía y seguridad para evitar robos”.
Los huracanes que han afectado el Estado de Guerrero son “Paulina” en octubre de 1997 causando más de 500 fallecidos y “Manuel” en 2013 como tormenta tropical.
Foto portada: Samuel Mendoza, Ahora Guerrero