La propuesta de una reforma más a la Constitución de Nicaragua, enviada por Daniel Ortega al presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, subordinado del primero, se presentó bajo el argumento de modernizar el Estado y garantizar derechos a la gente de Nicaragua.

Diferentes personalidades nicaragüenses consideran sin embargo, luego de una lectura rápida del texto propuesto, que la iniciativa tiene muchas incongruencias y errores de derechos humanos.

La historiadora y ex guerrillera Dora María Téllez, manifestó a Agenda Propia Nicaragua que las modificaciones son una reformas que están dirigidas a convertir en letras de la Constitución el régimen dinástico de los Ortega Murillo. El país de ellos, el Estado de ellos, las instituciones de ellos, todo lo que han venido haciendo de facto lo quieren elevar a rango constitucional».

Esta es la vez número 12 que reforma la Constitución desde que Ortega asumió el poder en 2007, mandata la figura de la copresidencia. A Téllez le llama la atención esta figura porque «ya no es un presidente y un vice presidente sino dos copresidente, incluso la letra dice una copresidenta y un copresidente, y la posibilidad de nombrar un vice presidente de dedo».

Tal y como está actualmente la Constitución Política de Nicaragua, si el presidente desaparece, el vicepresidente o vicepresidenta asume y la Asamblea Nacional tendría que elegir al presidente de entre los diputados, «el problema es que a quien quiere poner el régimen en la línea de sucesión es a Laureano Ortega Murillo hijo de la pareja dictatorial entonces, primero resuelven con Rosario Murillo de tener el poder total con esa copresidencia y luego resuelven que no tenga ningún vicepresidente que la pueda sacar de circulación», continúa explicando la ex guerrillera.

El abogado abogado ex trabajador del Sistema Judicial de la Yader Morazán afirmó en la red social X que con la reforma la pareja señalada de cometer crímenes de lesa humanidad, «institucionaliza su dictadura a través de una nueva constitución política (reforma total), que disfrazan de reforma parcial, con el fin de evadir las trabas procesales que contiene la misma supra norma(art. 193Cn), en la que exige la creación de una Asamblea Constituyente, en el que la Asamblea Nacional fija un plazo para constituirla en elecciones libres. En su lugar, de un plumazo instauran en Nicaragua la Korea del Norte de las Américas y oficializan el poder de la co dictadora Rosario Murillo, la esposa del dictador Daniel Ortega.

La propuesta de reforma parcial es en realidad una nueva Constitución Política, la reforma es total y “eso solo lo podía haber hecho una Asamblea Nacional Constituyente electa en elecciones libres”, expresó otro abogado que por razones obvias no comparte su identidad.

Por otro lado, se crea a través del artículo 97 “la Policía Voluntaria como cuerpo auxiliar de apoyo a la Policía Nacional, integrada por ciudadanos y ciudadanas nicaragüenses que prestan sus servicios de forma voluntaria”. En realidad es un eufemismo utilizar el término de policía voluntaria que no es otra cosa que los paramilitares. Desde julio de 2018, la dictadura utilizó por primera vez a la “policía voluntaria” y fueron quienes dispararon contra las personas que protestaban contra el Gobierno entre abril y julio de 2018. Los paramilitares asesinaron a más de 350 personas e hirieron a más de 2000, según organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos.

Al estilo de una monarquía

 El artículo 135 indica que “el co-presidente y la co-presidenta ejercerán sus funciones por un período de seis años, que se contará a partir de su toma de posesión. Dentro de este período gozarán de inmunidad de conformidad con la ley”. De esta manera, el régimen ampliará un año el período presidencial. Dicha ampliación y aspiración de Murillo es ilegal e inconstitucional a menos que simulen una elección y se receten seis años.

La imposición de la bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) no le pueden poner el escudo real, pero ponen ellos su escudo real que es la bandera del Frente como que ellos fueran dueños del Estado, lo que hacen es consagrar lo que han estado haciendo de hecho todos estos años, señala la ex Comandante Cero.

Como ejemplo de la violación de derechos humanos, se hace constitucional la apatridia, que es la negación de la nacionalidad a una persona en este caso nicaragüense, “lo cual les impide ir a la escuela, recibir recibir atención médica, obtener un empleo, abrir una cuenta bancaria, adquirir una propiedad o, incluso, contraer matrimonio”, según ACNUR, agencia de Naciones Unidas que trabaja para acabar con la apatridia y desarrolla la campaña #Ibelong.

Como es sabido, 451 personas nicaragüenses han sido expulsadas del país acusándoles de traición a la patria, quedando en situación de apatridia sin mediar juicio alguno, legalizando así sus actuaciones de hecho.

La centralización absoluta de los poderes del Estado, y no la independencia de los mismos que se alega en la actual Carta Magna, es otra de las características de la propuesta de Reforma Constitucional en manos de la directiva de la Asamblea Nacional. El artículo 8 reza: «El pueblo ejerce el poder del Estado a través de la Presidencia de la República que dirige el Gobierno y coordina a los órganos Legislativo, Judicial, Electoral y de Control de la Administración Pública y Fiscalización y los Entes Autónomos”, se lee en la propuesta, aunque ya se había relativizado la independencia de poderes.

A la libertad de creencia también le pasan la factura, llevan a nivel constitucional la presión a las actividades religiosas. Según el Arto 14 de la Reforma no deben «realizar actividades que atenten al orden público» y deben “mantenerse libres de todo control extranjero.»

Para Gonzalo Carrión, defensor del Colectivo Nicaragua Nunca Más, “hay un cambio en la naturaleza del Estado y del derecho, lo que solamente es posible mediante una constituyente, la que no convocan porque perdieron legitimidad”.

Agrega que “en el derecho constitucional comparado, no existe nada parecido… Ni los sultanes, ni los cubanos, rusos, coreanos ni chinos han dado gusto al capricho (abuso de poder) y la arbitrariedad de ese adefesio de copresidencia. En toda esa impresentable reforma SÍ que son únicos y originales”, afirma el también jurista Carrión.

Foto: Jairo Cajina, tomada de Canal 4